JUEVES Ť 5 Ť ABRIL Ť 2001

Ť El subcomandante Marcos habló en tzeltal; sirvió lo que caminamos, afirmó

Indígenas de las cañadas de Ocosingo dieron un recibimiento de ''héroes'' a delegados zapatistas

Ť Es la primera ocasión que el jefe rebelde usa en público una lengua autóctona Ť Ya se mira a los indios con respeto Ť Con la memoria convertimos nuestro dolor en esperanza, afirma
 

JESUS RAMIREZ CUEVAS ENVIADO

La Garrucha, Chis. Los indígenas de las cañadas de Ocosingo recibieron con alegría y muestras de apoyo a los delegados del EZLN, a quienes les dieron una cálida bienvenida al foro Aguascalientes: esta es su casa.

Con muestras efusivas, los tzeltales de esta región trataron a los dirigentes rebeldes como ''héroes'' que regresaban después de una batalla.

El subcomandante Marcos regresó a esta comunidad tzeltal, después de seis años. En su discurso, frente a más de 2 mil indígenas, el jefe rebelde recordó ''cuando salimos rumbo a Guadalupe Tepeyac, antes de que el gobierno nos traicionara en 1995''.

El subcomandante habló a la multitud en tzeltal. Es la primera vez que se le escucha hablar en público en una lengua indígena. En un estrado improvisado para la ocasión afirmó: ''Ya van 39 días que salimos de estas montañas, pero parece que sirvió un poco lo que caminamos, porque hemos conseguido algunos avances en la paz con justicia y dignidad. Por ejemplo, ya se mira que los indígenas ya se miran con respeto y dignidad. Y es que antes nos miraban, pero con burla y desprecio. O sea, que como animales nos miraban''.

Recordando al señor Ik, el señor viento

ezln-la-garrucha7''En esta marcha ha sido muy importante la memoria'', dijo el subcomandante Marcos, y continuó: ''Con la memoria hemos podido convertir nuestro dolor en esperanza. Con la memoria hemos podido caminar bien este camino. Con las enseñanzas de los más antiguos y de los muertos que hemos tenido en estos siete años de guerra''.

Agregó: ''Algunos de estos muertos fueron y son nuestros jefes, muy especialmente el compañero comandante Hugo, el señor Ik, cuyo nombre civil era Francisco Gómez, que cayó combatiendo los primeros días de enero de 1994''. El señor Ik caminó estas montañas y sus cañadas para organizar la sangre india que sufría bajo estos suelos. El siempre estuvo orgulloso de ser indígena y luchó por el respeto a los indígenas. Por eso tomó el nombre del señor Ik, o sea, señor negro, el señor viento''.

El comandante Hugo fue un tzeltal muy reconocido en estas tierras, por eso Marcos informó que ''el día que nuestra palabra llegó hasta la máxima tribuna de la nación había una silla vacía con el nombre de Francisco Gómez. El señor Ik estuvo así presente junto a los comandantes y comandantas que pusieron muy en alto el color que somos, el color de la tierra''.

Continuó: ''Estamos seguros que el señor Ik sabía que llegaría el día en que los indígenas serían tratados con respeto y dignidad. Que la resistencia de los pueblos indios tendría recompensa. Ese día ahora parece más cercano y es gracias a la lucha de los pueblos indígenas organizados en el CNI, gracias a la movilización de la sociedad civil nacional e internacional, gracias a la resistencia de las bases de apoyo zapatistas y, sobre todo, gracias a la memoria de los más antiguos y de nuestros muertos en nuestra lucha''.

Marcos continuó hablando sobre los logros de la marcha zapatista: ''Después de muchos años de dolores y penas tienes una gran alegría, nadie te la regaló, no es una limosna, a nadie le pediste prestado. Es lo que ganó tu esfuerzo, tu decisión y tu firmeza. Antes fue la pena, ahora es la alegría. Ahora es la fiesta zapatista''.

El camino ha sido largo ''pero no se ha terminado todavía, porque desde enero de 1994 hasta el 28 de marzo de 2001, el andar zapatista, el guardián de la mem  oria, la digna rebeldía, no ha hecho sino hablar del mismo paso, el que reclama para todos los mexicanos democracia, libertad, justicia''.

Bajo la luz tenue que iluminaba el templete, el subcomandante había enumerado las actividades durante la caravana: los estados que atravesaron, los pueblos indios con los que entraron en contacto y la llegada a la ciudad de México. ''El 11 de marzo entramos a la Plaza de la Constitución; exigimos otra vez, como en 1994, un lugar dentro de la bandera mexicana''. Marcos también relató el momento en el que los delegados zapatistas y los representantes del CNI hablaron en la máxima tribuna de la nación ''para defender la ley Cocopa, por el reconocimiento de los derechos y la cultura indígenas''.

Como parte de su recuento, el subcomandante recordó a las personas solidarias de otros países que los acompañaron durante la marcha: (hubo representantes) de Italia, España, Francia, Alemania, Suiza, Grecia, Estados Unidos, Argentina, Argelia, Chile, Ecuador, Uruguay, Costa Rica, Nicaragua, Brasil, Corea y Australia. ''Estas personas?dijo? no nos vinieron a decir qué debemos hacer ni tampoco a decirnos qué deben hacer ellos. Vinieron porque saben que la lucha es justa y querían participar también a su modo en la búsqueda de la paz con justicia y dignidad''.

De cañada en cañada

El viaje comenzó el pasado martes en el ejido Morelia. Poco antes de las cuatro de la tarde, la caravana partió del Aguascalientes y después de casi cinco horas arribaron a la sede del municipio autónomo Francisco Gómez.

Antes de partir de Morelia, los comandantes y el subcomandante Marcos fueron despedidos con música por cientos de indígenas. Ahí, una niña declamó un poema. Luego hablaron el comandante Eliseo y la comandanta Fidelia, quien destacó la alegría ''de todos los que sumaron al color de la tierra''.

Al abordar el autobús, el subcomandante Marcos dio un abrazo muy emotivo a la comandanta Esther, quien se convirtió en un símbolo nacional en estas jornadas.

''Gracias por liberarnos''

ezln-tacho1A lo largo del camino fueron apareciendo grupos de indígenas, en su mayoría niños, que coreaban consignas de apoyo. En Nuevo Suchilá, una manta les daba la bienvenida: ''Gracias por liberarnos''. Un kilómetro antes de llegar a La Garrucha, el autobús de los delegados zapatistas sufrió una avería, pues se le ponchó una llanta. En media hora fue cambiada y de esa manera  continuó la caravana su camino.

Desde 500 metros antes de llegar al Aguascalientes, ya esperaban a los delegados cientos de indígenas colocados en dos filas ?hombres de un lado y mujeres del otro? a la orilla del camino, quienes les aplaudieron y apoyaron con consignas. Los recibieron como héroes con emoción y alegría.

Para festejar la llegada de los delegados, un grupo de músicos locales interpretó Cartas marcadas, una de las preferidas del subcomandante Marcos, que entre vivas y aplausos entró a un galerón de madera con los otros comandantes.

Después de las diez de la noche (del pasado martes) comenzó el acto de bienvenida. Después de cantar los himnos Nacional y el Zapatista, hablaron los representantes de los municipios autónomos de la región.

No nos rendimos ni nos vendemos

Una indígena, de nombre Karla Paola, dio la bienvenida: ''Nos encontramos llenos de alegría y esperanza por encontrar un lugar digno en nuestra patria''. Entre los agradecimientos que dio, uno muy especial se lo dedicó al arquitecto Fernando Yáñez, ''por su apoyo y colaboración en esta lucha''.

A su vez, Pablo ?otro orador? señaló que los zapatistas ''no nos rendimos ni nos vendemos jamás, seguiremos luchando hasta que se reconozcan nuestros derechos en la Constitución''. En su turno, Gabino, del municipio autónomo San Manuel, dijo: ''Todos los pueblos estamos muy a gusto por recibirlos vivos'', reafirmando así la preocupación principal cuando los vieron partir el 24 de febrero pasado.

Cuando terminó el acto, comenzaron el baile y la música. La fiesta duró hasta la madrugada.

Para celebrar, los indígenas ofrecieron caldo de res y café a los visitantes de otras comunidades.