JUEVES Ť 5 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Tiene poder limitado, señala María Amparo Casar

Las iniciativas de Fox, acotadas por su propio partido y la oposición

JOSE GALAN

El presidente Vicente Fox enfrenta un ''reto monumental'' para lograr la aprobación en el Congreso de iniciativas como la reforma distributiva, porque no puede ejecutar sus políticas sin convencer en primer lugar a su partido, y en segundo lugar, al resto de las fracciones parlamentarias, ya que no tiene la mayoría legislativa, es decir, ''no es particularmente poderoso ni puede fijar la agenda política'', afirmó ayer María Amparo Casar, coordinadora de asesores del secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda.

Al participar en la mesa redonda La relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, afirmó que en estos tiempos de transición y gobierno dividido, el Presidente no cuenta con los recursos necesarios para que el partido que lo llevó al poder se mantenga en sintonía con los intereses del Ejecutivo, por lo que consideró fundamental trabajar los consensos entre ambos poderes para sacar adelante, con base en la negociación, iniciativas como la reforma fiscal.

Sin embargo, advirtió que no hay necesidad de tomar una visión ''catastrofista'', porque consideró que a todos los partidos políticos les ''queda claro'' la necesidad de impulsar una reforma fiscal que, añadió, ha sido un objetivo político y económico desde hace varios años.

Durante el foro, realizado en la Universidad Iberoamericana, y en donde compartió espacios con el consejero electoral Alonso Lujambio, María Amparo Casar sostuvo que el presidente Fox tiene ''poder y poderes limitados, que no es lo mismo'', por el reparto del poder político y por su propio partido. ''No puede ejecutar sus políticas sin convencer a los 251 diputados y 65 senadores del PAN, y por lo menos a otra fracción parlamentaria''. Por ejemplo, expuso que para impulsar reformas constitucionales, debe aliarse con el PRI y convocar en su favor a 17 legislaturas estatales, cuando su partido sólo controla tres.

En el caso del PAN, sostuvo que este partido debe plantear el apoyo a su Presidente, más allá de su doble reticencia histórica: por un lado, el presidencialismo practicado por el PRI y, por el otro, la herencia que este presidencialismo dejó en el país. ''Existe en Acción Nacional el temor desmedido de que pueda llegar a cojear del mismo pie que el PRI, pero las condiciones ya no están dadas'', consideró. Para el blanquiazul, incluso, ''le resulta preocupante verse en la necesidad de sacar reformas impopulares, cuyo costo político y social no quiere pagar''.

Sobre el PRD, consideró que ese partido atraviesa por un proceso de reacomodo interno que no ha terminado, y cuyo resultado está aún por verse. ''El hecho de que la relación entre el Ejecutivo y los legisladores haya sido de cooperación, no significa que esta situación vaya a persistir''.