Lunes en la Ciencia, 2 de abril del 2001
Roberto Castro Pérez Discriminación de género en instituciones públicas de salud Una de cada cuatro mujeres es objeto de violencia física durante el periodo de embarazo. En el mismo periodo la violencia emocional aumenta. Una parte importante de la población femenina sufre diversas formas de humillación, abusos, gritos, amenazas y otras formas de maltrato en el parto durante su atención médica institucional; a muchas de ellas se les coloca un dispositivo intrauterino mediante la obtención literalmente forzada de su "consentimiento" y algunas otras son esterilizadas sin su plena autorización. En este contexto, la investigación puede incidir, no sólo en mejorías para la salud o adelantos científicos y tecnológicos, sino también en el estudio de estos problemas sociales cuya atención todavía no es suficiente. Sin embargo, trabajos como el del doctor Roberto Castro Pérez (Morelia, Michoacán, 1960), quien desempeña sus actividades en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, ubicado en Cuernavaca, ponen en evidencia que "la condición de las mujeres frente a las diversas formas de "autoridad" (los servicios de salud incluidos) son de extrema vulnerabilidad y opresión". Roberto Castro realizó una maestría en estudios de población en Inglaterra y un doctorado en sociología médica, en Toronto, "y desde entonces he buscado explorar más a fondo los problemas de desigualdad de género y de clase en el espacio de la salud". Es decir, la línea específica de Castro son los problemas sociales de la salud, con perspectiva de género. Actualmente, el investigador coordina un estudio orientado a explorar cuál es la prevalencia de la violencia contra las mujeres embarazadas y si el embarazo es una especie de "factor de riesgo" (que hace que la violencia se incremente) o un "factor de protección". El estudio se realizó en cerca de mil mujeres del estado de Morelos que recibieron atención prenatal. Se encontró que 25 por ciento de ellas reportó haber sufrido algún tipo de violencia durante su embarazo, e igual número dijo haber sufrido violencia en el año previo a éste. "Estos resultados son válidos únicamente para la población usuaria de los servicios públicos de salud de los municipios de Cuautla y de Cuernavaca, y de ninguna manera representan lo que ocurre en el país en su conjunto. Pero hasta la fecha no se han realizado estudios de este tipo en el país, por lo que la nuestra es una investigación pionera". Otra línea de investigación de Roberto Castro versa sobre los factores sociales asociados a la conducta de los hombres violentos, la cual parte de la consideración de que el problema de la violencia contra las mujeres no empieza en ellas, sino en los hombres, por lo que ellos deben ser el objeto para estudiar el problema a fondo. "En este momento desarrollamos la investigación en torno a dos preguntas centrales: ƑQué hace que unos hombres recurran a la violencia en su relación con las mujeres y otros no? y Ƒqué hace que unos hombres opten por dejar de ser violentos y otros no?" Sin embargo, -explica el doctor Castro- como este trabajo está en la fase de recolección de la información, no posible adelantar resultados. Castro Pérez también ha buscado saber por qué se dan diversas formas de maltrato a las mujeres durante el parto, por qué es frecuente que los médicos hagan alusiones a la sexualidad de las mujeres como una estrategia de represión y control de las pacientes y qué otro tipo de estrategias de represión y control se dan. "El análisis de la información apenas comienza, pero se han identificado ya de manera general tres factores que hacen posible que se den este tipo de abusos: mecanismos de represión de parte de los médicos sobre las mujeres; mecanismos de sumisión por parte de las mujeres (lo que Bourdieu llama "la forma extrema de la violencia simbólica"); y mecanismos institucionales tanto de desincentivación de las quejas y de sometimiento al maltrato, así como de rutinas y condiciones laborales de los médicos que obligan a estos últimos a trabajar agotadoras jornadas". El investigador acepta que falta mucho por hacer, pero el gran aporte de las feministas a este respecto ha sido empezar a "hacer visible" el problema, de manera que "hoy es difícil o imposible tratar de argumentar que el tema de la violencia contra las mujeres no es prioritario o no amerita que se destinen recursos para su investigación". Sin embargo, advierte, es muy distinta esta situación, tanto en los servicios de salud como en las instancias de procuración de justicia. "Ahí todavía es inmenso el trabajo por hacer, debido a que hay diversas formas de oposición para hacer de éste un problema prioritario, central y emergente". Recientemente, Castro Pérez publicó el producto de varios años de investigación sobre el significado de la salud y la reproducción en comunidades rurales, titulado La vida en la adversidad. El significado de la salud y la reproducción en la pobreza, (CRIM/UNAM). (Mirna Servín) (Fotos: Carlos Cisneros) |