LUNESŤ 2 Ť ABRIL Ť 2001

ƑLA FIESTA EN PAZ?

Ť Leonardo Páez

GUSTAR Y GUSTARSE

EN CUANTO SALTÓ a la arena el primero de San Judas Tadeo del interesante festejo novilleril sin picadores, celebrado ayer en la plaza La Florecita de Ciudad Satélite, se pudo comprobar que han sido muchos años de maternalismo empresarial, ganadero y de la crítica, alcahueteando mediocridades vestidas de luces, por lo que para ese cacareado repunte del espectáculo taurino en México se hace inaplazable una limpia de toreros a partir de la presencia en los ruedos del novillo y el toro con edad, trapío y bravura.

ESTAS NOVILLADAS SIN picadores, práctica antigua en la fiesta de España, donde el que llega a la alternativa previamente ha demostrado que domina la técnica y puede con el toro, una vez que ha podido con el utrero y el eral, son muy necesarias en México, tanto para la capacitación gradual de los muchachos como para que los ganaderos dejen algo de desecho en vez de vender todo lo que tientan, sin el menor criterio de selección.

LA PRUEBA LA tuvo de inmediato el entusiasta público asistente -casi el lleno- con los ejemplares de San Judas, disparejos de presentación y de juego pero con la suficiente tauridad para que los noveles mostraran su capacidad de asimilación, adelantos y entrega, así como el criterio seleccionador del ganadero Salvador Rojas.

JORGE LÓPEZ Zotoluco enfrentó a un precioso castaño que rompió en banderillas, propiciando tres emocionantes pares, sobre todo el de Adolfo Sánchez, que fue obligado a salir al tercio. šAh, si empresarios y ganaderos mexicanos entendieran que no es la dependencia cómoda sino la bravura a secas, la fórmula para volver a meter a la gente a las plazas! El sobrino de Eulalio pegó muchos pases por ambos lados, pero toreó poco y dijo menos.

CÉSAR AUGUSTO, muy verde, anduvo empeñoso y bullidor en los tres tercios pero sin poder pensar en la cara del novillo, que acabó imponiéndose. Salió al tercio pero tendrá que emplearse mucho más si en verdad quiere destacar.

A JOSÉ ORTIZ -vaya nombre y apellido comprometedores en la fiesta de los toros- le tocó Tzotzil, el mejor novillo del encierro, bravo y noble, al que supo aprovechar con capote y muleta, acusando ese don privilegiado de saber gustarse para poder gustar.

NO FUE SÓLO el hambre, sino el precoz hombre de luces con vocación y expresión, elegante naturalidad, temple, colocación, estética -no posturitas- y soltura, sobre todo en aquellos cinco enormes derechazos ligados en los medios y limpiamente rematados. La oreja cortada a ley lo compromete a concentrarse en su preparación y autoconocimiento como un importante torero en cierne.

ERNESTO SÁNCHEZ PECHÓ con el malo del encierro. Anduvo dispuesto pero desabrido y le tocaron los tres avisos. Iván Rodríguez mostró idea, sentimiento y vocación ante otro novillo con trapío y problemas. Y Jesús Martínez, aniñado de rostro pero con intuición y buen contacto con el público, supo hacerle fiestas a otro buen astado. Quieto e imprimiéndole sabor a su faena, a este Jesús sólo le resta saber, siempre y cuando el CELA (Centro de Capacitación para Empresarios de Lento Aprendizaje) no lo vaya a vetar por torear en otras plazas.