DOMINGO Ť Ť ABRIL Ť 2001

Ť XVII Festival del Centro Histórico

Visión capital, obra que desnuda las emociones y sentimientos de una urbe

Lujuria, devoción, amor, herejía y fanatismo son sólo algunos de los sentimientos y emociones que se despliegan a lo largo de Visión capital, puesta en escena del vietnamita francés, Philippe Eustachon, en la que se juega el todo por el todo, con tal de desnudar al espectador.
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Inmersa en un río de situaciones chuscas y otras no tanto, Visión capital se presentó la noche del viernes como parte de las actividades del Festival del Centro Histórico en el Teatro de las Vizcaínas, un foro que apenas y se ocupó la cuarta parte con un público de lo más disímbolo: estudiantes, teatreros, amas de casa, oficinistas y hasta uno que otro despistado que llegó por casualidad.

Minutos antes de la última llamada, se podía percibir un aire de cierta desconfianza; quizá generado por el silencio y la oscuridad que invadían la atmósfera y que sería, incluso, el preámbulo para sumergirnos en una historia donde "la gente y los carros suenan como un río" y donde seguramente varios de los que estábamos ahí, seríamos los protagonistas.

Bajo la dirección de Eustachon y la escenografía de la holandesa Yvett Rotschied, se logró evocar nuestra propia historia, la cotidianidad de una urbe con todos sus habitantes: feos y bonitos, santos y herejes; todos ellos mezclándose y reencontrándose en las calles, el vecindario, en el metro, en el tráfico, en la iglesia o el panteón.

Con un particular y ácido sentido del humor, la puesta nos lleva por el camino de los sueños y las frustraciones, donde la búsqueda del amor es la premisa fundamental, no sin antes transitar por una catarsis de sentimientos, ya sea por el amor perdido, el hijo que se va, el esposo que abandona, que engaña o muere; o la mujer que no deja de soñar y esperar por una vida mejor.

En Visión capital todos los personajes tienen algo en común: no dejan de soñar, aún cuando alguno de ellos enfatice que "la vida no se hace de sueños, se basa en estadísticas, en éxitos".

En escena se aprecia el hábil deambular de siete jóvenes actores y una bailarina. Todos ellos evocando la espesura de sus propios demonios. Visión capital es un juego de historias entrelazada perfectamente y mezcladas en el juego del video, la música y la danza. Es un juego de expresiones oníricas que llevan al espectador por un fraseo espontáneo e imaginario de la ciudad de México.

Visión capital es una propuesta de la compañía Pájaros de Paso, una agrupación lidereada por Philippe Eustachon e Yvett Rotschied (becados en 1998 por sus montajes en foros importantes como el festival de Aviñón y Bogotá), quienes se han planteado la revaloración del teatro como poética de la realidad, a través de una gran cruzada por Latinoamerica

Pájaros de Paso ha trabajado en México durante 12 meses, a partir de talleres organizados en diferentes entidades y con actores no profesionales. La intención de recuperar lo cotidiano, las pequeñas cosas que nos ocurren diariamente y que dan forma y sentido a nuestra vida, han logrado descubrir en Visión capital la particularidad de cada ser humano.

ANGÉLICA RUIZ/AGENCIA TODCULTURA