DOMINGO Ť 1Ɔ Ť ABRIL Ť 2001
Carlos Bonfil
El doctor y sus mujeres
La cinta más reciente del veterano Robert Altman, El doctor y sus mujeres (Dr. T and the women), ha desatado en Norteamérica airadas reacciones feministas. El retrato colectivo de mujeres ociosas, entregadas a la maledicencia y al consumismo, envidiosas y mezquinas, sexualmente frustradas, pareció, de la parte del director de Vidas cruzadas (Short cuts), algo muy complaciente, además de políticamente incorrecto. A la película se le añaden otros reproches: incoherente, incomprensible, verbosa. A pesar de un reparto notable (Richard Gere, Helen Hunt, Farrah Fawcett, Laura Dern), apenas ha logrado sobrevivir en nuestra cartelera y no consiguió figurar en la Muestra. La explicación más inmediata reside en el estilo mismo del director, difícil de clasificar y a tal punto imprevisible que los seguidores de Altman aguardan siempre lo peor o lo sublime. la gran decepción o la revelación fílmica.
El doctor y sus mujeres (el título en español sugiere un afán de posesión, un donjuanismo, totalmente ausente en la cinta), actualiza de modo original la comedia hollywoodense de los años treinta, en especial la de Mitchell Leisen y la del George Cukor de Mujeres. A su modo característico, Altman revierte los clichés del género y frustra las expectativas de muchos admiradores de Richard Gere. Lejos de ostentar un carisma seductor, el popular ginecólogo Dr. T, aparece como un hombre de familia asediado por sus pacientes, pero profundamente enamorado de su esposa Kate (Fawcett). El drama estalla cuando ella se descubre aquejada por un llamado síndrome de Hestia, trastorno nervioso producido por el bienestar doméstico y el excesivo poder adquisitivo. La persona que lo padece manifiesta conductas anómalas en la vía pública, se despoja de sus ropas y termina sumiéndose en un profundo mutismo. Puede acabar, como la protagonista, en un asilo psiquiátrico. La mayoría de las mujeres en esta cinta parecen estar a punto de sucumbir a este padecimiento --en la antesala del consultorio médico, en los salones de belleza, en las ceremonias nupciales. El Dr. T conoce sin embargo a una mujer independiente (Helen Hunt), muy ajena a estas debilidades --una mujer que ha abandonado en gran medida las responsabilidades y deberes propios de su sexo para "masculinizarse", en lo que semeja la pesadilla de un burócrata laboral sexista.
La radiografía de Altman parte de esta caricatura de la mujer consumista norteamericana -esclava de la moda, totalmente Bloomingdale, prisionera de los malls y anexada de por vida al teléfono celular--, para registrar el ritmo de una ciudad (Dallas, Texas) y sus estilos de vida. El blanco de la sátira es, más allá de la pretendida misoginia del cineasta, la vanidad de una organización social conformista. Como en otras películas de Altman (Nashville, Caprichos de la moda, El ejecutivo), un mosaico de viñetas, en apariencia caóticas y demasiado dispersas, revela paulatinamente sus vasos comunicantes, sus correspondencias sorpresivas, en lo que el espectador contempla ya como un sugerente modelo para armar. En la crónica social donde aparentemente no sucede nada que se aleje del costumbrismo y la sucesión de clichés y caricaturas, de pronto se manifiestan anomalías perturbadoras -el padre que descubre la identidad homosexual de su hija, por ejemplo--, y se produce, insidiosamente, un malestar generalizado. Todo puede entonces suceder. Desde una lluvia de langostas hasta un huracán. Y es aquí donde las historias dispersas confluyen en la biografía colectiva de los habitantes de un barrio rico de Dallas, y donde una ceremonia nupcial se vuelve premonición del Apocalipsis, y muchos personajes, los candidatos ideales para acompañar a la bella Kate en su residencia psiquiátrica. En todo esto se insinúa también, no tan sorpresivamente, un alegato a favor de la tolerancia en materia sexual, signo inequívoco de que Altman no es ajeno a la evolución y mudanzas de las costumbres. Con Cukor, Bergman, Fassbinder y Godard, el director de esta cinta es uno de los últimos, excelentes, retratistas de mujeres.