DOMINGO Ť Ť ABRIL Ť 2001

Ť Fracasó la propuesta de una dirigencia colegiada, dice el líder del sindicato del IMP

Cañonazos de hasta 35 mil pesos y vehículos del año enterraron la disidencia en la FSTSE: Navarrete

Ť La sigilosa desbandada de dirigentes para ocupar posiciones remuneradas en el Comité Ejecutivo Nacional borró de un plumazo los vientos de renovación en esa federación

FABIOLA MARTINEZ

Casi nadie se resistió a la tentación de tener 7 mil y hasta 35 mil pesos en la bolsa, y mucho menos a contar con un automóvil del año. También muy pocos se mantuvieron firmes en el bando contra la relección de Joel Ayala, quien desde la semana pasada es de nuevo el dirigente de la burocracia nacional.

Felipe Navarrete, líder del Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano del Petróleo, relata la forma en que fue ''enterrada en el camino'', apenas unas horas antes del congreso de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, la propuesta de 22 sindicatos para elegir una ''dirigencia colegiada'' en esta organización que agrupa a 1.7 millones de burócratas.

Tal propuesta, impulsada en principio por 11 sindicatos de organismos públicos descentralizados, fue ''borrada de un plumazo'' en el momento en que Bernardo Quesada, miembro del SNTE, y quien fungiría como candidato opositor, así como José Luis Acosta, líder del sindicato del ISSSTE, se deslindaron de las organizaciones disidentes y ahora proclaman una ''abierta unidad'' junto a las huestes de Ayala.

Los delegados al congreso nacional de la FSTSE, realizado el lunes y martes de la semana pasada, ''no resistieron a los estímulos económicos a cambio de su voto; muchos de ellos recibieron gustosamente mínimo 7 mil pesos, mientras que a los secretarios generales se les ofrecieron 35 mil. La promesa se extendió hacia los líderes estatales de la federación, quienes están seguros de recibir un automóvil cada uno'', aseguró Navarrete en entrevista.

El sindicato del IMP, junto con una decena de agrupaciones de organismos públicos descentralizados, están afiliados a la llamada ''unión nacional'', que en las semanas previas al congreso brindó su apoyo al grupo opositor a la dirigencia de la FSTSE, encabezado por el sindicato de la Secretaría de Agricultura, el cual también sufrió bajas en sus filas.

Sin embargo, en la víspera del congreso, con el supuesto apoyo del SNTE y del líder del ISSSTE, disidentes nuevos y añejos alcanzaron a sumar 22 organizaciones e incluso Quesada les prometió que llevaría a tres más para sumar 25, e incluso analizar una eventual salida conjunta de la FSTSE.

Ante esa idea, comentó Navarrete, nos reunimos entusiasmados el sábado y el domingo en las instalaciones del sindicato de la Secretaría de Agricultura, en la calle de Rosas Moreno, colonia San Rafael. Ese día, nos resultó extraño que todos fueran, excepto la prometida asistencia de los líderes del Sntissste y del SNTE, así como de los dirigentes de Hacienda y Relaciones Exteriores.

El lunes por la mañana, congregados ahora unas cuadras más adelante, en el Teatro Aldama, se presentó Quesada para informarnos que no había condiciones para participar en el congreso y que lo más conveniente para todos era negociar posiciones en el Comité Ejecutivo Nacional y en las múltiples secretarías y comisiones de la FSTSE, en las que se paga mensualmente a los líderes, por el solo hecho de estar en tal equipo, 7 mil pesos mensuales.

''Entonces, sigilosamente empezó la desbandada de sindicatos, e incluso en el traslado del sindicato de Agricultura al teatro, apenas unas calles, seis huyeron al congreso con la certeza oficial de que ya estaban en la lista de las carteras a repartir''. Más tarde, todos se fueron desprendiendo y el intento por llevar una propuesta de dirigencia colegiada quedó enterrado en el camino.

Por ello, afirmó Navarrete, los sindicatos que nos mantenemos en la oposición creemos que en este deslinde hubo dos posibilidades: que desde el SNTE nos mandaron a Quesada como apagafuegos de la disidencia o que, en efecto, él no tenía el apoyo del propio magisterio y prefirió declinar.

''Lo cierto es que el reparto del pastel ya estaba hecho desde la noche del domingo. Desde el lunes por la tarde no hemos vuelto a ver a Quesada, lo hemos buscado pero no da señales de vida. En el camino se quedó su rijosa intención opositora'', dijo.

Por su parte, Joel Ayala afirmó en entrevista que la FSTSE no tiene disidencia; de hecho, aseveró, ''el único de los 78 sindicatos federados que se mantiene obsesionado y renuente es el de Agricultura''.

En el afán por aparentar ''unidad total'' en la FSTSE, inscribió en la extensa lista del nuevo Comité Ejecutivo Nacional para el periodo 2001-2004, los nombres de sus opositores, incluido Juan Velázquez, del Sindicato de Agricultura, y otros de la citada Unión Nacional de Organismos Públicos Descentralizados, que mantiene su postura de discutir su salida de la federación.

En nuestra organización, sostuvo Ayala -también senador priísta-, se apuntala la democracia interna. Los sindicatos se dieron la oportunidad de participar libremente ''en un proceso abierto, plural, claro, transparente, y el resultado fue una manifestación de libertad genuina. En este sentido, tengo el gran orgullo de mis compañeros, la corriente mayoritaria que se hizo prácticamente total. Platicamos entre todos posiciones de propietarios y en responsabilidad en áreas para ir por las grandes reivindicaciones que tiene la base trabajadora'', concluyó.