SABADO Ť 31 Ť MARZO Ť 2001

Gustavo Leal F. Ť

El "señor Santiago"

El dignóstico del doctor Onofre Muñoz, subdirector de Prestaciones Médicas del IMSS, es preciso: aunque la institución dispone de 35 por ciento del presupuesto del sector salud y atiende 64 por ciento de la demanda nacional, enfrenta severos rezagos. Cerca de 72 por ciento del presupuesto para la salud se destina al tratamiento de cuatro padecimientos: cáncer, diabetes, VIH/sida y enfermedades del corazón.

Las limitaciones económicas impiden solucionar las deficiencias de la prestación. Hay que fortalecer la infraestructura e incorporar a otros grupos productivos de la población. Por ejemplo, para el año 2001, el IMSS tiene como objetivo afiliar 300 mil familias al seguro voluntario, con los que sumarían 600 mil los hogares inscritos en este esquema. Ello permitiría disponer de mayores recursos, los cuales se aplicarían en "mejorar la prestación del servicio, el ambiente laboral y ofrecer incentivos al desempeño del personal".

Ante el impacto de la globalización, continúa, el Instituto Mexicano del Seguro Social debe mantener su responsabilidad de atender a los trabajadores. Por ello se pronuncia en contra de la reversión de cuotas, "pues eso implicaría fragmentar el financiamiento". Por lo que toca a la presencia de las Instituciones de Servicios Especializados en Salud (ISES), el doctor Muñoz estima que su adecuada operación depende de que México cuente con "un mercado regulado".

Frente a este escenario y en el marco de la 88 Asamblea General del IMSS, Santiago Levy --actual director del instituto, por empeño de Fox-- planteó la necesidad de un análisis "serio y profundo, ajeno a la retórica y a la demagogia, para construir entre todos un sistema de seguridad social más amplio e incluyente".

Pero también subrayó que sólo la atención de 13 mil pacientes con sida requiere aproximadamente 10 por ciento del gasto en medicinas y materiales de curación: "es previsible que estas tendencias se agudicen". Una rápida "transición epidemilógica" pondrá en "riesgo la viabilidad del Seguro de Enfermedades y Maternidad con su actual estructura de aportaciones". ¿Precisión, advertencia o amenaza? ¿Quiere decir que habrá entonces que elevar las aportaciones? ¿O qué quiere decir?

Aún más, Levy informó que en esta década, la población mayor de 65 años se incrementará en 32 por ciento mientras que el resto lo hará en 26 por ciento, lo que sumado al aumento de la esperanza de vida (77 años la mujer y 73 el hombre) "pondrá particular presión sobre los seguros de Vejez y de Cesantía, el Régimen de Pensiones y Jubilaciones de los trabajadores del IMSS y las pensiones en curso de pago". Nuevamente, ¿precisión, advertencia o amenaza?, ¿acaso no trabajaron para esa jubilación?, ¿no tienen derecho a ella?, ¿va a "podar" el contrato colectivo?, ¿o qué quiere decir?

En encarte publicado por la prensa nacional el 15 de marzo, la dirección del IMSS reitera el llamado a ese "análisis serio y profundo" y propone reflexionar sobre "dos factores esenciales": 1) diseñar una "adecuada graduación de las modalidades de seguro a ofrecer a la población y de la mezcla de aportaciones" (¿?); y 2) que las "aportaciones del gobierno tengan un sólido respaldo con ingresos tributarios estables y permanentes". ¿Habrá alguien con opinión contraria?, ¿se trata de un velado apoyo al proyecto de reforma fiscal foxista?, ¿o qué quiere decir?

Si Levy quiere realmente ese "análisis", deberá predicar con el ejemplo: empezar por emplear un lenguaje preciso. Ahí empieza cualquier "análisis" persuasivo como el que se requiere hoy día en México, sobre todo cuando se tratan materias de alta sensibilidad para la cohesión social, como las que ahora tiene en sus manos.

Levy podría reflejarse en el espejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde equivocando severamente el lenguaje del Informe Mundial de la Salud 2000 --al pretender "proteger financieramente a los más pobres"--, su directora, la doctora Brundtland, levantó una insurrección en proporciones aún incalculables, localizada en la membresía de los países del Tercer Mundo de la organización: la franca mayoría.

Un nuevo gobierno, un gobierno del "cambio", está obligado a expresarse con el rigor que le confirieron sus electores. Caso contrario, estará sirviéndose del mismo lenguaje del que no supo cambiar.

Tal vez por ello Vicente Fox Quesada remató la pieza oratoria que sus asesores habían preparado para la ocasión afirmando: "felicidades, señor director Santiago, tenemos plena confianza en la tarea que vas a realizar, el Instito Mexicano del Seguro Social está en buenas manos". ¡Veremos!

Ť Universidad Autónoma  Metropolitana-Xochimilco