VIERNES Ť 30 Ť MARZO Ť 2001

MELON

Luis Angel Silva

Monchis y sus soneros

HACE UNAS SEMANAS leí en un periódico declaraciones de Filemón Monchis Arcos, secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores de la Música, acerca del desplazamiento que sufren los soneros mexicanos por parte de cubanos radicados en esta capital y tomar medidas drásticas al respecto.

ASIMISMO, EN LA reunión que se lleva a cabo cada año en el feudo de Pepe Arévalo, se propuso hacer un plantón musico-tumbas-jpg copiafrente a Gobernación en protesta por dicho desplazamiento y pedir que se niegue la entrada al país de músicos provenientes de la isla bella.

ESTO ME HACE recordar el boicot que sufrieron los toreros mexicanos allá por los años treinta en España, y que Juan Belmonte calificara como el "boicot del miedo". En verdad tanto lo que declaró Monchis como lo concerniente al plantón me llena de vergüenza y me hace comentar al respecto.

CIERTO ES QUE Monchis tiene el deber de proteger a los miembros de su sindicato, más considero que eso debió hacerlo hace mucho tiempo y sin declaraciones a la prensa. En cuanto a lo sucedido en la reunión sonera, me parece que desde hace varios años les vengo advirtiendo lo que su descuido ha propiciado y las envidias entre ustedes mismos han deteriorado la unión que antaño prevalecía.

EN VEZ DE plantones, pónganse a estudiar, a ensayar y a tratar de mejorar su calidad. Dejen de alabarse a sí mismos dejando pasar el tiempo sin ningún beneficio ya que como dice don Jacobo Moret, alabanza en boca propia se convierte en vituperio. Saquen a relucir su talento, vergüenza, orgullo y peleen por lo suyo, pero en la tarima.

DESGRACIADAMENTE, PARA EL sindicato, estos cubanos trabajan en lugares no controlados por ellos y menuda tarea le aguarda si es que de verdad van a tomar medidas al respecto. Además, lo que el dirigente declaró acerca de que los institutos de cultura ayudan al desempleo de los músicos locales, lo creo, pero no me consta, aunque pienso que más bien se debe al malinchismo que domina de manera atávica a la manera de pensar del mexicano en su inmensa mayoría. Eso hará más difícil llevar a cabo sus intenciones, independientemente que los soneros de aquí copian todo lo que aparece. Así se convierten en los principales promotores de los grupos no solo cubanos, sino de otros países.

SIN IMPEDIR TRABAJAR a los cubanos, creo que una solución sería obligar a las empresas a contratar conjuntos mexicanos de manera equitativa. Es decir, por cada grupo de otro país (no me gusta la palabra extranjero), uno de aquí. Eso, a la vez de igualar la balanza, daría oportunidad de demostrar que también en San Juan hace aire. Dicho sea de paso, los grupos cubanos que he tenido la desgracia de escuchar, sin ánimo de ofender, son muy malos, cosa que me avergüenza más, pues, entre el malinchismo y la indolencia se han dejado ganar la batalla.

NO ME CANSARE de alabar la calidad de los soneros veteranos que después de la llegada del Conjunto Matamoros en 1945, y hasta 1954 en que arribó la Orquesta América, no dejaron pasar ni el aire gracias a esa calidad tan reconocida por este servidor. Ojalá que los soneros de ahora saquen la casta y demuestren lo que dicen ser.

VOLVIENDO A LOS grupos cubanos agregaré que dan la impresión de venir a México a hacerse soneros, ya que con honrosas (creo que me sobran dedos de una mano), pero muy honrosas excepciones, se les puede catalogar soneros dignos de admirarse. Qué lejanos están aquellos años en que México vivió una época de oro del son cubano con elementos como Chicho, Modesto Durán, Yeyo Tamayo, Andresito, Cané, Silvestre Méndez, Florecita, Periquet, Manolo Berrio, Carabela, Ramón Dorca, todos cubanos.

LLENO DE VERGÜENZA, "echo umbeko". Soneros mexicanos, echen pa' lante que talento lo tienen.