Ť Son víctimas de mafias que controlan la prostitución en La Merced y otras zonas
Aumenta incorporación de mujeres indígenas al comercio sexual en el DF
Ť Muchas adolescentes son robadas por enganchadores en sus lugares de origen, o vendidas por su propia familia, según estudio de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno capitalino
BERTHA TERESA RAMIREZ
Las
mujeres indígenas migrantes en el DF, no sólo están
condenadas a conformar una fuente de mano de obra barata, dada su baja
escolaridad y escasa capacitación laboral, sino que actualmente
se ha hecho evidente su creciente inclusión en el comercio sexual.
En zonas como La Merced, mafias que organizan y controlan la prostitución, tienen entre sus víctimas más frecuentes a adolescentes indígenas o campesinas, que son robadas o "vendidas por sus familias", advierte el diagnóstico Política social de atención a pueblos y poblaciones indígenas migrantes, realizado por la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del DF.
La creciente presencia de esas mujeres en ese oscuro comercio tiene que ver con el hecho de que la migración indígena a la ciudad de México tiene "rostro de mujer". Según el diagnóstico citado, del total de hablantes de lengua indígena de cinco años y más en el DF, 56 por ciento son mujeres, y de éstas 60 por ciento se encuentran incorporadas al trabajo doméstico en las delegaciones Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Coyoacán y Alvaro Obregón.
Sin embargo, la baja remuneración que obtienen por esa actividad, las lleva a empleos de otro tipo, en loncherías, bares, cantinas y otros establecimientos muchas veces relacionados con el comercio del sexo, lo cual influye fuertemente en la incorporación de adolescentes indígenas a esa actividad.
Otros factores que intervienen en este fenómeno son el maltrato y el abuso sexual, el abandono del hogar y el auge del comercio del sexo. El diagnóstico advierte que este último factor es el más importante en la inclusión de indígenas en la prostitución. Ese negocio --agrega-- es controlado por mafias "que tienen sus víctimas más frecuentes en las indígenas o campesinas, despojadas o traspasadas comercialmente por sus propias familias". De hecho, la mayoría de las menores que se prostituyen en la zona de La Merced provienen del interior de la República.
En algunos casos, sucede que jóvenes varones funcionan
como anzuelos para secuestrar a las menores y venderlas a las redes de
prostitución. El documento agrega que ha habido un incremento de
los sitios donde se explota a las menores. Menciona que entre los más
significativos están La Merced, Azcapotzalco, Milpa Alta y Xochimilco,
especialmente en lugares cerrados como cantinas, bares o lonche-
rías. El hecho de que se dediquen a dicha actividad,
implica la pérdida de sus lazos familiares.
Añade que aunque no se tienen datos específicos sobre el porcentaje de mujeres indígenas en la prostitución, según un muestreo realizado por esa dependencia en La Merced, 46.4 por ciento de las mujeres que se dedican a la prostitución tienen entre 16 y 24 años; 61.7 son solteras y 76.7 tienen hijos.
En el diagnóstico, la dependencia advierte que con base en esos datos se puede afirmar que muchas mujeres indígenas se inician muy jóvenes en la prostitución y son madres solteras, lo cual reduce aún más sus oportunidades de iniciar o concluir sus estudios y dedicarse a otras actividades. Además, están en gran riesgo de consumir drogas y adquirir el VIH-sida.
Menciona el documento que la actividad más importante de las indígenas en la ciudad sigue siendo el comercio ambulante, al cual se dedican porque les permite atender a sus hijos y conservar en buena medida sus vínculos con su familia; sin embargo, ello impacta desfavorablemente en el acceso de sus hijos a la escuela, y comparten la problemática del ambulantaje, como quedar a expensas de grupos que controlan esta actividad. Se les exigen cuotas, afiliación obligada a uno u otro partido u organizaciones sociales con objetivos como la obtención de vivienda y terrenos, concluye el documento.