MIERCOLES Ť 28 Ť MARZO Ť 2001

Ť Autora de una biografía conversada del periodista

Becerra Acosta era cálido, soberbio e iracundo, dice Alegría Martínez

CESAR GÜEMES

El periodismo actual proviene de tres o cuatro nombres esenciales de la generación apenas anterior a la actual, en la que se incluye necesariamente el de Manuel Becerra Acosta.

alegriaCon esa idea, Alegría Martínez, titular de la sección cultural de Unomásuno, se dio a la tarea de realizar una biografía conversada con el periodista, resultado de la cual es el volumen Manuel Becerra Acosta, periodismo y poder, editado por Plaza & Janés y que se presenta hoy, a las 19:00 horas, en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, situada en Francisco Sosa 202, Coyoacán. Los comentarios estarán a cargo de Víctor Hugo Rascón Banda, Rafael Cardona y Huberto Batis).

Aprender sobre la marcha

--Cuando se conoce bien al personaje sobre el que va a escribirse, pero no hay distancia digamos de carácter histórico entre uno y otro, te encuentras con una seria dificultad.

--Es muy difícil, sí. Siento que a partir del acuerdo con el que se inicia el trabajo, lo que se diga es material utilizable. Puede ser un arma de doble filo el conocimiento previo porque es dable intuir que el entrevistado habla de realidades vistas por uno de otra manera, pero no se puede romper con lo pactado aunque se tenga una visión distinta. En ese sentido lo que está fuera de la grabación no es utilizable. Se vale, cuando se escribe en primera persona, decir lo que uno piensa, sin necesidad de poner palabras en boca de otro, aunque las respuestas se adivinen.

--Un libro como el presente puede obedecer a la admiración, al respeto o al encargo. ¿Cuál dirías que es el caso? 

--A la admiración y al respeto. Estar cerca de Becerra Acosta me permitía conocer muchos caminos que él ofrecía. Claro, me habiera gustado que algunos temas fueran tocados con más amplitud, o me hubiera confiado anécdotas más interesantes referidas a sucesos que se callan. Salió toda la información que ofrezco.

--¿Además de director de tu diario, don Manuel era didáctico?

--Sólo cuando uno se permitía el espacio y la posibilidad de saltar obstáculos que no todas las personas estaban dispuestas a cruzar.

''El no tener la humildad necesaria también impedía acceder a ese conocimiento. Fue un maestro de los que afirmaban 'la letra con sangre entra', no tenía delicadeza para afirmar lo que deseaba. La única manera de resolver los problemas que planteaba era aprender sobre la marcha a solventarlos.''

--¿Es posible que Periodismo y poder sea un volumen pensado para que se leyera en las escuelas de periodismo?

--Se leerá, claro, sólo que no como un libro de tipo académico. Eso está en desuso. Pienso que puede auxiliar a los interesados en aprender algo de periodismo si saben leer entre líneas y si no están buscando la solución con las palabras exactas.

''Existen respuestas que solicitan ir a una investigación mayor y a preguntarse si lo que él dice tiene razón o no. Una de las virtudes que tuvo fue el sentido común de ver las cosas, algo que se pierde con facilidad o se abandona por las fórmulas hechas.''

Deuda saldada

--Además del periodista Manuel Becerra Acosta hay un personaje. ¿Tuviste que construirlo?

--Ya estaba construido de antemano. Lo que deseaba era dar una visión de ese personaje porque generalmente se habla de la obra y de lo que se murmura acerca de él. Sin embargo, pocas veces alguien se acerca a preguntarle qué pensaba de las emociones, algo que puede resultar frívolo si no se plantea de manera adecuada.

''Me pareció muy importante conocer al personaje creador a partir de lo que pensaba sobre ello, cómo fue su infancia y cuáles sus preocupaciones.

''Así es como entendemos su desempeño profesional. De modo que el personaje está aquí, incluso en la forma de hablar. No hay en el libro un Manuel Becerra maquillado, sino como era, completo: periodista, cálido, soberbio, arrogante o iracundo.''

--¿Con este libro queda saldada la deuda maestro-discípula?

--Queda, cómo no. Estamos a mano.