MIERCOLES Ť 28 Ť MARZO Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

HOY TERMINA en San Lázaro una etapa del movimiento nacido en Las Cañadas de Chiapas y se abre otra de características por conocer. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la declaración de guerra contra el Estado mexicano, el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, los comandantes y el subcomandante, los pasamontañas mismos, entrarán hoy a una dinámica de súbita o retardada, pero inequívoca, disolución. Una larga (y poética) marcha rebelde de siete años de duración, que usó más como arma la palabra que el fusil, desemboca en el escenario natural de la política que es el Congreso de la Unión, específicamente el salón de plenos de la Cámara de Diputados.

NO ES MUCHO lo que de distinto se debe esperar allí respecto a las demandas que dieron origen al levantamiento del 1 de enero de 1994. Al llegar a los micrófonos de la Cámara más numerosa y plural del Poder Legislativo, los zapatistas habrán de reiterar los planteamientos que durante siete años han hecho. Sería hasta injusto que no fuese tal el comportamiento de los rebeldes, decía ayer Lorenzo Meyer en Detrás de la Noticia, con Ricardo Rocha. Lo natural es que las razones e ideas que ha sostenido el movimiento chiapaneco sean reiteradas en busca de soluciones, en este caso en la aprobación de una ley en materia de derechos indígenas.

PERO EL movimiento zapatista no es ya el mismo que salió del sureste en la última semana de febrero. A lo largo del camino que le llevó a la capital del país fue recogiendo adhesiones y propuestas de grupos y organizaciones sociales ansiosas de tener una opción política, no necesariamente partidista, distinta de las que hasta ahora existen y que no parecen satisfacer a ese segmento inconforme y desatendido. Marcos se fue convirtiendo en un punto de convergencia que va más allá de las demandas indígenas. El zapatismo es una opción política que podría dar forma a una izquierda mexicana frustrada, desorganizada, perdida en las luchas internas y en las riñas por los cargos y las candidaturas.

ESE TALANTE distinto del zapatismo deberá ser presentado hoy en sociedad en la tribuna legislativa. Las armas, reales o simbólicas, del EZLN, ya no podrán funcionar más. Aun cuando la estrategia obligue a posponer el desarme hasta que sean firmados los acuerdos de paz que, desde luego, no se alcanzarán de manera rápida ni sencilla, los zapatistas dejan hoy el derecho a la lucha armada a cambio de ganar el derecho a la vida política activa.

NO SE QUIERE aventurar aquí la idea de que el zapatismo decida hoy, en el momento más alto de la sesión legislativa, dar el golpe efectista de despojarse de pasamontañas como primera muestra de reinserción a la vida civil. Mucho se especula con esa versión de que hoy las capuchas caerían, y en especial la de Rafael Sebastián Guillén. El propio Marcos dijo hace días a un programa radiofónico español que "pronto" se sabría su identidad. Pero, sea hoy descubierto o no el rostro del máximo símbolo de la lucha guerrillera del sureste --que ayer volvió a sus épocas magisteriales al dar clases en la ENAH, difundidas a través de la clandestina Radio Zapote-- el tiempo de la cara al aire ha llegado. Una de las mayores reticencias de quienes se opusieron al uso de la tribuna camaral fue que órganos legislativos atendieran formalmente a personas que escondían su identidad.

DE HECHO, una capucha de primer nivel había caído antes. Fernando Yáñez Muñoz fue recientemente reciclado por el zapatismo, entregándole responsabilidades de enlace con el Congreso y los partidos, que fortalecen la hipótesis corriente de que él ha sido y es el verdadero comandante en jefe del EZLN. Ante las críticas que generó ese polémico destape del llamado comandante Germán, voces del mando guerrillero comentaron que con ese paso se adelantaba el propósito de reintegrar a los cuadros de la lucha armada a la vida civil; no deberían verse en los perfiles del arquitecto regiomontano mensajes sombríos, de retorno a los pasajes de la clandestinidad sino, al contrario, de salida a los espacios públicos.

EL ARRIBO del zapatismo a esta nueva etapa se ha dado en el marco de convulsiones políticas que mueven a confusión. El principal acontecimiento es el distanciamiento explícito de la corriente dominante en el PAN respecto al presidente Fox. Diego Fernández de Cevallos, quien sigue manteniendo un evidente control de la base asambleística blanquiazul, ha sido colocado en un lugar importante del debate nacional por los ataques de Marcos en su contra y por su propia embestida contra el Presidente de la República, a quien ha calificado de promotor, representante y publicista del guerrillero.

NO FALTAN quienes creen estar viendo un juego convenido de apariencias en que al estilo del policía bueno y el duro, el PAN y el jefe Diego estén subrayando la presunta bondad y generosidad extremas del Presidente, al tiempo que le van marcando una frontera a las concesiones que pudiese hacer en aras de la paz tan necesaria para que en Europa y Estados Unidos pueda llevar adelante sus proyectos económicos. Expertos en la negociación en lo oscurito, los jefes panistas podrían estar mostrando diferencias en el punto indígena para reconciliarse con aplausos del respetable público en temas como reforma fiscal y proyectos de apertura al capital extranjero en materia energética.

PERO TODO ha sido opacado por las expectativas de lo que hoy suceda en San Lázaro. Ayer mismo, Gilberto Rincón Gallardo presentó frente al presidente Fox los trabajos de una Comisión Ciudadana de Estudios contra la Discriminación que en otro momento habría recibido mejor atención por los interesantes planteamientos que hace. El ex candidato presidencial propone trabajar en busca de una reforma constitucional que establezca explícitamente el principio de la no discriminación, "entendida ésta como cualquier exclusión, distinción o restricción basada en edad, género, embarazo, estado civil, etnia, idioma, religión, ideología, orientación sexual, color de piel, situación económica, trabajo o profesión, capacidad diferenciada o estado de salud, y que tenga como resultado menoscabar o anular el reconocimiento o ejercicio de los derechos de la persona". Además, se buscará establecer una ley reglamentaria, que sería una especie de acta de nuevos derechos civiles, y un consejo nacional contra la discriminación, que sería órgano de Estado, no de gobierno.

OTROS TEMAS sufren igual relegamiento. El grave asunto de Tepito, en el que asoman indicios de irresponsabilidad política de diversos personajes del gobierno capitalino, tampoco tendrá hoy gran espacio mediático. Y, ya que todos están tan ocupados en el asunto de San Lázaro, y en saber si el sub se quita o no el pasamontañas, el IFE da un paso más en el reconocimiento de las negociaciones en lo oscurito respecto a Yucatán, al entregar oficialmente la documentación electoral al "superconsejo" con el que Víctor Cervera y el gobierno foxista acordaron dar por terminadas las escaramuzas peninsulares, aun a reserva de lo que opinen los "viejitos" del Poder Judicial Federal. Y, en el aeropuerto de la ciudad de México, en tanto, la eficiencia empresarial y el gabinetazo siguen dando muestras gratis de irresponsabilidad a nacionales y extranjeros.

PERO, HOY, HOY, HOY, es día de San Lázaro y San Marcos.

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