ACCION NACIONAL: LAS PARADOJAS DEL PODER
La Asamblea Nacional del Partido Acción Nacional,
que se realizó el pasado fin de semana en Guadalajara, es el primer
cónclave partidario significativo de esa organización desde
que su candidato ganó la Presidencia de la República, y hace
pertinente reflexionar en torno a las circunstancias externas e internas
de esa fuerza política hoy en el gobierno.
El inevitable telón de fondo del encuentro fue,
sin duda, la marcada divergencia entre el presidente Vicente Fox y los
legisladores de su partido acerca del trato que ha de darse a los dirigentes
zapatistas que se encuentran en la capital del país: mientras que
el primero ha procurado facilitar los caminos del diálogo y la pacificación,
los segundos se empeñaron en una actitud de menosprecio y desdén
hacia los rebeldes, y a la postre los exhortos presidenciales para que
se abriera el Congreso de la Unión a los zapatistas fueron recogidos
por la oposición (PRD, PT, PVEM y parte del PRI), mas no por los
panistas.
El hecho lamentable de que las posiciones más reaccionarias
de la sociedad hayan encontrado expresión en las bancadas panistas
de la Cámara de Diputados y del Senado no debe eclipsar, por otra
parte, el dato fundamental de que el país asiste a una independencia
del partido del jefe del Ejecutivo, y que el grupo en el poder estrena
formas novedosas, no presidencialistas, de acción política
e institucional. Esta situación choca, ciertamente, con hábitos
mentales forjados a lo largo de siete décadas de régimen
priísta, en el cual el control total del partido era (junto con
la tácita sumisión de los otros poderes a la figura presidencial)
una de las "facultades metaconstitucionales" del huésped en turno
de Los Pinos.
La nueva relación entre el mandatario y su organización
política es, en buena medida, expresión de principios democráticos
tradicionales del panismo, pero también inciden en ella viejos rencores
--de los que es representante y portador el coordinador de los senadores
panistas, Diego Fernández de Cevallos--, gestados desde que Fox
urdió su candidatura al margen del ámbito partidario y se
la presentó a la dirigencia blanquiazul casi como un hecho consumado,
y exacerbados durante la campaña, cuando el entonces candidato marginó
a la estructura panista tradicional y le impuso, como cuartel general de
la campaña, a una asociación ajena a Acción Nacional:
Amigos de Fox.
Al margen de estos y otros contenidos circunstanciales
de la nueva relación entre el Presidente de México y su partido,
en la Asamblea Nacional panista realizada en la capital tapatía
pudo constatarse que el ejercicio del poder público obliga a los
panistas a abordar temas cruciales de la vida nacional que tradicionalmente
habían permanecido al margen de su interés --como la situación
intolerable de los pueblos indígenas y las persistentes desigualdades
de género--, y que lo están haciendo en un ambiente de apertura
y libre discusión de posiciones encontradas.
Finalmente, en el encuentro de Guadalajara se reflejó
una de las principales paradojas de Acción Nacional en el momento
presente: que, siendo un partido básicamente conservador, y hasta
cavernario en algunos de sus sectores y expresiones, ha sido un factor
indudable en el proceso de democratización del país y que,
dentro de sus propias filas, es capaz de practicar la tolerancia y de respetar
las diferencias. |