LUNES Ť 26 Ť MARZO Ť 2001
Ramón MantovaniŤ
Sobre la caravana del EZLN
Hace más de un mes, 23 comandantes y un subcomandante del EZLN salieron de la selva dirigiéndose hacia San Cristóbal de las Casas, desde donde iniciaron un viaje que los llevaría hasta la ciudad de México.
Sin armas y con sus pasamontañas, que ha sido el símbolo que los ha caracterizado. Un símbolo que significa que no importa la cara de la persona y que debajo de estos pasamontañas se encuentran todos los indígenas, los explotados, los excluidos y los oprimidos del mundo. Ciertamente se trata de un acontecimiento que no dejará de suscitar interés y discusiones. Propiamente por esto vale la pena hablar con mayor profundidad de esta experiencia revolucionaria.
El primero de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) toma con las armas San Cristóbal de las Casas y otras ciudades del estado de Chiapas. Es el mismo día que entra en vigor el NAFTA, el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Una gran ventaja para el capital y un gran desastre para los obreros, campesinos y también para las pequeñas empresas mexicanas que, de hecho, desde entonces han visto empeorar las propias condiciones económicas, de vida y de trabajo.
Pero hay un punto particularmente duro del NAFTA, que a la mayoría pasa inobservado. México debe cambiar su Constitución y abolir las tierras comunales (ejidos) de los pueblos indígenas, que garantizan la supervivencia material y cultural de los pueblos mayas. Son totalmente incompatibles con la doctrina neoliberal que inspira el NAFTA y, sobre todo, son un obstáculo a remover para que las multinacionales puedan explotar a su placer el petróleo, uranio y biodiversidad.
Nunca el capitalismo había llegado a tanto. No solamente los "ejidos" sino el entero pueblo maya sería barrido. Exactamente en el día de la triunfante inauguración del derrumbamiento de la frontera (solamente para las mercaderías y el capital), los indígenas, en lugar de esperar silenciosos y resignados las consecuencias de semejante decisión, levantan la cabeza y toman la palabra en el único modo posible para hacerse oír en México y en el mundo: con una rebelión armada.
šEl efecto es grande! El mundo, después de la caída del bloque socialista, parecía dirigirse a una fase de dominio capitalista, gran parte de la izquierda comenzaba a arrodillarse frente a los dogmas neoliberales; una parte importante de los intelectuales parecía haber perdido todo espíritu crítico. América Latina parecía pasar de la estación de las dictaduras a la tecnocracia seudodemocrática, todo conflicto parecía refluir. Y aquí, los más desheredados y olvidados, los indígenas mayas, se rebelan y, no obstante la evidente desigualdad de fuerzas, logran tomar militarmente una ciudad de 100 mil habitantes y muchos otros pueblos. Como si no fuera suficiente, hablan al mundo y lo hacen en modo convincente, de manera que despiertan una gran simpatía en la opinión pública mexicana e internacional.
Se ve de inmediato que su identidad (indígena y zapatista), sus pedidos (simples, claros y posibles), la denuncia que hacen del neoliberalismo y del NAFTA (precisa, puntual, no retórica) no los identifica con un movimiento guerrillero tradicional.
No son el epígono de algo que parece superado por la historia y que, sin embargo, en la experiencia del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru peruano y sobre todo de las FARC colombiana se revela, en los siguientes años, más vivo que nunca.
No es un punto de resistencia que busca en la pureza étnica y en el propio pasado, que cuenta con 500 años de lucha y rebeldía, la razón en nombre de la cual cerrarse en sí mismo y oponerse a la "modernización". No proclaman ideologías tradicionales, no quieren conquistar el poder o el gobierno, y aclaran muy bien en seguida que sus intenciones no son recortar un espacio político clásico, una parte del parlamento, un partido más. ƑQué cosa son entonces?
Existen comunistas que piensan y dicen que no merecen mucha atención. "No se declaran marxistas, no hacen proclamas antiimperialistas, Chiapas es geopolíticamente insignificante, hacen peticiones atrasadas y hablan contra el neoliberalismo, pero no contra el capitalismo...".
Este tipo de comunistas ha perdido desde hace mucho tiempo la capacidad de analizar el capitalismo y sus contradicciones concretas. Piensa que las luchas son únicamente una partida para alcanzar el poder (o para alcanzar el gobierno) y no una revolución social. No ven esta lucha inscrita en el neoliberalismo y en la ideología del capitalismo como es hoy en día; ni que está escrita en la más noble tradición comunista, a través de revindicaciones elementales y simples, pero colocadas en el corazón de las contradicciones del sistema, por lo que resultan mucho más efectivas y sorprendentes de tantas otras proclamas ideológicas. Ciertamente no serán ellos, quienes han perdido toda cognición, los que van a decirnos qué cosa es el EZLN.
Existen también "movimientos alternativos" los cuales piensan que los zapatistas son una ideología nueva. Se enamoran de la forma y el lenguaje, que imitan, pero no comprenden la parcialidad, desde luego proclamada, del movimiento zapatista y tienden inexorablemente a escapar al problema ineludible de la política en casa propia. No tiene ningún sentido proclamarse zapatista en Europa, sino aquél de envolver con una supuesta ideología la propia práctica política escondiendo su parcialidad. Tampoco ellos nos pueden decir quiénes son los zapatistas.
Mucho menos lo pueden decir los intelectuales y periodistas burgueses que hablan de "guerrilla virtual" o que hablan de Marcos exactamente como podríamos hablar de un artista de cine o de un profeta hindú. Es curioso cómo muy a menudo estos últimos llega a las mismas conclusiones despreciativas o apologéticas de los primeros y de los segundos. Pero la pregunta siempre es la misma: Ƒqué cosa es realmente el EZLN?
Tal vez es la misma pregunta denunciar una presunción, un subirse a una cátedra, un dogmatismo que necesita catalogar en modo definitivo cada fenómeno. La respuesta, por lo tanto, no existe. O, mejor dicho, la respuesta es simplemente una opinión susceptible de ser desmentida en los hechos, sobre todo porque la definición del EZLN da y dará más de sí mismo. Con esta manera de ver se pueden hacer algunas consideraciones.
A mi parecer se trata de la primera lucha, producida por las nuevas contradicciones provocadas por la globalización capitalista, que tiene conciencia de ser tal.
Un encuentro fecundo entre una tradición guerrillera mexicana y latinoamericana, de la cual son visibles trazas en la simbología (por ejemplo, en la bandera), y la forma concreta de autogobierno de las poblaciones indígenas.
Una resistencia que intuye la necesidad de abrirse culturalmente en vez de cerrarse en sí misma, o sea, el exacto opuesto del fundamentalismo y del nacionalismo regresivo que, no es un caso, tanto hemos visto agitarse en esta parte del mundo, en el último decenio.
Una política que comprende la fuerza de los objetivos elementales, pero centrales y no secundarios, en las contradicciones producidas del sistema.
ƑCómo explicar, de otra forma, el tomar las armas y combatir sometiendo la organización militar (también la guerrillera) a las más duras críticas? ƑCómo explicar, si no es así, la conciencia de la propia parcialidad indígena (muchas veces proclamada) acompañada de la conciencia de haber identificado una contradicción general capaz de hablar al mundo? ƑCómo explicar, de otro modo, la solicitud de la institucionalización de las formas de autogobierno indígena (poniendo así un riguroso vínculo a la explotación del territorio y proponiendo una reforma desde abajo de la política y del poder), conjugada a la dura batalla en contra de la concepción patriarcal de la familia y de la comunidad típica de la tradición indígena?
Y existen otras características que nos dicen que el EZLN no es extravagante, sino original; no está fuera de la historia, más bien es una proyección de la historia en el futuro; no está en contra o fuera de la ideología clásica de la izquierda, pero pide su refrendación.
Todas éstas son cosas que nos hablan de un intento, por cierto no concluido, de enfrentarse con los tiempos y el capitalismo corriente, aquello de la globalización. Y el tentativo es revolucionario y político, no producido por una revista o por una academia.
En conclusión, el EZLN es, según mi opinión, una pregunta, no una respuesta. Por eso, me disculpo, no me retracto, me he permitido polemizar, alguna líneas arriba, con aquéllos que se molestan cuando encuentran una pregunta cuya respuesta no está prevista en el obsceno manualucho catequístico al cual el estalinismo ha reducido el pensamiento de Marx. O con aquéllos que piensan haber encontrado la Nueva Respuesta a todas las preguntas del mundo.
Por otra parte, desde el primero de enero de 1994 mucha agua ha corrido debajo de los puentes, en bien y en mal, pero por lo menos comenzamos a ver que las preguntas del EZLN, que también nosotros nos hemos puesto por tiempo, eran también las preguntas de muchos otros, en Seattle, en Praga, en Porto Alegre.
Los dos encuentros internacionales propuestos por el EZLN, que podían parecer un gesto presumido, y que sin embargo sabemos que no resultaron de la manera mejor, representaban exactamente una pregunta dirigida a todos aquellos que se hacían preguntas análogas.
El rompimiento de las negociaciones con el gobierno mexicano, no por incapacidad de hacer mediaciones, sino más bien, por defender las mediaciones firmadas, a su modo fue una pregunta dirigida al mundo, una pregunta que habla también de nuestras mediaciones y de nuestra capacidad de hacerlas y defenderlas.
Cuando Marcos entregó una cifra en dólares "en signo de solidaridad" al Comité de base (Cobas) de la fábrica Alfa Romeo de Arese (en Italia), que fue entre los primeros en intuir la importancia de aquella lucha y a desplazarse rápidamente hacia Chiapas, no hizo un gesto estético y extravagante. Puso una pregunta: Ƒcuál solidaridad, cuál internacionalismo debemos construir hoy que sea capaz de ponernos realmente sobre el mismo plano, no sólo porque es más justo, sino porque tenemos de verdad los mismos problemas y las mismas preguntas?
No sé cuándo tendremos verdaderamente respuestas a todas estas preguntas, pero una cosa es cierta: las daremos y las tendremos junto al EZLN y a todos aquellos que se las hacen. En el fondo nosotros nos llamamos Refundación Comunista por esto, Ƒno?
Ť Integrante del Departamento de Internacionales de Refundación Comunista