DOMINGO Ť 25 Ť MARZO Ť 2001

Ť Ni los autores más consagrados cotizan esa cantidad

Niña de 9 años recibe de una editorial 150 mil dólares por un libro de poesía

AFP

Nueva York, 24 de marzo. Una niña de nueve años, Sahara Sunday Spain, ha escrito un pequeño libro de poesía por el que recibió de una editorial 150 mil dólares por adelantado, suma rara vez vista por un poeta, incluso de los más consagrados, señalan fuentes vinculadas con la edición.

El libro titulado Si no hubiera luz: poemas desde mi corazón, acompañado de ilustraciones de la propia niña, fue publicado recientemente por la editorial Harper San Francisco.

Aunque el diario The New York Times ha calificado los versos de la niña de "encantadores", profesores de la Universidad de Nueva York y de Columbia, ambas en Manhattan, consultadas por Afp, dijeron no haber leído el libro, y expresaron su desconcierto ante el monto de la suma pagado a la pequeña.

"Que yo sepa, ningún poeta contemporáneo ha recibido tanto dinero por un libro de poesía", subrayó Deloris Wood, que tienen una pequeña editorial.

La niña -hija de una fotógrafa enamorada del desierto del Sahara y de los domingos, y de Johnny Spain, un antiguo "pantera negra", con el que ni madre ni hija mantienen una relación- parece ser un pequeño prodigio.

Al año y medio Samantha ya sabía el alfabeto; a los cuatro ya escribía poesía, y ahora, a los nueve, toca el violín, el piano, compone música y habla francés.

"Yo no sé de dónde viene mi poesía, pero parece como si me tragara las palabras caídas del cielo, que luego salen como poemas", dice Samantha Sunday Spain en un comentario publicado por la editorial Harper.

La madre ha relatado que antes de aprender a escribir Samantha ya sabía dictar sus poemas a la contestadora telefónica para que no se perdieran. Sahara ha viajado por todo el mundo con su madre. Según la editorial, sus poemas e ilustraciones reflejan sus experiencias en Tailandia, donde conoció a monjes budistas y estudió meditación y música en India, donde conoció a la madre Teresa; en Bali, observó ceremonias de curanderos; y en Australia, compartió ceremonias religiosas con los aborígenes.