SABADO Ť 24 Ť MARZO Ť 2001

Ť La OFUNAM, en México, interpretará su Requiem

Crece en Italia la admiración por Verdi, a un siglo de su muerte

ANGEL VARGAS

Las calles aledañas a la casa de Giuseppe Verdi fueron cubiertas de paja. Era enero de 1901, el compositor se encontraba en el umbral de la muerte y los habitantes de Milán no deseaban que el ruido de los carruajes lo perturbara en aquel tránsito. Los músicos del teatro de la Scala, ignorando la crudeza del invierno, interpretaban durante la noche, de manera sublime, algunas de las partituras del autor a las puertas de su domicilio.

Tal era la forma como el pueblo de Italia expresaba su admiración y gratitud a uno de los emblemas de la patria, cuya muerte acaeció el 27 de enero de 1901. Un siglo ha transcurrido desde entonces y esos sentimientos no sólo no han decrecido sino que se han afianzado con el paso del tiempo.

Otras naciones tampoco han sido ajenas a la chispa genial del creador, y no hay teatro de ópera que se precie de ser importante en el que no se monte alguno de los títulos de su vasta obra. El 2001 es el Año Verdi y en el mundo suena su música y se aprecian sus montajes.

Artista inmune al tiempo

La Filarmónica de la UNAM, por ejemplo, culmina este fin de semana el segmento de invierno de su temporada 2000-2001 con un programa de gala en conmemoración del centenario luctuoso del compositor, en el que se ejecutará su Requiem. Los conciertos serán hoy, a las 20:00, y mañana, a las 12:00 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

Pero, Ƒqué significa la figura de Giuseppe Verdi para la Italia contemporánea?

-Es un personaje y artista inmune al devenir del tiempo -exalta Angelo Pantaleoni, agregado cultural de aquel país en México-. Se mantiene no sólo como nuestro emblema patriótico, sino como parte inherente de nuestro paisaje interior: ''Es más que un personaje popular o un símbolo de la nación; es el portavoz de los sentimientos que los italianos consideramos de los más sublimes que existen: el concepto de maternidad y de paternidad, de amor y de familia".

A decir del diplomático, dos son los legados artísticos del autor de Nabucco: pone en relieve un impulso intimístico y da voz a un sentimiento épico nacionalista.

''La contribución de Verdi es haber transfigurado en música un lenguaje que permite unos horizontes que la literatura no puede: los contrastes, los titubeos, las ambigüedades, las profundidades del alma humana, ése es un gran acervo patrimonial. Ninguno como Verdi ha llevado a las más alta dimensión la capacidad de análisis sentimental de las pulsiones del alma humana", explica.

''Otro gran acervo es que en el siglo XIX el nacionalismo en Europa es el gran sentimiento vivo. No por casualidad mi país consigue unificarse en 1862 y después definitivamente en 1868. El teatro verdiano transpoló al escenario mucho de ese sentimiento de independencia que impulsaba la clase pequeñoburguesa. No por casualidad el grito de šViva Verdi es un acróstico de Viva Vittorio Emanuelle Rey de Italia; era un grito subversivo en las provincias del imperio astro-húngaro (en lo que hoy es la parte norte de Italia)."

Pantaleoni subraya la importancia del Requiem en el repertorio de Verdi, considerando que su producción extrateatral fue limitada: ''Es una obra maestra absoluta, porque adopta el lenguaje que supo elaborar en el ámbito del teatro musical para representar el más grande conflicto, que es la raíz de todos los conflictos y los dramas: enfrentar al ser humano con la muerte. Lo hace no de forma éterea ni con una musicalidad extramundana ni divina ni angelical, sino con un dramatismo muy humano. Es el réquiem más laico que existe en la historia de la música, todo es matización sentimental y respiro épico".