SABADO Ť 24 Ť MARZO Ť 2001
Ť Sergio Rodríguez Lascano
Oliverio Calderón Vs. Carlos I Fox
Durante el debate parlamentario que se llevó a cabo en la Cámara de Diputados, Felipe Calderón Hinojosa señaló: "cuando el monarca se sintió incómodo con el parlamento, entonces trató de atropellarlo. Cromwell ordenó la defensa del parlamento y después el rey sería derrotado".
Toda analogía histórica con más de diez años de diferencia es peligrosa y esta no es la excepción. El Rey se llamaba Carlos I y no solamente fue derrotado sino que se le cortó la cabeza. Oliverio Cromwell no sólo defendió al parlamento, años después lo disolvió y asumió poderes dictatoriales como Lord protector.
El discurso en tribuna que realizó Calderón permite una doble interpretación: o bien al interior del PAN existe un descontento generalizado en contra de quien se suponía que era su presidente; o bien la puesta en escena que se está haciendo busca correr un velo sobre las verdaderas intenciones de una fuerza conservadora profundamente racista.
Existen elementos que permiten no descartar la primera suposición. Recientemente, un destacado panista señaló que Fox le había entregado al PAN únicamente 75 puestos en la estructura de gobierno. Es indudable que al interior del panismo se manifiestan un sin número de descontentos por la conformación del gabinete. Este descontento es infundado, en tanto, desde el diseño de la campaña electoral hasta la campaña misma, como los meses previos a la toma de posesión fue claro que uno de los puntos claves de la estrategia de Fox era mostrar una "sana" distancia frente al panismo. Desde el inicio los amigos de Fox tomaron el control de esta política; la razón era muy simple: lo que se estaba jugando era demasiado importante para dejarlo en manos de un partido que nunca rebasó 26 por ciento de los votos. No hay que olvidar los enojos de Ricardo García Cervantes, Diego Fernández de Cevallos y el mismo Felipe Calderón con el papel totalmente secundario que el PAN desempeñó desde el inicio de la campaña. Parecería entonces que ahora comienzan a cobrar viejas cuentas.
La otra posibilidad es que todo sea una puesta en escena. Los elementos para evidenciar lo anterior son que hasta antes del debate sobre la Ley Indígena las fracciones parlamentarias del PAN, tanto de los senadores como de los diputados, habían asumido dócilmente el grueso de las iniciativas del Ejecutivo. ƑPor qué oponerse con tal vehemencia a que el EZLN hablara en la tribuna si supuestamente Fox promueve la Ley Cocopa y estaba a favor del diálogo entre el Congreso de la Unión y el EZLN? Desde esta hipótesis, la respuesta es que Fox no apoya realmente esa ley y todo se ha hecho con el único objetivo de disminuir la legitimidad del EZLN. Los datos para documentar lo anterior se expresaron ayer tanto en el Senado como entre los diputados. ƑCuántos senadores están directamente vinculados a Fox? Según un cálculo elaborado por conocedores de la vida interna del PAN, en el senado 22 son foxistas, ocho son felipistas y cinco son dieguistas, los demás son independientes. Estas proporciones no son ilógicas si entendemos el peso que Fox tuvo para el resultado del 2 de julio. Entre los diputados la proporción es un poco diferente, el foxismo tendría cerca de 45 por ciento de los diputados, Felipe 40 y el resto Diego. Entonces Ƒcómo fue posible que ningún senador ni diputado panista votara en favor de que el EZLN subiera a la tribuna? La respuesta de Rodolfo Elizondo es tan sencilla que es poco creíble: "El PAN sigue siendo un partido conservador". Esto es indudablemente cierto, pero el foxismo, que según la anterior premisa no lo es, Ƒno tiene ningún representante al interior de los legisladores panistas?
La otra posibilidad es que realmente se trate de una combinación de ambas hipótesis. Los resentidos y excluidos del PAN están aprovechando esta coyuntura para arreglar cuentas no solamente con el EZLN, sino también con el gobierno de Fox y sus amigos. Paralelamente, a Fox no le interesa utilizar a sus diputados y senadores para facilitar la aprobación de la ley indígena, por la sencilla razón de que hasta el momento esa no es su prioridad, en tanto el grueso de su estrategia es aniquilar al zapatismo, siguiendo la vía que ellos mismos han denominado, prafraseando a Carlos Andrés Pérez: "matar con amor".
Lo que ha sucedido es que la forma en que el EZLN entiende y hace la política, y la impresionante respuesta popular, han hecho saltar en mil pedazos ese cálculo. La receta zapatista es sencilla, pero difícil de aplicar. La mejor manera de salirse de los escenarios palaciegos es la confianza en la sociedad civil. El zapatismo ha evitado caer en las reglas y normas de la clase política mexicana. Como lo dijo el EZLN en el acto de Villa Olímpica. Frente a los jugadores del ajedrez político que tienen sus reglas y que ya saben de antemano quién va a ganar, los zapatistas pusieron una bota sobre el tablero y, modestamente, como son ellos, preguntaron: Ƒjaque? Sí, jaque y uno sabe que cuando se está en jaque no puede realizar un enroque y a lo mejor no queda otra que sacrificar la reina. O, mejor aún, cambiar las reglas para que no sólo no se sepa de antemano quién va a ganar. Eso pasó el 22 de marzo en la Cámara de Diputados, en una sesión, que por más de una razón, será histórica. Entre Oliverio Calderón y el Rey Carlos I Fox es mejor optar por la sociedad.