VIERNES Ť 23 Ť MARZO Ť 2001

Ť Reunen en un disco a 32 intérpretes de 19 países del continente

Producen en Alemania lo mejor de la música negra en América

Ť Este tipo de melodías no sólo están en Cuba, Haití o Estados Unidos: investigadores

Ť Son, landó, cumbia, bachata, samba, reggae, entre los ritmos presentados

AFP

 París, 22 de marzo. De Puerto Príncipe a Lima, de Brooklyn a Bogotá, de La Habana a Río de Janeiro, la música negra ha impregnado los ritmos de todo el continente americano, y 32 artistas han decidido resumirlos en una producción discográfica, ideada en Alemania y comercializada en toda Europa.

La idea de realizar un estudio de los ritmos creados por los antiguos esclavos en el nuevo continente nació de los productores alemanes Christian Scholze y Dan Rosenberg. Y tras varios meses de investigación, surgió el disco Música negra in the Americas.
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"Cuando la gente piensa en la música negra, aparece Cuba, Nueva Orleans o Haití. Pero el comercio de esclavos no se detuvo en el Atlántico o el Caribe, alcanzó el Pacífico y se prolongó hasta Perú", explica Rosenberg.

La investigación realizada para crear esta compilación, hizo descubrir muchas cosas a los investigadores alemanes, como la prohibición en algunos países del tambor africano por las autoridades españolas durante la época colonial.

"Temían su efecto irresistible sobre los auditores, que llegaban a un estado de trance, algo que la Iglesia católica no veía con buenos ojos", añade Rosenberg.

Del gospel a la parranda

Entre los 32 artistas de 19 países reunidos en esta recopilación discográfica se encuentran los colombianos Totó la Momposina y Lizandro Meza, los peruanos Pepe Vázquez y Susana Baca, la ecuatoriana Carmen González, los cubanos Septeto Nacional y Vieja Trova Santiaguera, el guatemalteco Jursino Cayetano, el brasileño Paulinho Da Viola, los hondureños Lugus and the LarubeyaDrummers y los venezolanos Los Vasallos del Sol y Huracán de Fuego.

Los 32 artistas se convierten en representantes de un sentir musical implantando en América e introducido sobre todo por los esclavos Yorubas, procedentes de Benin (antigua Dahomey) y Nigeria.

De este modo, en la compilación tiene cabida los ritmos Garifuna centroamericanos, el landó y festejo peruanos, el son cubano, la cumbia colombiana, la bachata dominicana, el gospel estadounidense, el reggae jamaicano, el kaseko de Surinam, la samba brasileña o la parranda venezolana.

Pilar importante en esta producción es la peruana Susana Baca, una de las grandes activistas en el rescate de la música agro-americana, fundadora del Centro Experimental de Música Negrocontinuo.

"Tras la abolición de la esclavitud, los africanos querían olvidar esa parte de su vida y todos los recuerdos ligados a ella. Borrar de la memoria se traducía en borrar las canciones. En este siglo se ha preguntado a la gente de origen africano si se acuerdan de melodías de esclavos y respondieron negativamente, aunque sí se acordaban. Era una forma de enfrentarse a la esclavitud", explica la cantante peruana.

La ecuatoriana Carmen González también desea rescatar la cultura africana de su país. "En sus tradiciones, mitos y leyendas, he descubierto una cultura secular, que estaba en vías de desaparición. Me animó el deseo de fundirme en esta cultura y alimentarme de esta música para poder llevarla al mundo como un grito de amor, luz y esperanza", señala la cantante.

Como Susana Baca y Carmen González, piensan los otros 30 artistas que intervienen en este proyecto discográfico y de investigación.