miercoles Ť 21 Ť marzo Ť 2001
Arnoldo Kraus
Fox: entre Paulina y Sané
Eso de lidiar con el pasado no es, ni por asomo, asunto fácil. No por casualidad la memoria inventó la desmemoria y la desmemoria la amnesia. Si en los individuos, ese fenómeno, olvidar, con tal de no recordar es frecuente, Ƒqué decir de los políticos?, Ƒqué pensar de la memoria y de las obligaciones que hacia el pasado contraen los gobernantes? Comprender ese continuo es sencillo: olvidar hace más fácil la cotidianidad y más habitable el presente.
Para el presidente Fox, en algunos rubros lidiar con el pretérito debe ser muy complejo. Problemas como la pobreza, la insalubridad o la falta de seguridad son situaciones tangibles cuyas respuestas implican acciones concretas que mitiguen esos bretes. Ofrecer respuestas a matanzas como las de Aguas Blancas o Acteal es más complicado, pues en éstas se requeriría detener a los asesinos, juzgarlos y castigarlos. Este asunto es más difícil, pues, a diferencia de los "grandes conflictos" -pobreza, deseducación, vivienda--, su solución implica nombres propios con apellidos y rostros. Nombres de políticos o de personas que trabajaban para el gobierno y cuyas historias no conviene desempolvar al inaugurarse un nuevo gobierno. Sus vínculos y pasados apestan demasiado como para desenterrarlos: atrapar a uno implicaría muchos nombres. Si bien el pasado es difícil, el presente, sobre todo en el que ondea la democracia, debe ser inevitable.
La presencia en México de Pierre Sané, secretario general de Amnistía Internacional, y la reapertura del caso Paulina -la niña de 13 años que fue violada en Baja California y a quien se le negó el derecho de abortar-- le ofrecen al presidente Fox una oportunidad inmejorable. Atender los reclamos de Sané le permitiría a Fox y a su equipo no sólo curar el presente, sino, aunque sea metafóricamente, disminuir las culpas y la impunidad del pasado. Sané habló de abrir una nueva página de "justicia y verdad en México", ya que con ese instrumento se podría construir una democracia real que respete los derechos humanos, y advirtió que "para terminar con la impunidad en México es necesario que el gobierno lleve a cabo un programa de acción nacional que contenga las bases para proteger a niños, mujeres, indígenas y minorías". Sané abogó no sólo por esclarecer las masacres en los tiempos del PRI, sino por dirimir los casos de los presos de conciencia como el general Francisco Gallardo o los campesinos ecologistas Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel. Al presidente Fox le corresponde opinar sobre el nuevo embate en Baja California contra la niña Paulina.
Uno de los mayores compromisos de la medicina contemporánea es respetar la autonomía de los enfermos y el manejo confidencial de cualquier dato. Esta idea es universal y debe aplicarse también a los menores de edad. Su esencia, si quisiéramos extenderla al campo de los derechos humanos -agrego que el secretario general de Amnistía Internacional afirmó que "es hora de que el Ejecutivo deje de hablar y actúe"--, permite al enfermo la autodeterminación y le da el derecho de decidir si se somete o no a determinadas pruebas o estudios. Esto evita que el médico ejerza poderes desusados y decida sin consultar al interesado. Si estas leyendas son violadas, se incurre en faltas éticas graves que deben ser sancionadas. A Paulina, a su hijo y al violador, "alguien" les tomó una muestra de sangre para determinar, por medio de la prueba de ADN, la paternidad del menor. Acorde con los resultados, publicados en diarios locales, se asevera que el violador no es el padre biológico.
Aun cuando sean veraces esos resultados --Ƒcómo creerles si la sangre fue extraída bajo esa moralina decimonónica e intolerante?--, el castigo para el agresor no debe modificarse, pues se le acusa de violación y no de "paternidad irresponsable". Y ciertas o no, esas pruebas suman al proceso de Paulina una nueva vejación, pues nadie autorizó su realización. ƑQuiénes tomaron la muestra?, Ƒquiénes la costearon?, Ƒcuál era el propósito de la prueba cuyo resultado no exonera a nadie aun cuando grupos conservadores de la entidad han casi festejado el resultado?, Ƒcuál será la trascendencia de la acción hacia quien resulte responsable dentro del gobierno de Baja California?
El presidente Fox tiene las puertas abiertas para demostrar su voluntad y su don de justicia. Ya que Baja California es panista, el diálogo será fácil. Habiéndose vulnerado los derechos de la menor, la obligación del Presidente es sencilla: determinar "quiénes" realizaron estas pruebas sin el consentimiento de los implicados y, después, aplicar el peso de la ley. El presente, a diferencia del pasado, es ineludible, sobre todo en tiempos de democracia y en tiempos en que la justicia es palabra recurrente en el ideario foxista.