Lunes en la Ciencia, 19 de marzo del 2001
Echar mano de personas capaces, la clave La nueva etapa en el INIFAP Carlos H. Avila Bello Pocos días antes de finalizar el año 2000 parte de los investigadores que conformamos la Asociación Mexicana de Investigadores Forestales, Agrícolas y Pecuarios (ASMIFAP) tuvimos una reunión con el doctor Jesús Moncada de la Fuente, nuevo director del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). El doctor Moncada fue el primer vocal ejecutivo del INIFAP cuando éste se formó como tal. En aquel momento el funcionamiento del instituto se planeó para trabajar con base en equipos interdisciplinarios y con una visión integral, es decir, entender que el proceso llamado agricultura involucra en mayor o menor medida las actividades agrícola, pecuaria y forestal, con el componente humano como factor fundamental; sin embargo, esto nunca sucedió en la práctica. El doctor Moncada llega de nuevo al instituto reforzando esta visión con la inclusión de la metodología de investigación participativa. Surge aquí el primer reto importante: Ƒcómo formar equipos con gente que no está acostumbrada a trabajar en tal sentido? Parte de lo que mencionamos en esta reunión fue precisamente la capacitación del personal para tal propósito, pero haciendo énfasis en los directivos, para quienes parece que nunca ha quedado claro por qué ver a la agricultura con una visión integral y por qué trabajar en equipos interdisciplinarios. Hablamos también de cómo funcionará la institución. Existen muchas coincidencias con los planteamientos que hemos venido haciendo hacia el interior de la ASMIFAP, por ejemplo: para los puestos directivos se convocará para que sean cubiertos con base en un perfil altamente calificado desde el punto de vista científico, pero también con sensibilidad política y social, que sean líderes y con capacidad para coordinar; se planteó también la formación de cuerpos colegiados en los que participen usuarios, investigadores y funcionarios. Los proyectos serán revisados con lupa, de tal manera que puedan cubrir aspectos importantes como la disminución de costos de producción, la probabilidad de adopción de la tecnología generada, sin perder de vista otros aspectos importantes como la eficiencia biológica, de mercado, ecológica y social. Otro planteamiento importante que se mencionó en la reunión fue que muchos proyectos no responden a una realidad concreta y que se plantearon de acuerdo con intereses particulares de la anterior administración. Ante ello, se mencionó que se planeará la investigación con base en diagnósticos en los que será fundamental la tipificación de los productores de las diferentes regiones del país. Surgió en la plática una pregunta fundamental, Ƒcómo combatir la pobreza en el campo? Parte de la respuesta la encontramos en la organización de la sociedad civil, es decir, si los campesinos e indígenas no se unen difícilmente podrán ser tomados en cuenta. También se mencionó que se buscará trabajar en colaboración con otras instituciones nacionales y estatales, con el fin de no duplicar esfuerzos y hacer más eficiente la labor del INIFAP, de tal manera que cuando se compartan proyectos de investigación entre estados de la República, estos puedan ser llevados a cabo de manera coordinada. Después de seis años a la deriva, parece que el instituto puede tener, bajo la actual dirección, un futuro más prometedor. El reto del doctor Moncada es difícil, cambiar a una institución que se ha quedado con pocos investigadores para llevar a cabo tareas fundamentales para la agricultura mexicana, como los diagnósticos; con muchas inercias que han llevado al manejo inadecuado y personalizado de muchos de los recursos institucionales. Me parece que el éxito de esta empresa dependerá en buena medida tanto de la experiencia y conocimientos del actual director del INIFAP como de la gente con la que forme equipos, en este sentido, resulta pertinente citar algunas palabras que Sun Tzu escribió en El Arte de la Guerra, decía a un emperador de la antigua China: "Si quiere conservar su imperio debe rodearse de la gente más capaz e inteligente y no de aduladores". El autor es estudiante doctoral del Programa de agroecología en el Colegio de Posgraduados |