Leonardo Páez
En La Florecita
TARDE APACIBLE, luminosa, ideal para "ir a los toros". Un empresario --Juan José Huerta Gasca-- con afición desbordante y temeridad ejemplar, se lanza a promover nuevos valores organizando una Novillada de la Esperanza en la plaza La Florecita, en Ciudad Satélite.
SIN DUDA los malos ejemplos cunden más rápido que los buenos, y si el adinerado --con los de fuera-- empresario de la Plaza México corrió al público de los tendidos con sus desalmadas combinaciones, la gente parece haber caído en un escepticismo taurino del que a ver quién la saca.
ANUNCIADO EL festejo a las 16 horas, da principio media hora después, con 250 espectadores donde caben mil. Hacen el paseíllo Jorge Benavides Cúchares, Isaac Huerta, Roberto Morales y Jorge González, para estoquear cuatro novillos de Ibarra, propiedad de ese legendario señor del campo bravo mexicano que es don Agustín Chávez Magallón.
ABRIO PLAZA Ganadero, con 350 kilos, al que Cúchares veroniquea con más quietud que temple. Novillo con raza y fuerza, se arranca de largo y empuja en un puyazo que lleva a la cabalgadura de las tablas a los medios. Batallan las cuadrillas para banderillear, pues al toro le faltó una vara. La tauridad ha aflorado y en la plaza un individuo bravo, no dócil, está dispuesto a contender con el torero.
CUCHARES SE dobla para luego torear por naturales, apuradillos primero y más templados después, a uno que va largo y humillado. Se cambia la muleta a la derecha sólo para descubrir que es el lado malo. Más toreo izquierdista, dos achuchones y media en todo lo alto. Palmas al novillo y vuelta al novillero.
ISAAC HUERTA desperdicia a Querendón, que sin ser tan bravo --tres varas, la última recargando-- es igualmente claro. Muchos pases sobre piernas y una estocada fulminante luego de escuchar un aviso. Segundo novillo aplaudido en el arrastre.
EL TERCERO se llama Palomo, que toma un puyazo, y corresponde a Roberto Morales, alumno del maestro Mariano Ramos --"me va a mentar la madre por no haber cortado oreja"--, y cuya escuela aflora en la labor del muchacho.
NATURALES EN LOS medios, embarcando al novillo y recolocándose muy bien. Luego Roberto se alivia un poco, pone terreno entre él y el toro y reduce las tandas o dos o tres muletazos y el remate. Deja media trasera que basta. Tercer novillo aplaudido y vuelta al ruedo de Morales, quien saca a Paloma Chávez, hija del ganadero, a recorrer el anillo y agradecer la ovación.
CIERRA PLAZA Don Agus, que corresponde a Jorge González, espigado novillero de Acapulco que exhibe ese rasgo casi imperceptible que a veces llega a convertirse en sello, en carisma taquillero. Finas verónicas bajando mucho los brazos, dos puyazos sin empujar, de los que el astado sale soseando y vuelta a imprimir un fino trazo a las tandas por ambos lados. Deja un pinchazo y entera caída para ser aplaudido.
NO, SI TOROS bravos y toreros buenos sí hay en México; lo que falta es voluntad, organización y sensibilidad para hacerlos lucir.