DOMINGO Ť 18 Ť MARZO Ť 2001

Ť Sube a 108 la cifra de decesos por las explosiones en la fábrica de Shijiazhuang

Ofrece gobierno chino recompensa por autor de atentados

AFP, AP, DPA Y REUTERS

Pekin, 17 de marzo. Las autoridades chinas ofrecieron hoy una recompensa equivalente a 6 mil dólares por información que conduzca a la detención de un trabajador sospechoso de las cuatro explosiones registradas ayer en la ciudad de Shijiazhuang, provincia de Hebei, cuyo saldo era hasta el momento de al menos 108 muertos y 38 heridos, de acuerdo con medios de prensa local.

Los atentados, de gran magnitud que destruyeron un edificio de cinco pisos y partieron en dos otro, ocurrieron en un complejo textil, y las sospechas de las autoridades recaían en un obrero de la hilandería número 3 identificado como Jin Ruchao, de 41 años, cuya foto fue difundida en la prensa y carteles pegados en las paredes.

La prensa estatal describió al sospechoso como un sordomudo, quien de hecho ya era buscado por la policía bajo el cargo de haber matado a su novia el 9 de marzo en la provincia de Yunnan, y en la actualidad vivía en uno de los edificios afectados por las explosiones.

El Centro de Información de los Derechos Humanos y la Democracia, en Hong Kong, se refirió al principal sospechoso como un trabajador que había sido despedido en 1983 de la textil 3 por "vandalismo" y que su familia fue detenida ya tras los atentados. Sin embargo, estimó que el acusado es un "chivo expiatorio" porque nada demuestra que supiera manipular explosivos.

Mientras informaciones no confirmadas seguían mencionando que la cifra de víctimas en realidad podría elevarse a 200, en medio de la indignación de la gente continuaban las labores de rescate y las pesquisas de las autoridades sobre las causas de lo ocurrido.

Shijiazhuang, capital de Hebei, es un importante centro industrial situado a 280 kilómetros al sudoeste de Pekín y tiene una población de 7 millones de habitantes. Allí, mucha gente pensaba que los culpables de los atentados serían trabajadores despedidos y descontentos con el gobierno, ya que no tienen suficiente para comer.

En noviembre pasado fue condenado a muerte un hombre de Shijiazhuang convicto de haber hecho estallar bombas en un cine, un autobús y un centro comercial, pues pretendía extorsionar a la autoridad municipal con 1.1 millones de dólares.

En ese marco, un reporte de Ap señaló que las explosiones son comunes en China, sea por accidente o intencionalmente. Pues tales sucesos ocurren con explosivos industriales, que se obtienen fácilmente y son atribuidos a la delincuencia organizada, algunos amantes despechados u otros individuos rencorosos.

Otros datos de la prensa internacional resaltan que la restructuración de empresas del Estado no rentables, emprendida en 1997, se tradujo en al menos 18 millones de despidos en todo el país, con el consiguiente incremento de problemas sociales.

En otro orden, Human Rights en China denunció que las autoridades de Pekín arrestaron a dos líderes de una iglesia cristiana, en el marco de una campaña contra grupos religiosos no oficiales.