DOMINGO Ť 18 Ť MARZO Ť 2001

Ť Ríspido debate con el representante oficial del proyecto

Plan Puebla-Panamá, antítesis de acuerdos de San Andres: analistas

Ť Oculta intención de convertir a los indígenas en asalariados superexplotados Ť EU, más beneficiado que México, señalan

MARIA RIVERA

Tras la promesa de creación de empleos y desarrollo para el sur y el sureste mexicanos, el Plan Puebla-Panamá oculta la intención de convertir a los campesinos indígenas en asalariados superexplotados de fábricas maquiladoras, coincidieron Andrés Barreda, Carlos Fazio y Daniel López Nelio durante el foro México después del 2 de julio, organizado por La Jornada y Casa Lamm.

Tampoco es la única alternativa para sacar del atraso a esa región del país, respondieron al coordinador del plan, Florencio Salazar. En los acuerdos de San Andrés, firmados por el EZLN y el gobierno federal, está expresada una alternativa diferente, que tiene en cuenta los derechos de los pueblos indios.

El ríspido debate alcanzó su punto máximo hacia el final de la jornada. Molesto por las críticas a su proyecto, el representante gubernamental, con el rostro enrojecido, espetó: "pareciera que no ha habido ningún cambio político, que el presidente Fox no es producto de una elección legítima, que ha generado una alternancia democrática en México, y que esta alternancia ha hecho posible, lo quieran reconocer o no, la marcha del EZLN a la ciudad de México".

-šEra su derecho! -respondió a coro el público que había llenado desde temprano el salón donde se desarrolló el panel.

-Yo no sé cómo se puede hablar del derecho de un grupo que se ha levantado en armas en contra del Estado; quisiera saber en qué país hubiera sido posible que un grupo, que se asume como guerrilla, venga en una marcha a la ciudad y cuente con la protección gubernamental.

El porqué la presentación de un plan de desarrollo sostenido y sustentable terminó en polémica, tiene su historia. Las posiciones del panel se polarizaron desde el comienzo. Florencio Salazar había explicado que el proyecto no tenía otro fin que el de abatir las diferencias entre un "norte moderno, con salarios adecuados, y nutrición y educación de calidad, y un sur estacionado, donde está concentrada la mayor parte de la población indígena, con altos grados de desnutrición y fuertes corrientes migratorias". En resumen, lo presentó como un medio de integración nacional a largo plazo -25 años es lo que se requeriría para llevarlo a cabo- que tomará en cuenta los puntos de vista de la sociedad donde se aplicará, mediante una amplia consulta ciudadana.

Y que conllevaría transformaciones tales como el impulso a infraestructuras del transporte, ferrocarriles, habilitación de puertos marítimos y establecimiento de empresas, a través de corredores regionales.

El resto de los panelistas estuvieron en desacuerdo con esa visión aséptica del proyecto. "No es posible quitarle la carga ideológica", atajó el analista Carlos Fazio, "esto es la antítesis de los acuerdos de San Andrés, donde está contenida otra alternativa de desarrollo"; y fue más allá, al plantear que este proyecto es la última fase de un plan de contrainsurgencia por parte del gobierno federal. El plan forma parte de una contrarreforma agraria, expuso, que pretende enajenar tierras que están bajo el régimen ejidal o son de uso comunal, y una vez privatizadas, destinarlas a agricultura de plantación, que requiere grandes extensiones.

También preguntó si sería casual que algunos de los empresarios que se menciona contribuyeron con fondos en la campaña de Fox por la Presidencia, como Lorenzo Zambrano y Alfondo Romo, y ahora sean algunos de los presuntos inversionistas del plan. "Sería un caso de tráfico de influencias", dijo.

Andrés Barreda, doctor en Geografía, de la UNAM, indicó que las transformaciones en las vías de comunicación que propone el plan, responden más a los intereses de Estados Unidos que a los de México.

El texto de Santiago Levy (en el que el investigador se basó para realizar su análisis) olvida contextualizar. Por ejemplo, señaló, olvida la conexión que existe entre el territorio nacional y el estadunidense, y cuáles son los problemas que aquel país enfrenta en el contexto de la globalización. "Cuando se critica la centralización del sistema de comunicaciones del país, en torno a la ciudad de México, diciendo que todo se irradia desde aquí, se oculta que el Plan Puebla-Panamá pretende crear un nuevo centro radial más importante que la capital del país: el este de Estados Unidos".

Señaló que las principales ciudades estadunidenses están concentradas en el este, y explicó los motivos: en esa región se produce la mitad de los granos que se comercian en el mercado mundial, y la mitad de los automóviles del planeta. También, los principales recursos estratégicos y materias primas de la economía del país vecino están concentrados en la costa atlántica.

Al Pacífico, el centro del mercado mundial

Nada más que ahora, argumentó el analista, el centro del mercado mundial se ha trasladado al Pacífico, y Estados Unidos tiene un problema muy grande para trasladar sus productos: las montañas Rocallosas -cadena que tiene entre tres mil y cuatro mil metros de altura.

"Esta es la cadena montañosa que tienen que remontar los corredores a los que se refería el señor Florencio Salazar, y que hacen que el Istmo de Tehuantepec no tenga ningún sentido estratégico", ironizó.

Otra de las cosas que buscan estos corredores industriales, comentó, es mano de obra barata para desarrollar maquila y contener flujos migratorios.

En su turno, el senador Daniel López Nelio narró la plática entre el alcaraván -ave zancuda que suele cantar por la mañana, despertando a los indígenas para que inicien las labores del campo-, el perro cazador, la gallina hermosa y la iguana rajada, y la conclusión a la que habían llegado: "el plan foxista pretende aplicar las políticas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, para cumplir la segunda fase de reformas económicas neoliberales y así propiciar el saqueo de petróleo, ríos y bosques del sureste".

Y así, un plan de desarrollo sostenido y sustentable terminó puesto en duda por analistas, público y alcaravanes.