DOMINGO Ť 18 Ť MARZO Ť 2001
Ť Según fuentes castrenses esperan la reunión entre delegados zapatistas y legisladores
Se desmontaría en 8 días la base militar de La Garrucha
JUAN BALBOA CORRESPONSAL
Campamento Militar La Garrucha, Chis., 16 de marzo. "Todavía aquí estamos, no nos hemos marchado", asegura con una leve sonrisa el general Sánchez, responsable del campamento militar La Garrucha, uno de más de 100 integrantes del Ejército Mexicano instalados aquí.
El general Sánchez, quien tiene a su cargo la segunda brigada de la Policía Militar, insiste: "No hay orden para el retiro". Es amable en su trato, sonríe cada vez que se le pregunta por la fecha en que habrán de abandonar el asentamiento castrense, pero sus respuestas son repetitivas: "aquí seguimos, no nos hemos ido, aún no hay orden".
Las tres trincheras que protegen la entrada principal del campamento están intactas. Las que construyeron en enero tienen grandes espinas y muros de alambre de púas.
El movimiento "rutinario", según el general Sánchez, o el "desmantelamiento hormiga", como lo han calificado organismos no gubernamentales, se encuentra en lo que se conoce como el campamento central (principal, o de mando), que se ubica a unos 100 metros después de la entrada principal y es difícil visualizar las instalaciones construidas después de febrero de 1995.
Casas y oficinas reducidas a un montón de madera
Una de las antenas de televisión vía satélite sobresale de un cerro de madera que hace varios días eran las paredes de unas seis casas de los militares. A un lado, varias tejas de cartón que sirvieron de techo se encuentran despedazadas. Bancas, camas, mesas, sillas de madera se encuentran apiladas alrededor una pequeña carretera de piedra, y cinco camiones de 10 toneladas están estacionados en fila.
La entrada principal es vigilada por cuatro soldados. Se les pregunta por su partida, no responden. Miran de mala gana, caminan alrededor de un tronco y, por fin, murmuran:
-šQué diera yo porque llegara la orden!
Según fuentes de la Séptima Región Militar el retiro del campamento de La Garrucha se podría dar en los próximos ocho días, justo cuando se realicen las primeras pláticas entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y las fracciones partidistas del Congreso de la Unión. A principios de abril podría desaparecer el campamento del Río Euseba.
De desmantelarse en su totalidad, el Ejército Mexicano habría quitado cinco de los siete campamentos exigidos por el EZLN.
Establecido en 1995, el asentamiento se encuentra ubicado a unos 700 metros de la cabecera municipal del municipio autónomo Francisco Gómez, en una de las cañadas más importantes del EZLN conocida como Patihuiz.
La base castrense de Río Euseba es una de las últimas establecidas por el Ejército en el avance ininterrumpido que realizó durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo.
A unos 25 kilómetros de Río Euseba, pasando la comunidad La Realidad, está el campamento de Guadalupe Tepeyac.
De las siete posiciones cuyo desmantelamiento exige el EZLN para volver a la mesa de negociaciones, el cuartel militar de Guadalupe Tepeyac, en Las Margaritas, es el único que la Secretaría de la Defensa Nacional estudia si abandona, por su ubicación estratégica, pues está a unos 18 kilómetros de La Realidad, considerada el cuartel general de la dirigencia del EZLN.