CONSEJOS (INTERESADOS) A LOS OBSOLETOS
La Cámara de Comercio estadunidense aconsejó
al gobierno mexicano que abandone la defensa de su soberanía --que
los empresarios del vecino país consideran obsoleta-- y que permita
la libre inversión de los capitales extranjeros en la industria
energética. Sin mucha sutileza, esa cámara sugiere que, si
no fuese escuchada, los capitales estadunidenses podrían escoger
otro país más dócil para depositar sus inversiones.
Es realmente difícil decidir qué es más
ofensivo, si la brutalidad de la amenaza --apenas velada-- de dejar de
sacar provecho de México y de los mexicanos para doblegar así
al gobierno nacional y dejar sin valor la Constitución y la historia
de nuestro país que obligan a los ciudadanos a velar por la soberanía,
o el cinismo y el descaro que campea en la declaración de los mercantes,
según la cual la mundialización ha convertido a los gobiernos
de los Estados-nación en meros subordinados del capital inversionista
y ha barrido con las leyes no sólo de los países dependientes,
sino también con la misma legalidad internacional. El lenguaje torpe
y prepotente parece especialmente inventado para estimular la protesta
de los llamados globalifóbicos en el momento en que la misma crece
en las calles de la capital bajo la forma del vasto apoyo popular que están
recogiendo los zapatistas.
Muy flaco favor le hacen al gobierno --compuesto por empresarios
fieles y partidarios del neoliberalismo-- y a la verdad quienes sustituyen
los argumentos por los consejos despreciativos a sus supuestos inferiores
y por las amenazas. En efecto, los mercantes estadunidenses le dicen al
ocupante de Los Pinos que si México no abre su industria energética
(léase privatización de la electricidad, léase privatización
del petróleo) a la inversión extranjera, podría sufrir
una crisis semejante a la californiana, cuando todos sabemos que la industria
eléctrica de ese estado norteamericano está en crisis precisamente
porque se encuentra en manos de capitales privados que se preocupan más
por cosechar aumentos tarifarios en un mercado cautivo que por invertir
en mejoras del servicio (como, por otra parte, ha sucedido también
en Chile, para citar sólo un ejemplo).
Habría que recordarles oficialmente a los señores
de la cámara en cuestión que la soberanía no es sólo
una moda que puede llegar a ser anticuada, sino que forma parte de la identidad
nacional y, además, tiene efectos económicos concretos al
defender los recursos fundamentales y las palancas esenciales para el desarrollo
mexicano de quienes no piensan en el país y en sus habitantes sino
sólo en el lucro que pueden extraer de un territorio ajeno hasta
que el mismo deje de ser interesante desde el punto de vista de las ganancias.
Las trasnacionales, en efecto, pueden venir y pueden retirarse,
pero los mexicanos están obligados a permanecer en su país
y a defenderlo, aunque eso pueda parecerles "obsoleto" a quienes, sin embargo,
ponen el grito en el cielo ante la supuesta amenaza de pequeños
países como Irak nada menos que a la seguridad nacional de Estados
Unidos para justificar su intento de control sobre los recursos petroleros
de todo el Golfo Pérsico.
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