Coro de Acteal, voces al unísono por la esperanza, la justicia y la paz
Ť Cantos tzotziles para ''transformar el corazón'', en el campus universitario
Ť El agrupamiento se presenta hoy en el Museo de Culturas Populares, de Coyoacán
MONICA MATEOS-VEGA
Las cumbias, los corridos y los cantos que suenan a plegarias interpretados por el Coro de Acteal no sólo son del color de la tierra. Tienen matices de sangre derramada, de luto, pero sobre todo, de dignidad. Ayer sonaron a esperanza en el auditorio de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, donde una feliz coincidencia hizo que las voces de los indígenas se sumaran a la del poeta chiapaneco Juan Bañuelos.
Los
versos que ''huelen a hierba húmeda" describieron a las mujeres
que tejen como piensan, incansables y pausadas, y esa realidad de las comunidades
rurales y marginadas de Chiapas, donde muertos y vivos conviven y sienten.
Luego, las 30 voces tzotziles se unieron, no para celebrar la música, aclararon, sino ''para transformar el corazón, mover pies y manos, abrir los ojos y los oídos, informar, porque la nuestra es una voz de denuncia, un reclamo".
Diputados, falta de vergüenza
El poeta recordó con tristeza que 24 horas después de la matanza de Acteal, él visitó el lugar como miembro de la Conai y vio ''escenas terribles: las tablas de la ermita agujereada por las balas, hilachos de ropa ensangrentada en las ramas de los árboles, charcos de sangre y lodo, la imagen de una virgen de Guadalupe partida en dos por una bala, el gemido de nuestros jóvenes guías, familiares de los masacrados".
Agregó que son 500 años de marginación de los pueblos indios, ''y todavía los diputados del Congreso se dan el lujo de discutir si los escuchan o no. ¡No tienen vergüenza! Si esos representantes que designamos con nuestro voto no hacen bien su trabajo, que se vayan".
Bañuelos dijo que con la poesía trata de rescatar un poco de la dignidad indígena, pues la sensibilidad artística de esos pueblos se trató de ocultar por muchos siglos porque ''fuimos educados en la cultura occidental, somos ciegos ante esa realidad".
El Coro de Acteal, originario de los Altos de Chiapas e integrado por miembros de la organización civil Las Abejas entonó ante los alumnos universitarios: ''México entero es responsable de presionar por la búsqueda de la paz... pueblos hermanos masacrados, que desde siempre han vivido en represión, hoy se levantan de las sombras con el reclamo de vivir en paz... nadie hizo caso a su reclamo, hasta que un día tomaron el fusil". Los aplausos provocaban que las muchachas del coro esbozaran tímidas y orgullosas sonrisas.
Juan Bañuelos leyó: ''Mientras medita la mujer/ borda envuelve teje/ entrelaza trama desteje/ y la tierra reposa entre guayacanes", y luego, a través de los versos, narró el mito de Tzots Choj (murciélago jaguar), el gobernante maya de Toniná que al ser derrocado, su sucesor le rompió los pies, como acostumbraban los guerreros del sur.
Generosidad de Bañuelos
Antonio Gutiérrez, integrante del coro, agradeció por la alegría que les causaba el recibimiento, pero reiteró que las voces de la montaña habían nacido ''por el desplazamiento, por la sangre, por las amenazas de muerte, por el hambre, por la desnudez. Nuestras palabras surgieron cuando huimos, quemaron nuestras casas, nos robaron, nos pidieron que nos afiliáramos al partido oficial, nos pidieron que tomáramos las armas para matar zapatistas.
''Los coros de Acteal están formados a través de la sangre y la matanza, pero también son una voz de esperanza, justicia y paz."
Se anunció que las regalías por la venta del libro El traje que vestí mañana, de Bañuelos, serán donadas a las comunidades indígenas para que ''hagan lo que quieran".
Al término del recital, las muchachas cantoras vendieron sus artesanías y convivieron, al lado de sus compañeros del coro, con los alumnos. Fue grato mirar la escena e imaginarla en el futuro: jóvenes ataviados ''de chilangos", de darkies, de hippies, o con esos huipiles blanquísimos, o con esos huaraches desgastados, compartir salones de clases, es decir, la misma opción para estudiar.
Pero la vista de ''las voces de sol y de lluvia" a esa escuela apenas duró otro par de horas, otro tanto de cantos rebeldes.
Hoy, el Coro de Acteal se presenta a las 13:00 horas en el Museo de Culturas Populares (Hidalgo 289, Coyoacán), y mañana, a la misma hora, en el Museo de la Ciudad (Pino Suárez 30, Centro Histórico). El jueves 22, a las 18:00 horas, los chavos de la Universidad Iberoamericana convivirán con los cantores tzotziles de Chiapas.