SABADO Ť 17 Ť MARZO Ť 2001
Ť Atenderá a 3 mil niños de seis ciudades
El DIF pondrá en marcha el programa De la calle a la vida
ALMA E. MUÑOZ
Los niños y las niñas de la calle representan un "grupo de alto riesgo" para el gobierno federal. En un análisis sobre la problemática, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) consideró a estas personas víctimas de la exclusión social, lo que las orilla a la delincuencia, a asumir actitudes violentas y autodestructivas, o tener "pérdida de las capacidades mínimas para incorporarse al desarrollo". Esto, sin contar que están expuestos a la violencia, el maltrato, adicciones, enfermedades, abuso, explotación sexual, adopciones ilegales y tráfico de personas.
A partir del último censo elaborado por el DIF, entre 1998 y 1999 el gobierno federal decidió atender sólo a 110 mil menores -de los cerca de 130 mil ubicados tan sólo en 101 ciudades, que usan las calles y espacios públicos como lugares de vivienda o de trabajo-, porque hay una diferencia entre ser niño "de la calle" y estar "en la calle".
En el primer caso se encuentra la población objeto del Programa de Atención y Prevención del Fenómeno de la Infancia y la Juventud en Situación de la Calle, dado a conocer el pasado 6 de marzo por el presidente Vicente Fox Quesada, y son catalogados por el gobierno como huérfanos, víctimas de violencia o maltrato, no estudian, consumen sustancias tóxicas, tienen condiciones precarias de salud y conflictos con la ley.
Con base en este análisis se atenderá en una primera etapa, pero a mediano plazo, a tres mil pequeños de las ciudades de México, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Juárez.
Esto deja de lado otras dos definiciones que no se subrayan como prioritarias: las referentes a quienes trabajan en la calle pero cuentan con una relación familiar y en su mayoría mantienen un vínculo con la escuela, así como aquellos que utilizan la calle como espacio de convivencia social y esparcimiento -"vagos, chavos banda" y otros. Ellos están clasificados como menores "en la calle". Son alrededor de 118 mil 700 y cuentan, a decir del gobierno, con estrategias de supervivencia familiares; la mayoría saben leer, escribir y mantienen vínculos con la escuela.
Tomando como referente un estudio sobre 950 jóvenes que viven en las calles de la ciudad de México, el gobierno estableció las condiciones por las que pasa este sector poblacional: en un 80 por ciento son mayores de seis años; sufren desintegración del núcleo familiar, violencia intrafamiliar, abandono, pobreza extrema, nacimiento en la calle, robo de infantes, extravío y migración familiar.
Para el DIF, estos primeros meses de trabajo arrojaron que algunos programas públicos y los establecidos desde hace 25 años por diversas organizaciones de la sociedad civil tuvieron "resultados irregulares" en la materia, especialmente por ser "inmediatistas, sin mirada a futuro ni continuidad" y por "insertar al chico a instituciones sin proceso previo" o de manera "obligatoria", cuando se requiere de una "desincorporación gradual de la calle, restablecer el vínculo familiar, modificar los factores de arraigo, realizar una detección temprana de las y los niños de la calle y focalizarlos en una de las diversas problemáticas" para tener éxito.
De la calle a la vida -nombre alterno para el programa gubernamental- es, para el sistema, el principal proyecto en estos momentos. A través de él busca regularizar la situación legal de aquellos menores que carecen de registro civil, "han sido sujetos de maltrato o abandono, han tenido conflictos con la ley o son víctimas de explotación o de comercio sexual".
La primera fase del proyecto establece la necesidad de conformar un padrón, que incluya niveles de riesgo (adicciones, condiciones de salud, enfermedades de transmisión sexual, nutrición, causas de estancia en la calle y otros).