SABADO Ť 17 Ť MARZO Ť 2001
Ť Llama a redoblar esfuerzos para preservarla como núcleo esencial de la sociedad
La familia, en riesgo ante promoción de la "cultura de la muerte": obispo
Ť "A las viejas presiones abortistas se suman exigencias de homosexuales": Gutiérrez Peschard
JOSE ANTONIO ROMAN Y DAVID CARRIZALES ENVIADO Y CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 16 de marzo. Ante las amenazas y ataques que enfrenta la institución familiar es necesario que la sociedad entera "redoble" sus esfuerzos para preservarla como núcleo esencial de la sociedad contemporánea, afirmó el presidente de la Comisión de Pastoral Familiar del Episcopado Mexicano, Rodrigo Aguilar Martínez.
Al inaugurar el tercer Encuentro Nacional de la Familia, el también obispo de la diócesis potosina de Matehuala señaló que en medio de la violencia y la fuerte promoción de la llamada "cultura de la muerte", la familia es la principal institución que sufre estos embates, colocándola en una situación "muy difícil y frágil", sin darse cuenta que al ponerla en peligro se pone en riesgo también a la sociedad.
Durante el primer día del encuentro organizado por el Instituto Juan Pablo II para la Familia, los Legionarios de Cristo y el Tecnológico de Monterrey, se expuso la difícil situación por la que atraviesa la familia, en una sociedad cada vez más secularizada y donde los gobiernos del primer mundo, a través de múltiples organismos internacionales y recursos económicos, presionan a los países en desarrollo para practicar políticas antinatalistas.
En su exposición, Norma Gutiérrez Peschard, ex delegada en el área de derechos humanos para la misión del Vaticano ante las Naciones Unidas, recordó que la Carta Universal de Derechos Humanos de la ONU y la Constitución mexicana señalan claramente que "la ley protegerá la organización y desarrollo de la familia", por lo que el gobierno del país, en este caso, está llamado a cumplir estos preceptos.
Ante cientos de personas que prácticamente llenaron el auditorio Luis Elizondo del Tecnológico de Monterrey, señaló también que a las viejas presiones de las políticas abortistas se han sumado las cada vez más fuertes exigencias de homosexuales y lesbianas para que se les reconozcan sus "llamados derechos sexuales".
Durante su ponencia titulada Amenazas hacia la familia, Gutiérrez Peschard citó una larga lista de amenazas que enfrenta la institución familiar, tales como el creciente índice de divorcios, las políticas públicas antinatalistas, los "viejos y falaces" mitos de la sobrepoblación, el feminismo radical, la promoción de la homosexualidad, el racismo, y el impedimento de los padres de familia para elegir el tipo de educación que desean para sus hijos.
Explicó que durante las reuniones internacionales de El Cairo y Beijing, la representación de la Santa Sede ha dado una "fuerte batalla" en defensa de la institución familiar, ante las presiones de múltiples organismos internacionales y ONG que han pretendido incluir los "derechos sexuales" de lesbianas y homosexuales.
En estas reuniones, dijo, lo que ha estado en disputa, entre otras cosas, es si el término de familia se mantiene en singular o plural, es decir "la discusión ha sido entre los conceptos de familia contra el de familias", pues este último caso implicaría reconocer legalmente varios tipos de este vínculo y con ello las llamadas "uniones de hecho" que exigen también su presunto derecho a adopción.
Por su parte, David Noel Ramírez Padilla, rector de la zona norte del Tec de Monterrey, expuso en su oportunidad que los principios bajo los cuales se eduque a los hijos se reflejarán tarde o temprano en la construcción de una sociedad mejor, más justa y solidaria, o en aquella donde privan la mentira y la corrupción.
Dijo que los momentos que vive hoy el país, en medio de tantos males que lo aquejan, son resultado esencial del creciente deterioro que desde hace décadas ha tenido la institución familiar en México.
Ramírez Padilla cuestionó la frecuente falta de coherencia entre la fe y la vida, en la que el matrimonio no se preocupa por ser la iglesia doméstica, dejando en las planteles escolares toda la responsabilidad en la formación de sus hijos, incluso de la enseñanza de cuestiones éticas y morales.
Criticó los argumentos de aquellos que, praticando el mal, se escudan bajo el argumento de que "todo mundo lo hace". Señaló que las acciones de bondad y la maldad de un hombre nunca se miden democráticamente.