SABADO Ť 17 Ť MARZO Ť 2001
Ť El EZLN pide el fin del racismo y nos ofrecen recibirnos en la cocina, reprocha
Visitó Marcos el Politécnico; acepta ir a CU
Ť Acusa a Fernández de Cevallos de tener "desplantes de reyecito y poses de señor feudal"
ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GARDUÑO
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) "está demandando el fin del racismo como cultura nacional y como política de Estado, y nos responden con la oferta de recibirnos en la cocina, en el cuarto de servicio, en el lavadero, en el traspatio, en la acera", dijo el subcomandante Marcos.
En su primera aparición pública desde el domingo pasado, la comandancia general del EZLN acudió a la Plaza Roja del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en Zacatenco. Ahí, Marcos acusó al coordinador de los senadores del PAN, Diego Fernández de Cevallos, de incurrir en "desplantes de reyecito y poses de señor feudal", y planteó que si México es pobre "es porque le hace caso a individuos" como el legislador panista.
Acompañado por los 23 comandantes rebeldes del Ejército Zapatista, Marcos habló así ante más de 5 mil asistentes a la principal explanada del Poli, en Zacatenco. Agripado y con una infección en la garganta, preguntó hasta cuándo deberá aguantar, doblegarse y rendirse el pueblo ante sus gobiernos: "šHasta hoy y ya; hasta aquí y ya, ya no más!".
También anunció que el EZLN aceptó la invitación para visitar la Universidad Nacional Autónoma de México, en día y hora que los zapatistas fijen con oportunidad.
Chisme de lavadero
En su mensaje -precedido por los de otros comandantes zapatistas-, Marcos reprochó que desde la fundación de México como país, los indígenas han esperado respuestas afuera de las oficinas de gobierno, de las que de vez en vez salen empleados de los funcionarios que responden: "sí, vamos a revisar su asunto, regrese dentro de tantos días".
Y agregó: "y así por meses, por años, por décadas, por siglos. Esa mentalidad se repite ahora con algunos legisladores, en concreto el señor Diego Fernández de Cevallos. Como él y otros que piensan que el país es una hacienda, que los mexicanos somos peones y que el Congreso es una tienda de raya.
"Con actitudes racistas se pretende atender nuestra demanda del fin del racismo. El Congreso ni debe negarse a recibirnos en el pleno, a mandarnos a un rincón, a la cocina o al lavadero. Eso es lo que está haciendo: convertir la demanda de los pueblos indios en una molestia y al diálogo con los legisladores en un chisme de lavadero".
Los poderosos, dijo, continúan construyendo argumentos y pretextos para no encontrarse con la comandancia zapatista. "Mientras tanto, quienes somos pobres seguimos siendo golpeados", expresó.
Marcos insistió en sus cuestionamientos a Fernández de Cevallos, y dijo que legisladores como él se dedican a discutir durante largos periodos "si las capuchas son legales o no", y, por otra parte, están dispuestos a aprobar con celeridad, "en unos cuantos minutos", la aplicación de impuestos a medicinas y alimentos.
"Así está México -agregó-, se le quita al que tiene poco, o de plano no tiene nada, y al que tiene todo se le da más. Los paquetes económicos que están saliendo del Congreso no significan para nosotros nada que no sea más impuestos, aumento de los precios, reducción del salario, más desempleo, menos percepciones laborales, menos servicios, menos alimentos, menos tierras, menos hospitales, menos doctores, menos medicinas".
Para este tipo de medidas económicas, afirmó, sí hay acuerdo, y los legisladores actúan con rapidez, pero para las demandas de los indígenas se responde con retrasos, lentitud y el empantanamiento.
Nos mintieron
Los indígenas, dijo Marcos, han construido una nación, "una torre que crece hacia arriba, pero sobre las espaldas de ustedes y nosotros".
Y enunció: "nos quitan la tierra y en ella levantamos aeropuertos, y nunca viajaremos en avión. Construimos autopistas, y nunca tendremos automóvil. Erigimos centros de diversión, y nunca tendremos acceso a ellos. Levantamos centros comerciales, y nunca tendremos dinero para comprar en ellos. Construimos zonas urbanas con todos los servicios, y sólo las veremos de lejos. Erigimos modernos hoteles y nunca nos hospedaremos en ellos.
"En suma, levantamos un mundo que nos excluye, uno que nunca nos aceptará y que, sin embargo, no existiría sin nosotros".
Los indígenas, agregó, sembraron los jardines, construyeron los muebles, pintaron las paredes, adornaron las mesas, produjeron los alimentos y prepararon una comida que no es para ellos.
"Para ti -afirmó dirigiéndose a los indígenas- quedó como casa un rincón sucio y oscuro, el agua te escasea, el polvo y el lodo es lo que bajo tus pies transcurre. El jardín lo ves lejano, desde detrás de las rejas, para sentir que tú eres el piso, para adornar el suelo. Estás de este lado de la pared, el de afuera, y a tu mesa se sienta contigo la miseria.
"Si te enfermas, aguántate; si tienes hambre, aguántate; si tienes sed, aguántate; si vives mal, aguántate; si no te pagan lo justo, aguántate; si no encuentras trabajo, aguántate; si te castigan injustamente, aguántate; si te humillan, aguántate; si te roban lo que tienes, aguántate; si mueren los tuyos, aguántate; si para tus hijos solo heredas desesperanza, aguántate; si no te dejan hablar, aguántate; si no te escuchan, si te olvidan, si mueres, aguántate".
Frente a la estatua del general Lázaro Cárdenas del Río, fundador del IPN, el subcomandante rebelde dijo que los gobiernos han mentido a los indígenas, al decirles que en este país tenían cabida todos.
"Nos mintieron: no es una la casa en la que estamos. La que tiene la luz, la bonanza, el progreso, la alegría y la esperanza es de ellos, los que todos tienen siendo tan pocos. A nosotros nos tocó la calle y el tiempo, a nuestra miseria le llaman casa... a conformarnos con nuestra carencia, a democratizar la desesperación, la angustia, el miedo, la derrota".
Planteó que durante todos estos años no ha bastado con negar el acceso al desarrollo a las comunidades, sino que también se les ha humillado y se les "ve para abajo". Y si exigen sus derechos, se les califica de alborotadores, se les persigue, o bien, se les asesina.
"Nosotros delinquimos y es para ellos el triunfo. Nosotros somos el retraso y es para ellos la prosperidad. Nosotros los feos, y para ellos es la hermosura. Nosotros los perversos y es para ellos la bondad. Nosotros los sucios, y es para ellos la salud. Nosotros los atrasados y es para ellos el progreso", afirmó.
Por su parte, el comandante Tacho también afirmó que quienes sembraron la desconfianza fueron los malos gobernantes, porque cuando los indígenas alzaron la voz para hacer sus reclamos, la respuesta fue el encarcelamiento, la persecución, la amenaza, la tortura y desapariciones forzadas.
"ƑQuién le puede confiar a quien enfrente nos pone a los represores? ƑQuién le puede confiar al que nos engaña? ƑQuién puede creer las palabras huecas y vanas que nos hablan? ƑQuién puede creer las puras palabras que no habla y no demuestra en los hechos?", cuestionó.
Pero las comunidades, dijo, ya no quieren sólo palabras, sino que se les respeten sus justas demandas; y precisó que el camino para que éstas comiencen a cumplirse pasan por el reconocimiento constitucional de sus derechos y cultura. "Sin ese reconocimiento, no es posible que en este país se nos respete a nuestros derechos. Los que hoy se nombran ser los gobiernos, siguen mostrando la prepotencia, que son sus soberbias maneras de actuar", expresó.
El comandante David precisó que ninguna de las demandas zapatistas implica una separación de México o "construir una nación dentro de otra nación. Lo que pedimos y solicitamos, no es un lugar grande ni un lugar chico, sino un lugar digno dentro de nuestra nación, un trato justo, de iguales, ser parte fundamental de esta nación y ciudadanos con todos los derechos que merecemos todos, que nos tomen en cuenta y nos traten con respeto, no como personas de segunda o de tercera clase, no como estorbo para el desarrollo de una nación".
En su oportunidad, la comandante Esther hizo un llamado a los alumnos del Poli para que aprovechen la oportunidad de estudiar que a los indígenas se les ha negado durante años. "No se vendan por un miserable centavo, no se dejen engañar por las malas ideas, que no se dejen llevar por los vicios, por el alcohol y las drogas. No se vendan por dinero para hacer promoción para los ricos. Sabemos que también sufren como sufrimos nosotros en el campo", declaró.
Después de una hora de discursos, el convoy zapatista, que había salido desde la Escuela Nacional de Antropología e Historia para visitar el Poli, regresó al sur de la ciudad escoltado por patrulleros de la Secretaria de Seguridad Pública, y poco a poco la Plaza Roja se fue vaciando.
García Márquez visitó al líder zapatista
El escritor Gabriel García Márquez, acompañado por el editor de la revista Cambio, Roberto Pombo, llegó anoche a la Escuela Nacional de Antropología e Historia para entrevistarse con el subcomandante Marcos. A las 21:20, el ganador del Premio Nobel ingresó a la ENAH, y una hora más tarde salió a bordo de un vehículo color negro rumbo al sur de la ciudad.
El escritor colombiano platicó sobre literatura con el dirigente rebelde y con el editor de la publicación colombiana semanal.