VIERNES Ť 16 Ť MARZO Ť 2001
Ť Es un criterio fundamental para su iniciativa, afirma
Error de la Cocopa, omitir la conciencia de identidad: Villoro
Ť Si se repliega el EZLN, un paso atrás: Vázquez Montalbán
ANGELICA ENCISO Y KARINA AVILES
El filósofo Luis Villoro consideró que "es un error" de la Cocopa omitir en su iniciativa lo referente a la conciencia de identidad como criterio fundamental en la definición de pueblo, concepto que sí está en los acuerdos de San Andrés. Y afirmó que la autonomía de los pueblos indígenas planteada en estos documentos no implica su separación de la nación.
Ayer continuó el debate sobre los derechos y la cultura indígenas en distintos foros de la Universidad Nacional Autónoma de México. El responsable de la cuarta visitaduría de la CNDH, Rodolfo Lara Ponté, dijo que los acuerdos de San Andrés no se contraponen a la jurisdicción nacional, aunque para que puedan aplicarse es necesaria una profunda reforma de Estado y hacer cambios a las leyes secundarias.
En el Aguascalientes de Ciudad Universitaria, el escritor Manuel Vázquez Montalbán expresó que una de las salidas del movimiento zapatista podría ser "la creación de un frente político, o bien, fomentar movimientos sociales. Pero lo que representaría un paso atrás sería replegarse a la selva Lacandona a esperar los acontecimientos".
Afirmó que si para alguien es peligrosa la obstrucción de acuerdos con el EZLN es para el propio presidente Vicente Fox. "La principal víctima política de este juego sería él, porque se le echarán encima los suyos", reclamándole haber abierto una caja de pandora "para que no salga nada".
En otro espacio, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, el filósofo Luis Villoro se refirió a que la iniciativa de la Cocopa que recoge los acuerdos de San Andrés establece la autodeterminación de los pueblos indígenas, lo que en el pacto social constituyente se traduce en una "adhesión y aceptación de la soberanía del Estado mexicano. Si esta ley la aprueba el Legislativo, no hay posibilidad de que esto se interprete como un intento de decisión o separación".
Al abundar sobre el concepto de autodeterminación de los pueblos que maneja el documento, dijo que hay una clara distinción entre soberanía y autonomía, ya que esta última se entiende como un status jurídico pactado entre los gobiernos federal y estatales, pues los pueblos están sometidos a una ley superior. "No hay soberanía para los pueblos, sino que la ejercen bajo la ley soberana del Estado nacional. Esto señalan los acuerdos".
Recordó que durante el desarrollo de las mesas de San Andrés el concepto de autonomía que prevaleció fue como habitat, es decir, el sitio donde se desarrolla una cultura, y nunca se consideró como territorio político. "Se manejó como el derecho al uso y disfrute del territorio".
Entonces, abundó, el EZLN quiso llevar a la discusión el artículo 27 constitucional, en el que ya estaba cancelado el reparto agrario, lo cual no fue aceptado por el gobierno federal y finalmente la delegación zapatista aceptó que este tema quedara fuera.
Dijo que el término de la conciencia de identidad apunta a un criterio de autoadscripción. Sin embargo, "curiosamente, no sé por qué la propuesta de la Cocopa, aunque traduce del convenio 169 de la OIT la definición de pueblo, omite la conciencia de la identidad como criterio fundamental. Yo creo que es un error de la Cocopa, es una inadvertencia porque los acuerdos sí tienen esa definición".
En tanto, en el seminario "El movimiento zapatista, una visión amplia", organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Rodolfo Lara Ponté hizo un análisis de las implicaciones jurídicas de los acuerdos. Explicó que ese documento, al haber sido suscrito por el gobierno federal, tiene implicaciones jurídicas y constituye un compromiso fundamental que para aplicarse requiere un cambio constitucional.
"Estamos convencidos de que debe haber un análisis de cirugía mayor para establecer reformas a todo el sistema jurídico mexicano, si atendemos a su naturaleza entenderemos que está concebido como un Estado único y homogéneo, donde el derecho a la diferencia no es compatible", indicó.
Por ello, agregó, es de suma importancia llegar a una "amplia reforma constitucional que permita establecer en una ley reglamentaria las particularidades y hacer adecuaciones a otro tipo de leyes". Explicó que los acuerdos son una etapa y que es importante acceder a la reforma para continuar el proceso de diálogo y llegar a la paz.
Dijo que en los acuerdos están considerados aspectos como la representación política y una mayor participación de los pueblos indígenas. Sobre esto, precisó, se deben establecer los aspectos que se modificarán y para empezar tendrían que ser los artículos 40 y 41 de la Constitución. Ahí tendrá que clarificarse el respeto a los usos y costumbres de los pueblos para la designación de sus autoridades y sus representantes populares.
En relación con los derechos humanos, el visitador señaló que el documento considera la posibilidad de que los indígenas, en lo individual, accedan a la justicia nacional por transgresiones de las autoridades tradicionales, pero además lo que éstas determinen también deberá ser convalidado.
Por otra parte, Manuel Vázquez Montalbán expresó que en esta etapa en la que la comandancia zapatista se encuentra en la capital del país, "el tiempo se convierte en un elemento peligroso porque los sectores más decapitantes a que se consiga el acuerdo dentro de las filas del PAN y del PRI pueden crear obstáculos para deteriorar la situación. Y me atrevería a decir que, si para alguien es peligroso ese obstruccionismo, es para el propio Fox".
Por lo tanto, mencionó, "hay muchos intereses de que algo salga y lo peor que podría ocurrir es que los dos perdieran, que los dos salieran del juego sintiéndose perdedores".
Plan Puebla-Panamá, contradictorio a las demandas indígenas
Sobre las implicaciones del Plan Puebla-Panamá, Vázquez Montalbán sostuvo que ese proyecto de expansión plantea una contradicción respecto de las demandas indígenas, porque "una expansión salvaje está en condiciones de destruir identidades, maneras de relacionarse con la naturaleza y con los demás, por lo tanto, eso puede plantear un problema grave en el sentido de que pueden firmarse esos acuerdos tal y como están escritos y, en cambio, generar conflictos cuando se conviertan en reglamentos, en aplicaciones concretas de políticas en zonas" específicas.
Contó que el miércoles pasado habló con una "alta autoridad" sobre ese asunto. "Me dijo: todo eso lo pactaremos, el desarrollo, el plan Panamá, porque no se puede hacer nada en contra de los que están en ese territorio. Y entonces me permití una pequeña ironía. Le indiqué: ustedes aplican un programa neoliberal. Cómo tener esa delicadeza de respetar el hecho diferencial. Y dijo: bueno, en España tienen algo parecido, un sistema neoliberal aplicado. Sí, respondí, pero allá hay una cierta capacidad de control de lo que llamamos keynesismo, y que me contesta, pues aquí haremos lo mismo, con lo cual ya están dispuestos a hacerse keynesistas. Es un primer paso, a veces la derecha da sorpresas: un día quieren hacerse keynesistas, igual acaban haciéndose socialistas o neoanarquistas", comentario que arrancó las risas de los chavos.
También refirió que el centro intelectual mexicano y los políticos han hablado de que las reivindicaciones indígenas, de la autonomía, de acercar la administración a su lugar, eso implica la balcanización de México. Sobre este tema habló con Carlos Fuentes y éste le dijo que "los únicos balcanizadores que había en México eran los caciques y los latifundistas", apuntó Vázquez Montalbán.