JUEVES Ť 15 Ť MARZO Ť 2001

Jean Meyer

Rusia pobre

No he dicho špobre Rusia!, conste. Hoy en día la opinión pública rusa está más optimista que en cualquiera de los ocho últimos años y el presidente Putin goza de una popularidad sin precedentes, cuando ya ha pasado más de un año en el poder. Ha logrado devolver alguna confianza a los rusos y eso no es poco.

En Rusia, como en muchos países, los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres; como en todas partes, de los pobres se habla muy poco, menos aún cuando el discurso económico se quiere optimista y habla del crecimiento como de una evidencia que beneficiará a todos. Por el momento, el crecimiento no ha cambiado para nada la vida de los millones de pobres. Hasta se debe señalar una agravación de su situación: más y más niños de la calle, enfermos sin tratamientos, pensionados sin pensiones. ƑDónde encontrar el dinero para reparar los daños de los veinte últimos años, recobrar las garantías sociales, reconstruir un sistema de salud pública cuando tuberculosis y sida han tomado dimensiones epidémicas? ƑCómo reconstruir un sistema educativo agonizante?

ƑCómo compensar tanto sufrimiento, tanta humillación? La pérdida de la dignidad económica lleva a los peores desastres, tal como la prostitución sistemática de cuántas muchachas.

La Academia de Ciencias Médicas de Rusia publicó una investigación realizada en varias provincias y ciudades sobre 4 mil familias (11 mil personas) necesitadas. El ingreso por persona en dichas familias es de 250 pesos al mes, suma que representa 60 por ciento del mínimo necesario para vivir en las regiones estudiadas. El resultado de la encuesta no sorprendió, pero sí conmovió a los investigadores: esa categoría social se muere de hambre, al grado de que la OMS considera que la situación es ya crítica. A.Baturin, vicedirector del Instituto de Nutrición, uno de los dirigentes del estudio, dice: "Entre todas las personas interrogadas, observamos carencias alimenticias significativas; insuficiencia de leche y derivados, carne, pescado, frutas y verduras, aceite. Y 20 por ciento de los niños de menos de siete años tienen un déficit en peso y tamaño".

En Rusia los más desprotegidos son los funcionarios. Los que trabajan en el sector privado o bajo contrato pueden cubrir sus necesidades, pero Galina V., de la Biblioteca Nacional de San Petersburgo, cuenta: "una de mis colegas camina diez kilómetros todos los días para venir a trabajar. Vive en un suburbio y no puede pagarse el tren. Todos tenemos dos trabajos. Algunos lavan trastes de noche, otros reparten periódicos, otros juntan botellas vacías. Una de mis empleadas trabaja en un casino como mesera. Nos prestamos dinero, ropa, zapatos. Hace tiempo que no me he comprado nada. Ni alcanzamos para las medicinas".

M. Dimitriev, viceministro de Desarrollo Económico y Comercial piensa que el crecimiento permitirá a los funcionarios peor pagados recibir un sueldo decente hasta dentro de... siete u ocho años. Mientras el salario promedio de los empleados del Estado (médicos, maestros, profesores, burócratas) es de mil 300 rublos, un poco más de 650 pesos. El salario mensual promedio nacional es de 2 mil 400 rublos (mil 200 pesos). En los diarios de Novossibirsk uno puede leer anuncios pidiendo enfermeras, médicos y hasta cirujanos. Las enfermeras ganan un sueldo de miseria y nadie se presenta; un médico del servicio de intervención rápida (tipo Cruz Roja) gana 800 rublos al mes; muchos trabajan doce horas al día para sobrevivir.

En Moscú, el alcalde Yuri Luzhkov apoya a los empleados con un suplemento salarial tomado sobre el presupuesto de la ciudad. Así, un médico recibe 3 mil 345 rublos al mes y un maestro mil 500, lo que es mucho más que en provincia. Ahora bien, la vida en Moscú es tres veces más cara que en provincia. A las escuelas de la capital les hacen falta maestros y muchos pensionados dan la clase. El gobierno federal quiere subir los sueldos de los funcionarios en 20 por ciento para el año en curso, pero le faltará controlar una inflación que, si bien ha bajado, ha sido de 20 por ciento el año pasado. Y eso que no hablamos del campo, ese campo que los rusos llaman glubinka (lugar perdido) y que vive en condiciones aún más difíciles.

PD. No es una razón para olvidar a los salvadoreños, a los palestinos y a los israelíes que deben, para su salvación, evacuar los territorios ocupados.

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