MARTES Ť 13 Ť MARZO Ť 2001

Ť Acapara el realizador audiencia en el festival de Mar del Plata

En lo cotidiano hay más violencia que en el cine, opina De Iglesias

Ť En su reciente cinta, La comunidad, suspenso y humor negro

Mar del Plata, Argentina, 12 de marzo. El buen humor del cineasta español Alex de la Iglesia se hizo presente en el 16 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, con su más reciente película, La comunidad, en la cual combina acción, suspenso, tragedia y una buena carga de humor negro, sello característico en el trabajo del realizador. "Todo lo que aparece en mis películas debe parecerme divertido para que esté ahí; no creo que exista nada inteligente que pueda ser aburrido, la diversión forma parte de la vida. La única salida a esta vida es el humor".

Abunda: "Me interesa contar historias que presuponen una violencia, de cómo todos participamos de una violencia soterrada terrible en el día a día. Esa violencia de elevador: 'ƑA qué piso va, al tercero?', 'Ahora qué cojones digo yo de aquí al tercer piso. Me voy a quedar callado?', piensas. En la vida cotidiana hay mucha más violencia que en el cine; nosotros sólo jugamos con ella".

La comunidad no figura en competencia, pero participa en este banquete cinematográfico en el ciclo de Películas de Colección, pero ha tenido una audiencia/expectativa mayor que algunas de las películas que compiten por el Ombú de Oro.

-ƑCómo surge la idea de hacer La comunidad?

-Qué buena pregunta; lo digo para animarte; me lo han preguntado 35 veces. En principio fue un reto para ver si se puede construir una historia basada por completo en un espacio cerrado, esa era la idea; en todas mis películas tengo muchos decorados exteriores, muchas locaciones y entonces quería saber si podía contar una historia encerrándome en un sólo decorado. La historia en sí era presentar a una vecina aterrorizada por sus vecinos; en realidad es una historia de terror clásica, pero aquí el castillo de Drácula es una casa de vecinos y los vampiros son gente normal que te pueden pegar un mordisco mucho más doloroso que cualquier vampiro de película. Todo esto hace una historia claustrofóbica, que tiene un especie de final abierto en los tejados de la ciudad.

-ƑHas tenido vecinos como los de La comunidad?

-šHombre!, me imagino que esto no lo leerán mis vecinos así que puedo responder que sí. Cuando era pequeño llevaba comida a casa de mi abuela, como Caperucita; ella tenía falta de riego, estaba totalmente loca y cada vez que quería cocinar no entendía el funcionamiento de una cocina eléctrica y organizaba unos incendios brutales; entonces íbamos todos corriendo y le decíamos "šAbuela, no incendies la casa!". Así que iba todos los días con la canasta de comida. Mi abuelo era anticuario, tenía cristos, vírgenes, toneladas de basura y troncos, todo para que se propagara el fuego. En esa especie de ambiente enrarecido estaban los vecinos que nos decían: "Sois unos cabrones, cómo tenéis a la abuela en este estado"; šhombre!, la verdad es que la teníamos ahí, porque no queríamos tenerla en un geriátrico, que me parece peor que tenerla rodeada de vírgenes, santos y maderas.

-Después de Perdita Durango has hecho películas más pequeñas, Ƒtienes miedo a hacer cintas de grandes presupuestos?

-Entiendo la mala hostia de tu pregunta. No, cuando hicimos Perdita Durango la producción era española, no hay ninguna razón para hacer otra. De hecho cuando la terminé comencé a escribir Fumanchú; hacer una película de 2 millones de dólares a hacer una de 20 o 30, hay una diferencia sustancial de dinero que conseguir; mientras lo tenemos estamos trabajando en LaComunidad ideas más baratas como Muertos de risa y La comunidad. Espero poder hacer Fumanchú, pero no tiene nada que ver con el miedo o no miedo a Estados Unidos, los estadunidenses me dan miedo a otro nivel, no en el cinematográfico. Ya veremos si comenzamos a rodarla en octubre.

-ƑLa constante de tu obra es la violencia y el humor...?

-Para, para... es lo mismo que en mi vida personal. Podemos hacer dos cosas: evitar el tema de la violencia o reconocerlo.

Creo que el sexo y la violencia forman parte de nuestra vida cotidiana, mis películas no tienen demasiado sexo porque no tengo una experiencia personal abrumadora en ese sentido, me gustaría que mis películas reflejaran una vida atormentada, abocada al sexo sucio. En la violencia realmente si queréis que nos pongamos serios os diré que es el motor del drama. A mí me desagradaría que en una entrevista le preguntaran a Shakespeare: "Qué influencia tiene la violencia en sus obras de teatro, en El rey Lear, Macbeth, Mucho ruido y pocas nueces, Hamlet"; todas las obras de Shakespeare tiene una gran violencia, no porque a él le apetezca tener una gran audiencia, sino porque cualquier tipo de comportamiento humano forma parte de la condición humana que a él le interesa. Con el humor prefiero el mal intencionado, tampoco soy tan malo; me gusta jugar a ser malo pero no lo soy.

En cuanto al sexo no tengo fascinación por el cine porno, lo conozco poco. Casi no las veo; es un cine de satisfacción inmediata. Pero sí haría una con Meg Ryan y Sandra Bullock.

-ƑPensé en algo más bizarro?

-Te parece poco šSandra Bullock en bolas penetrada por un perro!, tendría una clara tendencia a relaciones sexuales entre celebridades y animales si rodara una.

-ƑQué le debes al cine psicotrónico (tarado)?

-Esa sí es una buena pregunta, en serio.šHombre!, intento olvidarlo no soy partidario ni del psicotrónico ni del gore, lo veo, lo disfruto y me lo paso bien, pero estoy tratando de conseguir que mis películas no sean tan taradas, es una buena forma de comenzar y divertirse, pero cuando tienes 34 años y no puedes seguir haciendo psicotrónico, sobre todo porque a mi madre no le parecería.