Ť Su libro acerca del crucial descubrimiento circula en México bajo el sello Taurus
Ridley: descifrar el genoma humano nos vuelve ''generación afortunada''
Ť Vivimos ''el momento intelectual más grande de la historia'', señala el investigador
Ť Infundado, el pesimismo de los que creen factible producir ''seres a la medida'', advierte
MIRYAM AUDIFFRED
El investigador y periodista Matt Ridley tiene una certeza: el desciframiento del genoma humano nos vuelve una ''generación afortunada". Y es que -aclara el también escritor- por primera vez el hombre es capaz de conocerse a sí mismo, desentrañar su origen y saber de sus ancestros. ''Nos encontramos en el momento intelectual más grande de la historia".
Hombre optimista, su libro Genoma. La autobiografía de una especie en 23 capítulos ?recientemente publicado por Editorial Taurus? así lo demuestra a quienes, a diferencia de este periodista, han manifestado el temor de que los avances en materia genética proporcionen la clave para la ''producción" de hombres y mujeres ''a la medida".
''Estoy al tanto de la fascinación por el pesimismo sobre el momento genético que vivimos", aclara. ''De hecho, creo que Hollywood está feliz de animar tal sentimiento" y difundir nuestra supuesta cercanía con el mundo que habita las páginas de los libros de Aldous Huxley y George Orwell, aunque en realidad no sea así debido a que en Un mundo feliz y 1984 la genética no importaba para nada.
La bendición del conocimiento
Mirar con pesimismo el avance de la ciencia es una característica del ser humano, sostiene el doctor por la Universidad de Oxford en entrevista realizada por correo electrónico. ''Estoy seguro de que los grupos que hoy hablan de destrucción también desconfiaron, en su momento, de los antibióticos y las vacunas. No se dan cuenta que el mayor beneficio del Proyecto Genoma Humano es la enorme comprensión del funcionamiento de enfermedades como el cáncer".
Presidente del International Centre for Life ?instancia dedicada a la difusión de la ciencia?, Ridley está seguro de que es infundado el temor del resurgimiento del racismo a partir de los descubrimientos genéticos.
''Mientras más aprendamos de la genética, más apreciaremos la diversidad humana", sostiene. ''Sabemos, ahora, que los individuos de distintas razas tienen muy pocas diferencias entre sí y este reconocimiento debe enseñarnos a ser más tolerantes entre nosotros y a reconocer que la raza es sólo una profunda capa de piel que nada importa".
El conocimiento es -en palabras del colaborador de publicaciones como The Economist y The Sunday Telegraph- más una bendición que una maldición, sobre todo en el caso del saber genético. ''No puedo suscribir el pesimismo en boga sobre la ciencia ni tampoco puedo entusiasmarme con la idea de un mundo que vuelve la espalda al ataque interminable de nuevas formas de ignorancia".
Logros, retos y amenazas
Hay quienes hablan de la necesidad de legislar en materia de genética. Al respecto, Ridley aclara que hay reglas muy estrictas sobre lo que se debe estudiar en los laboratorios. ''Se trata de rígidas limitaciones en torno del uso de embriones humanos, genes, etcétera. Y también están los límites que los propios científicos se han impuesto".
Mientras se difunde que el próximo paso será fabricar en forma artificial las proteínas que se sospecha tienen algún papel en las enfermedades y que deberán transcurrir varios años para que estas pruebas clínicas se concreten en la aparición de innovadores medicamentos, el nuevo libro de Ridley circula en las librerías del país para traducir logros, retos y amenazas, pues ''la mayoría de los genetistas está demasiado atareada explotando la mina de oro intelectual desde el laboratorio como para sacrificar su tiempo explicando su ciencia al público".
La certeza de que el mundo cambia velozmente está presente en el prólogo del texto, pero ?añade el periodista? ''todavía están por llegar muchos conocimientos importantes... no me cabe la menor duda de que los años venideros nos depararán sorpresas asombrosas".
Matt Ridley no niega que podemos continuar nuestra vida sin los datos difundidos en febrero pasado: que el genoma humano contiene cerca de 30 mil genes (apenas 11 mil más que el de un gusano) y 95 por ciento de ''basura".
Empero, ''también pudimos haber continuado nuestra historia sin coches, aviones, vacunas, agricultura, ropa y fuego. ¿La vida será mejor? Es muy fácil imaginar grandes beneficios a partir de estos estudios, pues cuál puede ser el daño si alguien utiliza esta tecnología para producir un bebé sin enfermedades genéticas. ¿Hay alguien que, en realidad, quiera dar la espalda a este conocimiento?".