Ť Fueron tallados hace más de mil 500 años; sólo quedan pedazos en la ladera de un risco
Los Budas de Bamiyán, destruidos en su totalidad, asegura la Unesco
Ť Ni la oposición del Islam ni la condena internacional detuvieron a los talibanes, dice el organismo
AFP, REUTERS, DPA Y AP
Paris, 12 de marzo. Los Budas gigantes de Bamiyán fueron destruidos completamente por los talibanes, en el poder en Afganistán, confirmó hoy en esta ciudad el director general de la Unesco, Koichiro Matsuura.
La cadena de televisión estadunidense CNN difundió las primeras imágenes de la destrucción de las milenarias estatuas de 53 y 36 metros de altura, talladas en un risco en la provincia central afgana de Bamiyán y declaradas Patrimonio de la Humanidad. La fotografía "fue tomada por un afgano presente en el lugar", y muestra una polvareda en el acantilado, aunque sin detalles de la estatua o estatuas destruidas.
Los Budas fueron dinamitados el 8 y 9 de marzo y ahora "no quedan sino algunos pedazos en la ladera de la montaña", indicó Afp, que citó "fuentes fidedignas".
Las estatuas representaban a Buda de pie y una de ellas era la más alta del mundo. Fueron talladas hace más de mil 500 años cuando en Afganistán florecía la cultura budista que se enriqueció de la cultura griega llevada por Alejandro Magno antes de que los musulmanes conquistaran la región.
Hace exactamente dos semanas el mulá Mohamed Omar, máximo dirigente del movimiento Talibán (estudiantes de teología), ordenó la destrucción de todas las estatuas preislámicas en Afganistán ?budistas y no budistas? por considerar que atentaban contra el Islam, provocando las protestas de la comunidad internacional. "Sólo Alá puede ser venerado", declaró entonces Omar.
Un crimen contra la cultura
Matsuura calificó la destrucción de los Budas de Bamiyán como "un crimen contra la cultura, cometido cuando en todo el mundo se elevaban voces en contra", y "es odioso asistir a la destrucción, calculada fríamente, de bienes culturales que constituían el patrimonio del pueblo afgano y de toda la humanidad".
El titular de la Unesco agregó que "los talibanes no tuvieron en cuenta ni la movilización internacional sin precedentes, ni la oposición expresada espontáneamente por las más altas autoridades religiosas del Islam".
Tampoco el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Kofi Annan, así una delegación de eruditos de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) lograron hacer recapacitar a los talibanes.
El ministro de información talibán, Qadratulla Jamal, indicó que los enviados de la OCI "carecen de una justificación religiosa para demostrar que nuestro trabajo no es islámico. No vamos a apartarnos del edicto (de Omar) y ninguna estatua de Afganistán se salvará".
Jamal reiteró que la destrucción estaba a punto de ser concluida, "el trabajo no es tan fácil como piensa mucha gente. No es posible derribar las estatuas con dinamita o cañones porque ambas están esculpidas en la ladera de un peñasco, aunque hemos llegado a las últimas etapas".
Annan, quien visitó un campamento de refugiados afganos en Pakistán, indicó que la ONU continuará su ayuda humanitaria a Afganistán, pese a la destrucción de las estatuas, y precisó que ningún país ha pedido que se suspenda la ayuda porque "un niño que tiene hambre no deja de ser un niño que tiene hambre".
La población afgana vive una de las peores sequías en 30 años, lo que ha obligado a más de 150 mil personas a buscar refugio en territorio paquistaní.
El canciller de Pakistán, Abdul Sattar, indicó que la demolición de los Budas gigantes es "un trágico desastre", y acusó al mundo de hacer muy poco y demasiado tarde para salvarlos.
Estados Unidos calificó la destrucción de las estatuas budistas como "una tragedia y un crimen contra el género humano". Sin embargo, el vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher, subrayó que la medida talibán no implica que Washington ponga fin a la ayuda humanitaria, porque "nosotros diferenciamos los actos de los talibanes y las necesidades del pueblo afgano".
Para el enviado especial de la ONU en Afganistán, Frances Vendrell, la acción de los talibanes "los aislará más de la comunidad internacional".