MARTES Ť 13 Ť MARZO Ť 2001

Ť Destacó el conflicto indígena en el balance de sus 100 días de gobierno

Estamos del mismo lado que el EZLN: Fox

Ť Presentó el Plan Puebla-Panamá como un puente entre el TLC y Centroamérica

Ť Se evitará que acorralen a la democracia, advirtió ante el gobernador Cervera Pacheco

ROBERTO GARDUÑO Y JUAN MANUEL VENEGAS

 El gobierno federal y el movimiento zapatista "estamos del mismo lado en las reivindicaciones indígenas y en las reformas constitucionales que consagren los derechos de los pueblos", dijo Vicente Fox.

Al enunciar las principales acciones de sus 100 días de gobierno, el mandatario abordó los temas de la agenda nacional que constituyen los pilares de su administración: la gobernabilidad democrática, el estado de derecho, el diálogo político, la lucha contra el crimen organizado y la necesaria reforma hacendaria. Y como punto fundamental de su mensaje ubicó el tema indígena, "como requisito para la construcción de una nación fuerte y próspera".

El Presidente anunció que el signo de su administración será el diálogo y el acuerdo, pero no permitirá el chantaje ni las presiones: "esto no lo vamos a permitir, porque nadie tiene derecho a acorralar a la democracia y a la nación con actitudes intransigentes"

Antes de pronunciar su mensaje con motivo de los 100 días de gobierno, Vicente Fox encabezó en el salón Adolfo López Mateos, de Los Pinos, la puesta en marcha del Plan de Desarrollo Puebla-Panamá (capítulo México), donde señaló que la violencia no es la solución a las enormes y legítimas demandas de los pueblos del sureste mexicano, lo que se requiere "es sumar esfuerzos por la paz y para el progreso".
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En Los Pinos, ante representantes de todos los países centroamericanos, los gobernadores de los estados del sur-sureste del país y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, el titular del Ejecutivo mexicano señaló que el plan permitirá crear una zona de intercambio y cooperación "a nivel de otras que se han creado en el mundo", porque su ideal es que a partir de este proyecto, nuestro país se convierta en "puente entre Centroamérica y el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, que también está en evolución y en profundización", a tal grado que Fox ayer se proyectó para hablar ya de una "comunidad económica de Norteamérica".

Sin que hayan empezado ?hasta donde se sabe? las negociaciones para integrar esa "comunidad", el mandatario dijo a sus invitados: "algunos dicen que nuestros objetivos son demasiado ambiciosos. Yo digo que pensemos en grande, ya que sólo así serán grandes nuestros resultados".

El gobierno pretende reconstruir las instituciones nacionales

Después de echar a andar el Plan Puebla-Panamá, Fox Quesada se reunió en el mismo salón López Mateos con cientos de ciudadanos dedicados a distintas tareas: obreros, empleados públicos, maestras, niños, propietarios de medios de comunicación, amas de casa, ancianos, discapacitados, funcionarios públicos, entre otros.

En medio del recinto se ubicó el micrófono donde el presidente Fox, como único orador, pronunció su mensaje con un tono de seriedad muy especial. Leyó su discurso sin improvisar. Y aquella postura atrajo la atención de sus invitados.

En dos grandes pantallas colocadas en los extremos del salón se proyecto un video en el cual Vicente Fox apareció en distintos actos pronunciado discursos, estrechando la mano a distintos ciudadanos, visitando colonias populares, o en la inauguración de programas. De esa forma también se dieron a conocer las acciones de gobierno realizadas en 100 días.

El eje central de su alocución fue Chiapas, el tema indígena y el movimiento zapatista: "en Chiapas hemos pasado de la indiferencia y la inmovilidad a la propuesta concreta, a la creación de condiciones para reanudar el diálogo, a las acciones de largo plazo a favor de los indígenas y a la buena fe; a la buena fe para impulsar entre todos las grandes transformaciones que demandan y merecen los pueblos indígenas de México. Hoy se marcha abiertamente por los caminos, se habla del futuro de los pueblos indígenas en las plazas públicas, todas las voces se expresan con libertad y son escuchadas por todos. Hoy por fin la palabra ocupa nuevamente entre nosotros el sitio que jamás debió abandonar".

Nuevamente se dirigió a los indígenas como nuestros hermanos, a los que pidió que busquen el apoyo social por las vías no violentas, y coincidió con la demanda de justicia e igualdad que enarbola el EZLN: "el gobierno y el movimiento zapatista estamos del mismo lado en las reivindicaciones indígenas y en las reformas constitucionales que consagren los derechos de sus pueblos. Los hechos hablan claramente de nuestro compromiso con una paz justa y digna para Chiapas. No obstante, estoy plenamente convencido de las limitaciones de un acto de buena fe. Sé que la voluntad es imprescindible para resolver un conflicto, pero que no lo resuelve por sí sola".

Aplicar la fuerza del Estado cuando la nación lo demande

Y en términos de diálogo, Fox dijo que ya no se debe dejar pasar más tiempo para resolver el conflicto en Chiapas y, por añadidura, de los pueblos indígenas en el país, "avancemos sin temores hacia la paz", dijo.

De esa solicitud para resolver el conflicto, el mandatario pasó de inmediato a formular una posición contrastaste: "así como estamos dispuestos al diálogo político, también estamos dispuestos a aplicar toda la fuerza del Estado cuando la nación lo demande".

Y de ahí comentó que la lucha contra el crimen organizado será implacable y sin tregua: "no descansaré hasta que volvamos a vivir seguros".

Rehén de chantajes

Fox dijo que su gobierno hará respetar el estado de derecho, en alusión ?sin mencionarlo? al conflicto político en Yucatán: "en un país que aspira a una democracia plena todos tenemos que aprender a ser fieles a sus reglas. Si desconocemos la juridicidad, lo órganos y las instancias legales, la sociedad se vuelve rehén de presiones o chantajes y esto no lo vamos a permitir, porque nadie tiene derecho a acorralar a la democracia y a la nación con actitudes intransigentes. No podemos darnos el lujo de lanzar por la borda la esperanza de millones de mexicanos".

La Federación no dispone de recursos necesarios

El mandatario añadió que en el Estado constitucional y democrático es necesaria una estructura fiscal sólida: "por ello, quien como nosotros se ofende ante la denigrante desigualdad social, puede también concordar en que uno de los retos más importantes de nuestro porvenir es la reforma fiscal que hemos propuesto. Sólo cambiando la estructura de nuestros impuestos estaremos en condiciones de darle forma al México que queremos".

Plan Puebla-Panamá: mayor competitividad

Antes del mensaje de las acciones de los 100 días, en el salón Adolfo López Mateos, de la residencia oficial, se preparó la escenografía para presentar el Plan Puebla-Panamá. A las 10 de la mañana buena parte del gabinete presidencial atendía a los invitados extranjeros ?sólo Santiago Creel, Adolfo Aguilar Zinser y Pedro Cerisola llegaron tarde?, mientras que sobresalía, en uno de los extremos de la mesa, la conversación que, muy en cortito, llevaban los gobernadores de Yucatán, Víctor Cervera Pacheco, y de Veracruz, Miguel Alemán. Al lado, muy serio, sin intervenir, se encontraba el secretario de Gobierno de Chiapas, Emilio Zebadúa.

Atrajo las miradas el rebelde Cervera y más porque fue con el único que Fox se detuvo cuando llegó a las 10:30 al salón. Muy sonriente el mandatario le estrechó la mano y algo le dijo, casi al oído, al yucateco que sólo frunció el gesto.

Fox se despidió dándole una palmada en el hombro y se dirigió a presidir el acto de la presentación del programa que, para algunos de sus colaboradores, es el "más ambicioso" del nuevo mandatario, por sus implicaciones internacionales.

El coordinador del Plan Puebla-Panamá, Florencio Salazar Adame, se encargó de presentar el capítulo México y sus alcances para todo el istmo centroamericano. Empezó por señalar que "vivimos en dos México", el primero "desarrollado, progresista, que mira hacia el norte", y el otro, el del "sur-sureste, que ocupa 25 por ciento de la superficie con una población de 27 por ciento, pero en su mayoría pueblos y comunidades indígenas".

El México "que mira al norte", siguió el funcionario, tiene un ingreso per cápita de 4 mil dólares, analfabetismo de 8 por ciento y municipios de alta y muy alta marginación de "sólo 11 por ciento"; en el sur, el ingreso es de 2 mil 300 dólares, el analfabetismo es de 19 por ciento de su población y los municipios marginados alcanzan 31 por ciento.

Son grandes las diferencias y por eso esta iniciativa pretende que "se cierre esta brecha de desigualdad creciente" y el Plan Puebla Panamá se presenta como un "instrumento de rearticulación nacional, para que México emerja con mayor competitividad en el proceso de comercio global".