LUNES Ť 12 Ť MARZO Ť 2001
José Cueli
Domingo de Marcos
Domingo histórico de Marcos indescifrables en la capital mexicana. Las voces de los Marcos estaban en el aire de la Plaza México. Sólo débiles quejidos de los aficionados hacían eco en el recinto vacío. La agitación mañanera y el silencio del coso nos regresaban a soñar un México con esperanzas, incluidos indígenas y marginados y la autonomía de sus territorios, defensa frente a la globalización que nos ahoga.
Fuegos fríos nos inundaban detrás de los ojos de la claridad a la oscuridad. Un fantasma de humo luminoso dejó su rastro radiante en el aire como punto de luz. Una luz de esperanza en la espera. Lo que llevaba a que el humo ascendiera lentamente a ritmo con la espera, hasta subir hasta más allá de la luna. Luego la luna se oculto tras el reloj de la plaza.
La luna reflejo de los indígenas campesinos, similar a los charcos que quedan en la playa al retirarse la marea. Así los Marcos quedaron en la plancha de sus antepasados; el Zócalo que tomaron victoriosos. El presente en el pasado, el pasado en el presente. El humo fantasmal que tenía en el aire un azulillo invisible y extraño, mezcla de resignación indígena y trallazo.
Envueltos en este ambiente fantasmal y de humo en el aire, terminó la temporada de corridas de toros como empezó, sin rumbo fijo. Toreros sin ganas de ser que iban de la temblorina, al ahogo, de lo cómico a lo chulo, de la posturita a la graciosa huida. Un sonado desmadre desde el primer paseíllo de cuadrillas al último paseíllo de las mulillas, arrastrando los torillos al destazadero, la tarde de ayer, con novillines descastados de doña Celia Barbabosa. Sólo destorear sublime interminable, en las calenturientas arenas del redondel, que iban de un derechazo a otro, fuera de cacho a torillos inofensivos y el entrenamiento de El Juli y Ponce, vestidos de luces, hacia la temporada española šQué detallitos tan conmovedores! Por lo demás en la plaza sólo los Marcos en el aire.