LUNES Ť 12 Ť MARZO Ť 2001

Ť Soy yo el ladrón, cinta del polaco Jacek Bromski, lo mejor que se ha presentado

Mar del Plata: todo es fiesta en el Festival Internacional de Cine

Ť Forever youngs callejeros cantan trovas cubanas y de la nueva canción latinoamericana

JORGE CABALLERO ENVIADO

Mar del Plata, argentina, 11 de marzo. Desde el alba la extensa playa de Mar del Plata es tomada por turistas, lugareños y hasta los reporteros que cubren el Festival Internacional de Cine se hacen un tiempo para tomar el sol que acaricia los cuerpos y comienza a encender la arena; ocasionalmente llegan ventiscas de frío aire austral, que si no se le presta mucha atención no molesta, incluso funciona como refrescante natural para la epidermis cubierta sólo con lo necesario.

La alfombra uniforme de hermosos cuerpos se extiende/tiende en toda la amplitud de la arena grisácea, algunas pieles rubitas/transparentes poco a poco son tostadas y otras refuerzan su color. Las mujeres con sus mini/micros bikinis, los machos con bermudas luciendo el trabajo de gimnasio y los viejos desempolvan sus trajes de baño y observan los cuerpos jóvenes con miradas cargadas de nostalgia/complacencia/sa-tisfacción.

Las ramblas comienzan a poner sus puestos con infinidad de chucherías: pulseras, anillos de plata, cadenas de metal y de oro, dijes, colguijes de cuero, espejos, placas de identificación grabadas con los datos personales al instante, mochilas, piedras de resina, camisetas, discos compactos piratas. Hay incluso un cantante que interpreta --šcréalo!, šes en serio!-- canciones de Joan Sebastian y José José.

En el cenit

Cuando el sol llega a su cenit, lejos de quemar se torna aún más benévolo, se pueden pasar horas sin que llegue fastidiar/quemar. Las actividades playeras se intensifican. Hay música por todos lados, gente por todos lados; los restaurantes se llenan. Algunos juegan --špor supuesto!-- fútbol, otros voleibol o sacan la grabadora para ponerse a bailar y otros más hacen surf en las impetuosas/constantes olas del Atlántico. Todo es fiesta y se respira un aire de camaradería/ compañerismo.

Cuando el sol ya duerme en China los grupos de chicas y chicos caminan por las plazas y calles principales de la ciudad en plan de ligue, coquetean/flirtean "Viste que par de tetas tiene esa mina" o "Ese che que lindo es". Familias disfrutando del espectáculo de musicales públicos frente a la playa; por las plazas de los artesanos, subiendo a sus hijos en el trenecito acompañados con los personajes de Dragon Ball o Pokémon. Las carpas aparecen para presentar espectáculos de música popular argentina. Se arremolinan frente a la pantalla gigante que transmite algunas películas de su festival de cine; "los mejores días para veranear acá", confiesa la marplatense y estudiante de geografía Paola.

También hay forever youngs callejeros cantando, en su mayoría, boba (trova) cubana y canción latinoamericana; aunque hay mucho espacio para el rock, por todos lados los aparatos de sonido y ambiental de las tiendas ponen rock, a los resucitados Sui Generis, Charly García, Los Pericos... "El Potro es un cantante muy popular que por su muerte trágica se volvió un mito acá; los Cadillacs es una banda que siempre ha estado ahí, pero los Redonditos de Ricota son otras cosa, ellos fueron lo más importante de la Argentina el año pasado: llenaron dos veces el estadio del Boca y eso sólo lo hace gente como los Stones o U2", confía Diego, vendedor de discos piratas.

En Mar del Plata, una ciudad que parece hecha por designio divino, un lugar en el que todavía no llega la salvaje contaminación, que no da cabida al mal humor ni al aburrimiento; que lejos de la creencia de que los argentinos son unos cretinos/creídos son amables y hasta resultan buena ondita, sobre todo las chicas que traen la moda de pantalones ajustadísimos a la cadera, con una ombliguera, que como dijera el maestro Leduc, deja ver un asomo de pancita.

No hay ninguna exageración en la frase que reza: el ser hombre bajó de un árbol, el argentino bajó de un barco

Las películas

Hoy fue el día de mayor actividad en cuanto a proyección de películas que contienden por el Ombú de Oro; la jornada comenzó con el filme psicológico Confort moderno, de Dominique Choisy, que narra el insulso periodo de vida de la insulsa cuarentona Irene, que da un vuelco cuando después de ser atacada en un parque por un extraño personaje, despierta de un periodo de coma de tres días sin recordar nada; su obsesión de develar qué fue lo que ocurrió aquella noche la hace caer en shock nuevamente; una película que durmió al más disciplinado.

La segunda en turno fue Secretos, del canadiense Adam Brooks, un filme solvente donde Phoebe rastrea los pasos de su hermana Faith que abandonó el lecho familiar para irse con su novio en la década de los setenta y que posteriormente murió en Portugal, así que el amor fraternal busca/encuentra respuestas en la correspondencia que sostuvo con la familia.

It's me, the thief (Soy yo, el ladrón) del polaco Jacek Bromski, resultó toda un sorpresa y hasta fue calificada como lo mejor que se ha presentado en el festival; un filme de crítica social que retrata la iniciación de los jóvenes en el mundo del hampa polaca para robar autos. En la charla que sostuvo con los medios el director comentó acerca de su realización: "No es una película social, no representa la vida criminal de Varsovia, para eso tendría que dedicarme a robar coches tres años, no es para educar porque los que se dedican a eso no van al cine; es para mostrar que la verdad de la vida está en la mente de los jóvenes".

Además se quejó de los subtítulos en español: "Me encargué de la traducción al inglés, pero la del español no refleja el modo de hablar de los jóvenes de esa parte de Varsovia".