LUNES Ť 12 Ť MARZO Ť 2001
Ť Centrales obreras, industriales y agrarias anuncian movilizaciones en contra
Clima adverso en Argentina ante un posible "fuerte ajuste" en la política económica
STELLA CALLONI/II CORRESPONSAL
Buenos Aires, 11 de marzo. La posibilidad de un fuerte ajuste económico, que parece inevitable, de mano del nuevo ministro de Economía, es resistida desde todos los sectores en Argentina.
Las centrales obreras Confederación General del Trabajo, el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA, disidente de la CGT) y la Central de Trabajadores Argentinos ya anunciaron movilizaciones y paros. Las declaraciones del dirigente del MTA, Hugo Moyano, en las que calificaba de "payaso" al ex presidente peronista Carlos Menem y de "marioneta" al actual mandatario Fernando de la Rúa, son una muestra del sentir sindical, mientras industriales y dirigentes agrarios también critican las nuevas señales del equipo de Ricardo López Murphy, un economista neoliberal y representante del sector más conservador de la oficialista Unión Cívica Radical.
No todos los temores se afincan en el terreno económico. A poco más de un año de la llegada de la coalición Alianza al poder, los cambios políticos se expresaron con la renuncia en pleno de todo el gabinete hace poco más de una semana, para dejar las manos libres al mandatario.
Los cambios no han beneficiado al Frente País Solidario (Frepaso, socio menor de los radicales en la Alianza). Las diferencias en la coalición ya llevaron en octubre a la renuncia del vicepresidente Carlos Chacho Alvarez y al alejamiento de otros funcionarios.
Los dirigentes del Frepaso aparecen quemados "como fusibles" ante la opinión pública, y muchos piensan que esa coalición de centroizquierda debería salir de la Alianza, si sus militantes siguen siendo relegados en la toma de decisiones de un gobierno cuyo mandatario se revela cada vez menos popular en los sondeos de opinión pública.
El tema de la corrupción es otro nudo en la garganta del gobierno. La Alianza gobernante construyó su discurso sobre el combate a la corrupción y la pobreza. Los escándalos de los sobornos en el Senado el año pasado y la actitud ambigua ante las evidencias del lavado de dinero durante la pasada administración, han dejado una imagen desoladora para De la Rúa.
La corrupción en la década anterior se llevó miles de millones de dólares, que son para la mayoría de los analistas económicos "el agujero negro donde naufragó el país". Pero no hay culpables, aunque si decenas de juicios dormidos que el gobierno no parece decidido a volver a reabrir.
El hecho de que Pedro Pou, el presidente del Banco Central nombrado por Menem, siga en su lugar, o que el banquero con mayores cargos de corrupción, como Raúl Moneta, siga actuando con total impunidad, dan la pauta de la "debilidad gubernamental". O, como señalan otros analistas, revelarían "un pacto entre hombres de la UCR y el menemismo".