El preludio. Once años de clandestinidad. Una fuerza
armada de tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales y mames, sumergida,
inseparable de sus centenares de pueblos. La explicación llegaría
más tarde, en palabras del subcomandante Marcos: "El zapatismo
en 1994 tiene detrás tres grandes componentes principales: un grupo
político-militar, un grupo de indígenas politizados muy experimentados
y el movimiento indígena de la selva".
1994
El alzamiento. "Son 200 indígenas monolingües", se apresura a declarar la Secretaría de Gobernación de Patrocinio González Garrido, ex gobernador ¿de dónde?... de Chiapas.
En una pared de San Cristóbal de las Casas, el hasta entonces desconocido Ejército Zapatista de Liberación Nacional deja la burla: "En Chiapas no hay guerrilla: Patrocinio".
Que los enmascarados echaron a perder la fiesta de ingreso de México al primer mundo se ha dicho hasta el hartazgo . Pero es cierto. Y lo hicieron con una lista de demandas muy simple: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. La causa indígena como bandera surgiría más tarde.
La breve guerra. Doce días apenas. Miles de indígenas mal armados ocupan siete ciudades chiapanecas. La batalla es desigual. Los rebeldes se repliegan hacia la selva y las montañas. Son los días de la terrible batalla de Ocosingo. Mueren decenas de soldados e indígenas. El Ejército federal despliega más de 25 mil soldados.
El 6 de enero, el presidente Carlos Salinas niega que se trate de un alzamiento indígena y ofrece "el perdón" a quienes depongan las armas. El EZLN responde con sus primeras condiciones.
El gobierno decreta, el 12 de enero, el cese al fuego. La presión social es decisiva para detener la guerra.
Marcos responde con un alegato sobre las razones de la lucha zapatista: "¿De qué nos van a perdonar?". A partir de ese momento, el EZLN libran sus principales batallas en los medios de comunicación.
Los diálogos de catedral. El obispo Samuel Ruiz, el comisionado Manuel Camacho y Marcos son los protagonistas centrales de los diálogos que arrancan el 20 de febrero.
La agenda: demandas económicas, sociales, políticas y el cese de hostilidades. Las pláticas terminan el 2 de marzo. El gobierno presenta un documento de 34 compromisos y el EZLN acuerda llevarlo a consulta.Con la "alerta roja" tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo, todo se va al diablo.
Por esos días comienza, pese a todo, el romance de los zapatistas con la "señora sociedad civil"."Aquí hay algo nuevo, y no sabemos, detengámonos a ver qué está pasando. Es la misma gente por la que estamos luchando la que nos dice que no peleemos, que dialoguemos", dice Marcos.
Las primeras caravanas de "la señora" llegan en abril.
En los meses anteriores se encadenan las denuncias de fraude electoral y la declaratoria de triunfo del priísta Eduardo Robledo, quien apenas resistirá unos días en el gobierno estatal. Y antes, en junio, la formalización del rechazo zapatista a la propuesta gubernamental. Y el lanzamiento de uno de los lemas centrales del EZLN: "'Para todos todo', dicen nuestros muertos. Mientras no sea así, no
habrá nada para nosotros".
¿El negociador de la paz? Se había ido en junio tras acusar a Ernesto Zedillo de saboteador. Lo sustituye (¿alguien lo recuerda en ese papel?) Jorge Madrazo.
El cerco se rompe. Ernesto Zedillo se estrena como presidente de la República, en diciembre de 1994, dispuesto a esperar "días, semanas, meses" para lograr la paz."Bienvenido a la pesadilla", le escribe Marcos.
Eduardo Robledo asume la gubernatura. Días más tarde, el EZLN rompe el cerco militar y, sin disparar un solo tiro, aparece en 38 municipios del estado a los que declara "autónomos y rebeldes".
Ese día, se derrumba la economía mexicana y se devalúa el peso.
El inminente reinicio de hostilidades lleva al obispo Samuel Ruiz a un ayuno por la paz. Luego, el gobierno reconoce a la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) como instancia mediadora. Sigue una tregua de fin de año.
1995
La traición. La paciencia infinita dura poco."La desconfianza ya no es una excusa válida para retrasar el diálogo", dice el presidente Zedillo. Cuatro días después, el 9 de febrero, aparece en cadena nacional: el EZLN, dice, se prepara para la guerra.
Todo México se entera de la supuesta identidad de los dirigentes del EZLN. "Marcos ya cayó", se asegura.
Pero no. Esa suerte le toca, poco después, al secretario de Gobernación de Zedillo, Esteban Moctezuma, quien había ido a la selva a ofrecer la paz.
La orden presidencial se transforma en una ofensiva militar contra las comunidades. Siguen detenciones, asesinatos, violaciones, saqueo de pueblos. La ofensiva termina con más de 30 mil desplazados.
El primero de marzo una multitud se concentra en el Zócalo
para manifestarse contra la guerra. Días más tarde, el Congreso
de la Unión aprueba la Ley para el Dialogo, la Conciliación
y la Paz Digna en Chiapas, que suspende las órdenes de aprehensión
y establece reglas a la negociación.
De San Miguel a las mesas. El 9 de abril se firma la Declaración Conjunta de San Miguel, que establece las reglas del diálogo. El 22 reinicia el diálogo en San Andrés Sacamchén. Siguen largos meses de acuerdos y desacuerdos.
La expulsión de tres sacerdotes extranjeros de la diócesis de San Cristóbal, en junio, pone en riesgo las ya de por sí frágiles negociaciones.
El 18 de octubre se instala la primera mesa: de Derechos y Cultura Indígenas.
El mandato de la señora. Un millón 300 mil personas responden un cuestionario zapatista en más de 10 mil mesas repartidas por todo el país. Más de 53% pide al EZLN convertirse en fuerza política independiente y nueva. Es la consulta zapatista del 8 de junio.
En la Tercera Declaración de la Selva Lacandona,
los zapatistas habían propuesto la formación del Movimiento
de Liberación Nacional, al tiempo que extendían sus lazos
fuera del país mediante un encuentro intercontinental.El segundo
aniversario del levantamiento armado llega en un clima de tensión.
1996
El FZLN y San Andrés. El primero de enero, la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona incluye la respuesta a la consulta: el EZLN llama a formar una "nueva fuerza política nacional", independiente y autónoma, civil y pacífica, "que no sea un partido político", y "que no aspire a la toma del poder". Nace el Frente Zapatista de Liberación Nacional.
El 16 de febrero se firman los acuerdos de San Andrés. Los primeros. Faltan cinco mesas, pero hay compromisos: "El Estado debe promover el reconocimiento como garantía constitucional el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas".
"Es un paso firme hacia la paz definitiva", define el presidente Zedillo. El año es pródigo en encuentros, reuniones, foros, debates. Los zapatistas son actores centrales. El acto estelar es el primer Congreso Nacional Indígena (CNI), en octubre. "Nunca más un México sin nosotros", dice ahí la comandanta Ramona, quien avisa que los zapatistas seguirán llegando a la capital y otros lugares del país.
Para cuando se reúne el primer CNI, el proceso de paz ha dado un vuelco. En mayo un juez condena a Javier Elorriaga y Sebastián Entzin por los delitos de terrorismo, rebelión y conspiración (un mes después serían liberados). El EZLN se declara en "alerta máxima".
En septiembre, el diálogo queda indefinidamente suspendido. La legislativa Comisión de Concordia y Pacificación, surgida de la ley, intenta destrabar la negociación. A fines de noviembre, presenta una propuesta de reformas constitucionales al EZLN y al gobierno: digan sí o no a todo el documento, condiciona.
El EZLN acepta. Emilio Chuayffet, secretario de Gobernación,
también, pero pide que se formalice el acuerdo cuando el presidente
Zedillo regrese de una gira.Las dudas del presidente Zedillo se prolongan
hasta el 19 de diciembre, cuando la intermediaria Cocopa entrega al EZLN
una iniciativa nueva. La ley Zedillo, se le conocería después.Los
rebeldes la rechazan "totalmente".
1997
Los 1,111. Salen de Chiapas. Pasan por Oaxaca, Puebla, Morelos y llegan al Distrito Federal. Encapuchados. No hay mucho ruido por esos "encalcetinados", los mil 111 que vienen al grito de "No nos vamos a rendir".
Dos meses antes, Cuauhtémoc Cárdenas ha ganado las elecciones de jefe de gobierno de la capital del país y sus votantes también contribuyen a que la oposición se convierta en mayoría en la Cámara de Diputados.
En el abarrotado Zócalo del 12 de septiembre, los
zapatistas saludan "a la ciudad que derrotó al partido de Estado
y abrió la esperanza de un cambio pacífico profundo y verdadero".
En Chiapas, sin embargo, las cosas pintan diferente .
La vergüenza. Las tuercas se aprietan. Los grupos nacidos de la ofensiva gubernamental tiran dentelladas en Los Altos y en el norte de Chiapas. El 4 de noviembre, en Tila, un grupo paramilitar atenta contra la caravana de los obispos Samuel Ruiz y Raúl Vera. Hay dos heridos.
El 20, los paramilitares de Chenalhó inician una ofensiva contra zapatistas e indígenas cercanos a la diócesis. Destruyen e incendian casas en decenas de pueblos. Lanzan disparos. Amenazan. Decenas de indígenas se refugian en las montañas.
La imagen de los desplazados en Polhó en la televisión conmueve al país.
Las advertencias que los observadores hacen al gobierno caen en el vacío. "Habrá una matanza", dicen.
El 22 de diciembre, 45 personas ?21 mujeres, 14 niños, un bebé y nueve hombres?, del grupo Las Abejas, son asesinados mientras rezan.
Decenas de policías de Seguridad Pública
escuchan los disparos y los gritos, sin intervenir. El gobierno federal
estrena su explicación de "conflictos intercomunitarios e incluso
interfamiliares".
1998
La resistencia. Cien mujeres, muchas de ellas con niños en los brazos y la espalda ?detrás de ellas, unos 100 hombres y niños?, se enfrentan al Ejército mexicano en protesta contra la base militar situada al lado del campamento de desplazados en X'oyep. Es el 3 de enero. La resistencia pacífica será encarnada desde entonces por las mujeres indígenas.
La llegada de nuevos funcionarios federales y un nuevo gobernador, tras la matanza de Acteal, no modifica el panorama.
A partir de marzo, al prolongado silencio del EZLN el gobierno responde con mano dura y con el envío de su proyecto de ley al Congreso.
Crecen los patrullajes, las detenciones, los operativos de intimidación. El broche de plomo es el ultimatum a los municipios rebeldes zapatistas que se cumple de inmediato. Entre abril y junio la geografía del zapatismo se llena de agravios: Taniperla,
Amparo Aguatinta, El Bosque, Chavajebal, Unión
Progreso, San Juan de la Libertad. Miles de soldados y policías
en operativos desmesurados. Los indígenas que resisten son
encarcelados o ejecutados.
1999
La consulta. "Este es uno de los actos políticos más importantes que vive México porque está articulando las bases de una política de paz para que no se quede en el discurso". Así describe Pablo González Casanova el recorrido que 5 mil delegados zapatistas realizan por todos los rincones del país. El resultado: en la consulta nacional por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indios y por el fin de la guerra de exterminio, el 21 de marzo, participan unos tres millones de personas.
El traslado de los zapatistas "hace evidente la inexistencia
de un cerco militar y menos aún de la supuesta guerra de exterminio
en Chiapas", declara la Secretaría de Gobernación, ya entonces
encabezada por Francisco Labastida.
2000
Comenzar de cero. Tardíamente para algunos, el EZLN se pronuncia, el 19 de junio, sobre los comicios del 2 de julio: "Esta hora no es nuestra hora. Lo será algún día, cuando haya paz y respeto a los pueblos indios. Cuando la democracia vaya más allá de un calendario electoral".
En el mismo comunicado los zapatistas anuncian que no pondrán ningún obstáculo a las elecciones, pero tampoco llamarán a votar por candidato alguno.
Las elecciones pasan. Triunfa Vicente Fox, y más tarde Pablo Salazar, candidato de una alianza de todos contra el PRI, se impone en la elección de gobernador de Chiapas. Salazar gana en 53 de los 111 municipios de la entidad. Pero en la zona de conflicto sólo se lleva 13 de 34.
Tras un largo silencio el EZLN vuelve a escena. El 2 de diciembre da la bienvenida al presidente Vicente Fox: "Con los zapatistas usted parte de cero en lo que se refiere a credibilidad y confianza (...) No debe haber duda: nosotros somos sus contrarios. Lo que está en juego es si esta oposición se da por canales civiles y pacíficos; o si debemos continuar alzados en armas y con el rostro cubierto hasta conseguir lo que buscamos, que no es otra cosa, señor Fox, que democracia, libertad y justicia para todos los mexicanos".
Luego vienen los platos fuertes.El EZLN enlista sus ya célebres "tres señales" para reiniciar el diálogo: aprobación del proyecto de la Cocopa, liberación de todos los zapatistas presos y el retiro y cierre de siete posiciones cv militares.
Y ya encarrerado anuncia la marcha de 23 de sus comandantes
y un subcomandante.
2001
La marcha. Tres semanas antes de la salida de la marcha, el Presidente de la República es firme: "El país es más que Chiapas (...) Si hay marcha, que haya marcha. Si no quieren marcha, no marchan; como gusten".
Los resultados de sus encuestas y la atención internacional obligan al viraje: "Mi prioridad, estos días, es que la marcha del EZLN salga bien. Pongo en riesgo mi presidencia, todo mi capital político. Hay que darle una oportunidad a Marcos", dice el Presidente el 23 de febrero. Entre una y otra declaraciones la relación entre los zapatistas y el gobierno vive momentos de tensión. El EZLN atribuye la negativa de la Cruz Roja Internacional a resguardar la caravana a una intervención directa del canciller Jorge G. Castañeda.
El subcomandante Marcos denuncia que Castañeda les envió este mensaje: "Quieren una guerra de mentiras, tendrán una paz de mentiras". El aludido lo niega.En los siguientes días, ya con la marcha en curso, se mezclan los exitosos actos en cada plaza que pisan los comandantes con las declaraciones amenazantes de prominentes panistas. El riesgo no está, sin embargo, en las frases pintorescas, sino en el bloque legislativo del PAN que se niega a aprobar la iniciativa de ley que ha hecho suya Vicente Fox.
El jefe del Ejecutivo intensifica su labor de convencimiento de sus propios compañeros de partido. El 6 de marzo, Luis H. Alvarez, comisionado gubernamental para la paz, sostiene que la reforma "es un asunto urgente y de la mayor relevancia".
Al activismo presidencial se suma el duopolio televisivo con una campaña publicitaria sin precedentes, rematada con el concierto "Unidos por la paz".
"En estos momentos hay una fuerte pelea y una disputa por esa paloma (de la paz). El gobierno de Fox quiere convertirla en un logotipo publicitario", dice Marcos, en uno de sus muchos discursos durante la marcha que va cosechando adhesiones en todas las plazas que pisa.
Hoy, la marcha que se inició hace 18 años en la selva está en el llamado "corazón del país". La palabra es del Congreso. Pero ni los zapatistas ni el gobierno de Fox se quedarán quietos.*
(Redacción: Masiosare)