DOMINGO Ť 11 Ť MARZO Ť 2001

Ť Es injusto que sólo se filmen 15, dice el cineasta español en la Muestra de Cine Mexicano

México, con el talento para rodar hasta 120 películas al año: Fernando Trueba

Ť La fiesta de la producción nacional, con sólo siete estrenos; predominan las cintas extranjeras
Ť Francia, único país de Europa que está ganando la batalla a Hollywood, coinciden en Guadalajara

MONICA MATEOS-VEGA ENVIADA

Guadalajara, Jal., 10 de marzo. El cineasta español Fernando Trueba, dice: "Es un disparate que en México no se hagan cien películas al año; es injusto, porque en el país hay talento pero no una política cultural de respaldo al cine".

Trueba presenta una retrospectiva de su obra como parte de la Muestra de Cine Mexicano, cuya 16 versión se inauguró anoche en el teatro Degollado.

El encuentro fílmico que anualmente se organiza en esta ciudad ofrece tan sólo siete estrenos mexicanos: De la calle, de Gerardo Tort; Corazones rotos, de Rafael Montero; Demasiado amor, de Ernesto Rimoch; Un mundo raro, de Armando Casas; Sin dejar huella, de María Novaro; Panchito Rex, de Fabián Hofman, y Las caras de la luna, de Guita Schyfter.

Las otras tres películas que compiten por el Premio Mayahuel de Oro (es el segundo año que se entrega), son: Piedras verdes, de Angel Flores, cinta que desde hace tres semanas se exhibe en diversas salas comerciales del país; Perfume de violetas, de Marisa Systach, y Sexo por compasión, de Laura Mañá, ambas estrenadas en el pasado Festival de Cine Francés, que se celebró en Acapulco.

Ante esta magra presencia del cine mexicano en el festival dedicado a éste, contrasta el número de filmes extranjeros que se programaron: 11 cintas germanas (pues Alemania es el "país invitado"); en la "sección Iberoamericana" se proyectarán piedras_verdes 10 cintas de Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Brasil y España; la retrospectiva de Fernando Trueba incluye 10 producciones españolas, y se efectuarán seis "funciones especiales" con lo más reciente del cine de arte alemán y estadunidense (en este último rubro, destaca la exhibición de la película más reciente de Julian Schnabel, Antes que anochezca, encargada de clausurar esta muestra).

También fue una película extranjera la que abrió la que debería ser la fiesta del cine mexicano. Se trató del poético filme de Rolf Schübel, Gloomy Sunday, cuya historia provocó embeleso en el público asistente a la inauguración y un nutrido aplauso en el teatro Degollado. Las películas mexicanas todavía no logran tales arrebatos.

A excepción, claro, de la expectativa que ha causado aquí el homenaje que se rendirá a María Félix, de quien se exhibirán 10 películas. La presencia de la diva en la capital tapatía se consideraba el plato fuerte, quizá el único, del encuentro fílmico; no obstante, ayer corrió la versión de que La Doña no asistirá el lunes a recibir su medalla conmemorativa, debido "a cuestiones de salud". Empero, su reservación para cuatro personas en el hotel Quinta Real de Guadalajara no ha sido cancelada.

El Estado, ajeno a la industria

La Muestra de Cine de Guadalajara, que este año no incluyó, como en otras ocasiones, un encuentro académico ni de reflexión promovido por la Universidad de Guadalajara, necesitó en su noche inaugural de la voz de Trueba para apuntar los reflectores hacia un problema que se quiere disimular con glamor: la falta de una política cultural del gobierno federal que respalde el cine mexicano.

Trueba fue claro: "México tendría que producir al año 100 o 120 películas; hay talento, hay productores, pero no hay respaldo político. Fuera del apoyo con el que cuentan las producciones de Estados Unidos, no existe un compromiso del Estado; es injusto que México sólo haga 15 películas al año".

El realizador de Belle epoque (1992, ganadora de un Oscar), durante su encuentro con la prensa al término de la inauguración, se mostró bien informado respecto de la situación de la industria cinematográfica mexicana. Sabe que existe un reglamento de cine que no se ha aprobado desde hace año y medio. Sabe que la "sorpresita" para sus colegas, prometida por Sara Guadalupe Bermúdez al asumir el cargo de presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, no ha llegado.

Por ello fue puntual: "El Estado es el que marca las reglas del juego, y si no lo hace es que no hay compromiso. No se trata de hacer una labor de convencimiento, sino de imponer. Por ejemplo, el Estado es el responsable de otorgar las concesiones de televisión, pues debería exigir que las televisoras invirtieran en el cine mexicano y si no lo hacen revocarles las licencias, es decir, combatir el monopolio".

El cineasta alemán Rolf Schübel añadió a los comentarios de Trueba que en su país, si bien el Estado destina anualmente entre 80 y 100 millones de dólares para financiar películas (tanto proyectos propios como independientes), el gran cáncer continúa siendo el cine estadunidense, el cual ocupa 80 por ciento de las pantallas germanas, "es terrible, lo mismo sucede en Gran Bretaña y España; en Polonia es peor."

Ambos directores resaltaron lo que sucede en Francia, el único país de Europa "que está ganándole la batalla a Hollywood, porque ya tienen una industria cinematográfica poderosa, y ello se debe a que en Francia la cultura es una cuestión de Estado, no una broma ni un asunto partidista".

Los realizadores instaron a copiar a los franceses, que exigen a sus televisoras privadas un impuesto para apoyar su cine, han fijado una cuota del número de películas francesas que deben proyectarse en cada sala y cobran un impuesto de 13 por ciento sobre las entradas a todas las producciones exhibidas.

"Es algo maravilloso, y Hollywood tiene pavor de que esto se extienda, pues piensa que el libre mercado es elegir en qué cine debemos ver una de sus cintas. Pero libre mercado es poder escoger entre ver una película iraní, francesa, española o mexicana", expresó Trueba.

Ante este clima de opiniones de los invitados especiales, el director del Instituto Mexicano de Cinematografía, Alfredo Joskowicz, fue cauteloso en su discurso inaugural y señaló que en esta "feria de vanidades", más que presentar "lo alegre" de la producción cinematográfica mexicana, "tres veces mayor que el año pasado", la 16 Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara "es un homenaje a la imagen".