Espejo en Estados Unidos
México, D.F. viernes 9 de marzo de 2001 
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Editorial
  
COMUNIDAD INTERNACIONAL, FACTOR DE PAZ

SOL La reunión celebrada ayer en Los Pozos, San Vicente del Caguán, Colombia, entre el presidente de ese país, Andrés Pastrana, y el máximo dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda, y que contó con la asistencia de representantes de casi 30 países, es un ejemplo de la función positiva que puede desempeñar la comunidad internacional en los procesos de pacificación y en la solución de conflictos internos. Los diplomáticos extranjeros valoraron la voluntad de las partes colombianas de no interrumpir el diálogo de paz, a pesar de los violentos enfrentamientos en curso entre los efectivos del ejército gubernamental y los guerrilleros de las FARC, y abogaron por la concreción de "una salida política negociada" a la guerra interna más antigua del continente. 

La atmósfera generada ayer en Los Pozos parece propicia para un paso importante en la vía de la distensión: la firma de un acuerdo humanitario entre los rebeldes y las autoridades de Santafé de Bogotá para el intercambio de prisioneros --se calcula que la organización guerrillera tiene en su poder a unos 500 soldados y policías-- que se encuentran en malas condiciones de salud. Si se logra tal intercambio, es razonable suponer que represente un impulso importante al hasta ahora accidentado, incierto y complejo proceso de paz en esa nación hermana. 

La participación de invitados extranjeros en la reunión comentada constituye, sin duda, un punto de referencia positivo y deseable en un momento en que los procesos de globalización y la creciente interdependencia colocan a las soberanías nacionales ante una obligada redefinición y reformulación, y contrasta con las injerencias bélicas "pacificadoras" como las emprendidas por las potencias occidentales en Irak y en la antigua Yugoslavia, así como con la actitud militarista con la que Estados Unidos pretende intervenir en el conflicto colombiano. 

Es por demás revelador, a este respecto, que Washington haya optado por no asistir al auspicioso encuentro de ayer en la zona desmilitarizada de San Vicente del Caguán. Con ello, el gobierno de George Bush pone en evidencia que no comparte los afanes por encontrar salidas pacíficas y negociadas a la guerra interna de Colombia y que prefiere, en cambio, mantener vigente la perspectiva de un involucramiento bélico en ese conflicto. 

Cabe esperar que esfuerzos diplomáticos como el efectuado ayer terminen por imponerse a la propuesta irresponsable y desestabilizadora conocida como "El Plan Colombia", la cual podría, de llevarse a cabo, internacionalizar las confrontaciones internas colombianas y arrastrar a los países vecinos al escenario de un conflicto multilateral y mucho más complejo que el actual, en el cual se multiplicarían los costos, los daños y el sufrimiento humano. 

 

 

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