COMUNIDAD INTERNACIONAL, FACTOR DE PAZ
La reunión celebrada ayer en Los Pozos, San Vicente
del Caguán, Colombia, entre el presidente de ese país, Andrés
Pastrana, y el máximo dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC), Manuel Marulanda, y que contó con la asistencia
de representantes de casi 30 países, es un ejemplo de la función
positiva que puede desempeñar la comunidad internacional en los
procesos de pacificación y en la solución de conflictos internos.
Los diplomáticos extranjeros valoraron la voluntad de las partes
colombianas de no interrumpir el diálogo de paz, a pesar de los
violentos enfrentamientos en curso entre los efectivos del ejército
gubernamental y los guerrilleros de las FARC, y abogaron por la concreción
de "una salida política negociada" a la guerra interna más
antigua del continente.
La atmósfera generada ayer en Los Pozos parece
propicia para un paso importante en la vía de la distensión:
la firma de un acuerdo humanitario entre los rebeldes y las autoridades
de Santafé de Bogotá para el intercambio de prisioneros --se
calcula que la organización guerrillera tiene en su poder a unos
500 soldados y policías-- que se encuentran en malas condiciones
de salud. Si se logra tal intercambio, es razonable suponer que represente
un impulso importante al hasta ahora accidentado, incierto y complejo proceso
de paz en esa nación hermana.
La participación de invitados extranjeros en la
reunión comentada constituye, sin duda, un punto de referencia positivo
y deseable en un momento en que los procesos de globalización y
la creciente interdependencia colocan a las soberanías nacionales
ante una obligada redefinición y reformulación, y contrasta
con las injerencias bélicas "pacificadoras" como las emprendidas
por las potencias occidentales en Irak y en la antigua Yugoslavia, así
como con la actitud militarista con la que Estados Unidos pretende intervenir
en el conflicto colombiano.
Es por demás revelador, a este respecto, que Washington
haya optado por no asistir al auspicioso encuentro de ayer en la zona desmilitarizada
de San Vicente del Caguán. Con ello, el gobierno de George Bush
pone en evidencia que no comparte los afanes por encontrar salidas pacíficas
y negociadas a la guerra interna de Colombia y que prefiere, en cambio,
mantener vigente la perspectiva de un involucramiento bélico en
ese conflicto.
Cabe esperar que esfuerzos diplomáticos como el
efectuado ayer terminen por imponerse a la propuesta irresponsable y desestabilizadora
conocida como "El Plan Colombia", la cual podría, de llevarse a
cabo, internacionalizar las confrontaciones internas colombianas y arrastrar
a los países vecinos al escenario de un conflicto multilateral y
mucho más complejo que el actual, en el cual se multiplicarían
los costos, los daños y el sufrimiento humano. |