Ť El ex campeón mundial gallo Carlos Zárate sobrevive hospedado en un hotel
Estoy bien de lana; no me falta nada
Ť Dice que ya se alejó de las drogas, pero debemos rescatarlo, expresa su hermano Jorge
CARLOS HERNANDEZ
Desde hace dos años, un personaje se ha hecho cotidiano por los populosos rumbos de La Merced: Carlos Zárate, el ex campeón mundial gallo que sobrevive hospedado en un hotel.
Reservado, escondiéndose de todo lo que le recuerde
el boxeo, Zárate es un caso más de la larga lista de púgiles
que tuvieron un deslumbrante paso por los cruadriláteros, ganaron
fama y fortuna, y ahora no sólo enfrenta problemas económicos,
sino que a su alrededor se formó lo que podría llamarse una
historia negra.
Hace unos meses le estaba organizando un homenaje a Ricardo
López, por lo que solicitó aportaciones económicas,
hasta que el propio Finito aclaró que no era cierto, que
el dinero era para el bolsillo de Zárate.
"Dicen que anda de briago por la (colonia) Ramos Millán, que se queda tirado en la calle", señalan en los gimnasios capitalinos donde se piden referencias de El Cañas.
Completa el entrenador Rodolfo Aguilar: "La otra vez me topé con un taxista que se quejaba de que a algunos de sus compañeros no les pagaba el viaje, con el argumento de que había sido campeón mundial".
Y, en una de las últimas, a un reportero le pidió cinco pesos prestados "para comprar un poco de chicharrón".
Carlos Zárate rechaza las versiones, pero corta cualquier pregunta al respecto, mientras que su hermano Jorge aclara: "En los gimnasios existe egoísmo, hipocresía, enemistad. La gente es cruel y le gusta hablar mal de todos, pero esos rumores nos lastiman. Fíjate: Carlos ni siquiera toma alcohol".
Indica, sin embargo, que le ha preguntado directamente sobre sus problemas de drogadicción: "Yo le he dicho que ya exploró esas cosas, que era algo que quería probar y vio que no es bueno. Yo le dije 'ya eres abuelo, piénsalo bien, aléjate de esas cosas y si necesitas ayuda cuentas con nosotros. Hazlo por ti mismo, si lograste ser campeón del mundo, también puedes triunfar en la vida'. El me responde que ya está bien, que no me preocupe".
-¿Ya estará alejado de todo eso?
-El dice que sí, pero no lo sé...
En un hotel de La Merced
Alejado de su familia, Carlos Zárate vive desde hace un par de años en un hotel cuyo costo es de 120, 140 y 200 pesos por noche. Los empleados no lo ven por la mañana y dicen que regularmente sale por la tarde y regresa en la noche. Del ex peleador dicen que es tranquilo, que le gusta andar solo y no da problemas.
Joel Luna Zárate, ex campeón nacional, expresa que ingresó al boxeo motivado por los logros de su famoso tío Carlos, pero aclara que ahora no sabe nada de él. "Siempre ha sido así, a veces se desaparece", señala.
Receloso, en efecto, x campeón mundial gallo evadió varias veces la entrevista, hasta que aceptó contestar, someramente, algunas preguntas.
-¿Qué tan difícil es vivir en un hotel durante tanto tiempo?
-No es difícil ni fácil. No me meto con nadie.
-¿Por qué vivir en un hotel?
-Son cosas íntimas, responde seco el una vez bromista y mal hablado Flaco.
-¿Cuáles fueron las mejores satisfacciones que te dejó el boxeo?
-Llegar a ser campeón mundial.
-¿Y del dinero?
-Estoy bien de lana, tengo varias propiedades. No, no me hace falta nada.
-¿Ganaste mucho?
-No se gana tanto como la gente cree; además se tiene que repartir mucho dinero.
-¿Recuerdas alguna pelea en especial?
-No, todas fueron bonitas, responde y resume así sus 13 años de carrera, que le dejaron 65 triunfos y cuatro derrotas, entre esas contiendas sus duelos ante Rodolfo Martínez, Alfonso Zamora, Wilfredo Gómez, Lupe Pintor, Jeff Fenech y Daniel Zaragoza.
-¿Qué fue lo mejor que te dejó el boxeo?
-Que la gente me sigue queriendo y que puedo ir al mejor restaurante o a los tacos de la esquina y la gente me sigue queriendo.
-¿La gente del boxeo es ingrata?
-No. Cuando estuve allí me trataron muy bien.
-¿Y qué sueñas, Carlos?
Cortante, seco, termina la plática:
"No sueño. Tengo los pies bien puestos en la tierra".
Se le pregunta entonces de las versiones sobre sus dificultades de dinero, de que anda en problemas de drogadicción y no hay respuesta, tan sólo las rechaza y no dice nada más.
Clases de boxeo a empresarios
Pese a su hermetismo, El Cañas afirma que no tiene problemas de dinero, que vive de lo que obtiene en una fábrica de salas propiedad de la familia y que él ayudó a financiar en sus inicios. Además, dice dar clases de boxeo en la Ramos Millán, donde vivió muchos años, "a empresarios y a hijos de empresarios".
A sus 48 años, Carlos dice sentirse maduro y aseguró de que en unos días dejará el hotel que ha sido su casa en los últimos dos años.
"No ha querido salir de allí porque está alejado de su familia, pero sinceramente no debe estar mal, porque tiene para pagar ese hotel", observa Jorge y señala que los hijos del ex monarca, Carlos y Jacqueline, radican en Estados Unidos y en breve se llevarán también a su mamá.
Termina: "Mi hermano es una gloria del boxeo y hay que rescatarlo, aunque él me jura que está bien, pero nos preocupa mucho cuando escuchamos todos esos comentarios que se dicen de él".