¿LA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Paez
Diccionario subjetivo
ALGUNA VEZ ALGUIEN le dijo a Wilde: "No estoy de acuerdo con usted". A lo que el escritor, con la aguda ironía que lo caracterizaba, replicó: "Me alegro, porque si estuviéramos de acuerdo, sospecharía que estoy equivocado".
QUIZÁ ESA SEA la principal cualidad del más reciente libro del cronista Pepe Malasombra y de la fotógrafa Mónica Villa, titulado Citar, templar y mandar, en bien diseñada edición de Osborne: permitir al lector comprobar, rectificar o reforzar las visiones propias, ya estando de acuerdo o no con el autor, ya disfrutando o no de varias espléndidas fotografías.
CON EL PRETEXTO de las entradas a que obliga todo diccionario, Malasombra ofrece al lector una sucesión de sabrosas definiciones, ensayos breves, retratos, entrevistas ?¿qué es una entrevista sino una definición larga?? y no poco humor, como cuando expectante llega uno a las palabras Cagancho o Chicuelo y el autor escribe: "Ver Pablo Hermoso de Mendoza", aunque mejor hubiera sido "Ver Hermoso de Mendoza, Pablo", pues la referencia está en la hache y no en la pe.
PERO EN ESTE caso brevedad no mata originalidad y menos profundidad, ya que Malasombra, antes que aficionado y ensayista de toros es un lector-escritor comprometido con la literatura, y sus textos reflejan óptimas influencias estilísticas ?Cioran, Bergamín, Yourcenar, entre otros?, más que taurinas, pues en éstas con un guiño prefiere reflejar y contener, más que cuestionar, a los famosos que entrevista.
AL DEFINIR Y jugar con el concepto Abrirse de capa, Malasombra de repente escribe-pellizca: "El buen aficionado, ese sediento catador de milagros...". También se cuelan algunos duendes al afirmar que Eloy Cavazos es el mexicano más joven que se ha doctorado en la historia (a los 17 años), cuando el Maestro de Saltillo lo hizo a los 16 años cinco meses y veinte días, o que éste es el primer Armillita de la dinastía, cuando antes están su padre y su hermano Juan. Pero, como diría el sofista: ¿Qué querían, precisión o encanto?
POR LO QUE toca a la parte fotográfica, Mónica Villa posee ese ángulo fino del que sólo los buenos no-aficionados pueden echar mano, y que va de la ocurrencia a la oportunidad, conservando siempre el asombro. Desde la alucinante imagen de la portada ?despenador de luces? hasta el Tancredo que apacible espera a que un segundo después el vendaval arrolle, pasando por reportajes-foto de gran riqueza.
COMO EL ENSIMISMADO espontáneo que sin ajustarse mucho pero con temple y sello se pasa por alto al toro a pies juntos, mientras por detrás a punto está de embestirle un contrariado peón de brega. O el logrado erotismo en que Mari Paz Vega ensaya una verónica antes de que salga el primero, cuando la fotógrafa, además del lance, ha captado el perfil de un talle, una cadera, un muslo y una pantorrilla que a ver quién los mejora, en tanto que El Pana voltea hacia donde no tiene caso.
HOMENAJE A LA libertad creadora en torno a la tauromaquia, el inteligente y sabroso trabajo de Malasombra y Villa merece más difusión y distribución, por lo que ojalá Osborne considere la posibilidad de un sobretiro.