Ť La clase política dice confiar en que se consume el diálogo; la inquietud, en Europa
Mínimo seguimiento en EU a la caravana
Ť Casi inexistente ahora, el continuo asedio a funcionarios mexicanos en torno a Chiapas
Ť El interés del sector privado, en mejorar la protección de contratos, opina James Jones
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 6 de marzo. Durante los últimos seis años, los representantes del gobierno mexicano que visitaban esta capital eran sujetos a un constante cuestionamiento sobre la situación en Chiapas, pero este año ?en gran medida por las acciones de Vicente Fox? ese interrogatorio, por lo menos en público, casi ha desaparecido.
Hay unos cuantos legisladores y miembros del Departamento de Estado que dan seguimiento a la caravana del EZLN a la ciudad de México. El mes pasado el titular de esa dependencia, Colin Powell, reconoció que Estados Unidos "estará observando" la marcha.
Pero
este año no se registra el mismo nivel de preocupación en
esta capital, y dentro y fuera del gobierno se dice que la razón
de este cambio es el presidente Fox.
"Yo creo que la gente en Washington siente, genuinamente, que el gobierno mexicano está manejando de la mejor manera posible esta situación", explicó el senador Christopher Dodd, crítico en el pasado de la situación de los derechos humanos en México. Aunque añadió que algunos legisladores "están siguiendo la marcha", explicó a La Jornada que sus colegas en esta capital entienden que Fox busca atender las demandas presentadas por el EZLN y confían en que el Presidente mexicano esté estudiando una solución al conflicto en Chiapas.
"En su discurso de toma de posesión, el presidente Fox anunció que abordaría el asunto de Chiapas, que iría a esa región, y ha dado pasos concretos como la remoción de las tropas y abrir el proceso (de diálogo)", comentó Dodd. El senador demócrata, uno de los legisladores que más conocen América Latina, agregó: "Europa ha estado mucho más fascinada e interesada en Chiapas que el Congreso de Estados Unidos".
Varios asesores legislativos consultados por estos corresponsales comparten esta evaluación, y uno de ellos, colaborador de un congresista que el año pasado recibió cartas, mensajes y otras expresiones de preocupación por la situación en Chiapas, señaló que este año no hay ese tipo de expresiones de interés provenientes de las bases electorales del político.
El representante republicano Cass Ballenger, presidente del Subcomité del Hemisferio Occidental de la Cámara, también expresó su complacencia por las acciones de Fox en torno a Chiapas y sus invitaciones a los zapatistas a comenzar pláticas con el gobierno. En entrevista con La Jornada, Ballenger dijo que sigue con interés las noticias sobre la marcha zapatista y se declaró impresionado por la cantidad de personas que han dado la bienvenida al EZLN en su recorrido.
Para el ex embajador y ahora empresario de Estados Unidos en México James Jones, el de Chiapas ya no se registra como tema inquietante aquí, y dice estar de acuerdo en que es más "una preocupación europea", ya que el sector privado estadunidense está más interesado, por ejemplo, en saber cuánto tiempo tardará Fox en lograr mejorar la protección de los contratos empresariales. Al respecto, Chiapas no fue punto del foro del Comité de Negocios México-Estados Unidos, realizado aquí esta semana.
La confianza generada por la administración de Fox en esta capital ha logrado superar uno de los obstáculos que enfrentaba el gobierno mexicano en Washington: el asunto de Chiapas. Ahora, tanto "liberales" como "conservadores" y los que se encuentran en medio de esa gama, expresan que el conflicto de Chiapas ya no es preocupante ni prioritario, ya que está en curso de resolverse.
Al mismo tiempo, continúan acciones y esfuerzos de respaldo a la causa zapatista en todo el país y, por ejemplo, miembros de la Red de Solidaridad con México están organizando varios actos en Oregon, Illinois, Massachussets, Minnesotta y el estado de Washington este fin de semana para celebrar la llegada de la caravana zapatista a la ciudad de México, aunque Jason Wallach, un coordinador del grupo, explicó que muchos de los que apoyan la marcha rebelde han viajado a México para acompañarla.
"Entre los activistas de base hay amplio apoyo a los zapatistas", añadió Eric Olson, quien dirige el Proyecto para México de la organización liberal Washington Office on Latin America (WOLA). Pero agregó que "Fox y (Jorge G.) Castañeda han logrado convencer a la gente aquí de que su gobierno está haciendo todo esfuerzo, está comprometido al diálogo y más abierto a temas de derechos humanos. Esto de cierta manera ha neutralizado a la gente en Washington". No obstante, Olson advirtió que si estas iniciativas para resolver el conflicto no producen resultados, nuevamente habrá críticas al gobierno mexicano en esta capital.
Para Delal Baer, directora del proyecto para México del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, la dinámica política ha cambiado sustancialmente de lo que era en 1994. "El contexto ha cambiado drásticamente y no creo que la situación en Chiapas sea percibida como un factor serio que afectaría una decisión para inversiones", comentó en entrevista.
Sin embargo, los empresarios han aprendido a ser cautelosos en sus pronósticos. "Hay mucha confianza en Fox y no creo que nadie esté prestando atención a la marcha", comentó un representante de una casa de inversiones de Wall Street. Mantuvo el anonimato, ya que no podía descartar que esto "pudiera estallar".