MIÉRCOLES Ť 7 Ť MARZO Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

A YER, POR CONDUCTO de su comisionado para la paz, Luis H. Alvarez, el presidente Fox aceptó oficialmente que no está en situación de cumplir una de las tres condiciones que de manera inexcusable piden los zapatistas para apenas volver a sentarse a dialogar y explorar la posibilidad de firmar algún acuerdo de paz.

ES ABSOLUTAMENTE sensato y compartible el argumento presentado ayer por el chihuahuense a nombre del guanajuatense: la aprobación de la abreviadamente llamada ley indígena no depende del Presidente de la República, sino del Congreso de la Unión, y en un marco de cambio político que incluye el respeto entre poderes, el titular del Ejecutivo no puede ordenar al Legislativo que actúe en determinado sentido.

RAZONAMIENTO SENSATO y compartible --reitera este súbita y efímeramente ecuánime tecleador--, pero extemporáneo y doloso, pues se plantea luego de cien días de desbordada e injustificada campaña mediática presidencial con que se ha querido convencer a los mexicanos de que la paz de Chiapas está a la vuelta de la esquina, y que el Presidente de México ha cumplido o está ya por cumplir a plenitud las tres condiciones insurgentes para reanudar el diálogo con el gobierno federal.

APENAS UN DIA después de asumido el cargo, en el inicio de las fiestas regionales que se regaló con tal motivo, el presidente Fox aseguraba al pueblo mexicano que el subcomandante Marcos ya había aceptado dialogar con el gobierno federal. La página informativa de la Presidencia --que luego contiene algunas imprecisiones, sobre todo en asuntos de grados académicos-- dio cuenta inequívoca de la postura del recién llegado al poder: "El presidente Vicente Fox Quesada celebró que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional haya aceptado iniciar el diálogo con su gobierno, y aseguró que hay una nueva actitud, una nueva forma de pensar, energía positiva y espíritu de equipo en todo el país", dice el texto oficial. La noche de ese mismo día, en la Macroplaza de Monterrey, reunido con jóvenes, el Presidente compartió su equivocada emoción con la masa que aplaudió la rápida consecución de resultados lograda por el hombre de los quince minutos: "Ahí, precisamente ahí --refiriéndose a Oaxaca, acotación de Astillero-- escuchamos con gran alegría que el EZLN en Chiapas (sic) ha aceptado que empecemos a dialogar..."

ESE FUE tan solo el inicio de larga campaña propagandística dedicada a sembrar en el ánimo de los mexicanos la seguridad de que la paz estaba a punto de ser firmada. Momentos hubo en que el jefe del Estado mexicano jugó a ser Kalimán, al anunciar que la paz se firmaría muy pronto; al ser requerido por los reporteros para fundamentar sus vaticinios, simplemente dijo que él veía más cosas que los demás.

EL MAS RECIENTE esfuerzo por doblar las cucharas chiapanecas al estilo del mentalista Uri Geller se dio con el tal concierto extrañamente organizado por Televisa y Televisión Azteca, denominado Unidos por los fresas --perdón, por la paz-- , en el que Maná y Jaguares fueron colofón de lamentable y fallida campaña de manipulación con la que se pretendía que la gente "firmara la paz". En los bancos, amables cajeras pedían la susodicha suscripción; en escuelas primarias y secundarias, al mejor estilo jonguitudista --šah, Elba Esther, la aliada del sexenio!-- niños eran impulsados a recabar garabatos autógrafos de sus padres y familiares. En una estación radiofónica capitalina se ofrecieron cinco lugares para "acompañar" al cantante Alejandro Sanz en sus ensayos antes de un concierto que daría. El requisito para concursar por esas cinco plazas era que el o la interesada llevara a la cabina radiofónica mil firmas por la paz.

PUES BIEN, luego de una cruzada voluntarista en pos del oasis de la paz, el gobierno federal ha decidido dar por cancelados los espejismos que tan alegremente había producido y vendido por doquier. Argumentaría ayer don Luis Héctor que la sola aprobación de una reforma constitucional no es suficiente, además de que nadie puede obligar a los legisladores a aprobar inflexiblemente una propuesta, por más de San Andrés o Los Pinos que sea; se necesitan, además, acciones de los gobiernos estatales, programas de combate a la pobreza (o de superación personal o de sueños de prosperidad, según la nueva terminología instaurada en la Sedeso por la siempre positiva, propositiva e hiperpropositiva Josefina Vázquez Mota).

CON TODOS esos argumentos, que bien pudo haber presentado desde sus primeros días de gobierno, el presidente Fox va preparando el terreno para cuando llegue el decepcionante momento de reconocer que, a pesar de sus grandes esfuerzos personales, nomás no se ha podido firmar la paz. Que nadie se asombre: no se cumplirán las tres condiciones pedidas para apenas reanudar el diálogo. Sólo dos, que son incompletas y que podrían ser revertidas con facilidad: a los presos liberados se les podrían fabricar nuevos delitos, como se hizo con el comandante Germán en 1995; a los soldados retirados de cuatro posiciones estratégicas simplemente se les ordenaría retornar.

FRENTE A ESE reculamiento obligado del foxismo se ha acrecentado la violencia verbal del zapatismo contra el Presidente. Los grupos empresariales y de derecha en general que apoyaron a Fox están nerviosos, y consideran que es necesario frenar la espiral de insurrección que perciben en los llamados a levantamientos indígenas pacíficos, en el asomo cada vez más frecuente de indicios de otros grupos guerrilleros (el EPR anunció en un comunicado que sus seguidores seguirían "acompañando" la marcha) y en el cimbramiento de la capital que anuncian los encapuchados para cuando llegue la marcha. La marcha de la economía tampoco hace felices a los opositores a la otra marcha. Una descompostura política podría generar destrozos económicos graves.

DISTANTES ESTAN los festejos presidenciales y las palabras desbordadas de júbilo anunciando que Marcos había aceptado sentarse de nuevo a dialogar. Nunca quince minutos habían sido tan largos.

FRIJOL DE ZACATECAS PARA CUBA


LA VISITA DE Ricardo Monreal, gobernador de Zacatecas, a Cuba, en el marco de la entrega de un doctorado honoris causa a Fidel Castro, generó información abundante e interesante, dado que el gobierno federal mexicano parece decidido a abandonar la política de solidaridad que históricamente ha tenido con el mando isleño. El acercamiento de un gobierno estatal hacia el cubano pareció subrayar aún más la distancia foxista y castañedista. La solidaridad no quedó, sin embargo, sólo en el discurso: este jueves, el gobierno de Monreal cerrará un contrato de venta de 5 mil toneladas de frijol negro zacatecano para Cuba.

ASTILLAS:

EL DOMINGO recién pasado hubo presentadoras de lujo para Los niños de las coladeras, el libro que Karina Avilés y Francoise Escarpit escribieron para La Jornada Ediciones, que dirige el poeta Jaime Augusto Shelley. Rosario Robles y Elena Poniatowska llenaron uno de los salones del palacio de Minería, en el marco de la Feria Internacional del Libro. Ayer, la Poni, como suelen abreviar con cariño su apellido, fue notificada de que había ganado el cuarto Premio de Novela de Alfaguara con La Piel del Cielo. Generosa, dedicó ese reconocimiento a los periodistas de buen oficio, los que se adentran en su profesión... Pues parece que en Yucatán habrá desaparición de poderes si no acepta Cervera Pacheco un arreglito en el curso de esta semana. Tanto el PAN como el PRD están listos para cobrarle afrentas al cacique del sureste...

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