MARTES Ť 6 Ť MARZO Ť 2001

Ť Autor de Lengua de pájaros, libro editado por Era

Chimal: difícil, narrar la sutil anticipación de los hechos

ARTURO JIMENEZ

Es necesidad y aspiración de la humanidad conocer y predecir el futuro, reñirse con el pasado y esforzarse por el presente, dice el escritor y divulgador científico Carlos Chimal, autor de Lengua de pájaros (Editorial Era), un libro, aclara, no de ciencia ficción, ficción científica o futurista, sino ''de anticipación".

Y abunda: ''La mejor novela de ciencia ficción, como dice Stanislav Lem, es la novela de anticipación científica. A pesar de que pueda haber ciertas distorsiones en el uso de algunos nombres (científicos), no es tanto que tergiversen la realidad sino que estén ahí de una manera oportuna, que sean como joyitas que se van poniendo como aristas".

En este libro aparecen tres historias que se entremezclan, a decir de la cuarta de forros: ''La de un niño obsesionado por su pasado, la de un piloto que persigue su destino en un futuro que parece que nunca llega y la de un hombre en etapa de reducación neurológica tras un accidente en una aeronave". Se trata, agrega, de una novela sobre la fe: la perdida, la que se busca rencontrar y la que está por perderse.

-¿Realizaste alguna investigación en cuanto a los términos científicos y tecnológicos que usas en la novela?

-Sí. Tengo 20 años haciendo divulgación científica. Se han venido decantando, traté de no abusar de ellos. Sería muy burdo hacer una novela de ciencia ficción que sucediera en el año 3000, eso es lo más fácil. Lo más difícil es la sutil anticipación de hechos.

¿X menos Y, o X al cuadrado?

Acerca de otros aspectos en Lengua de pájaros, cuenta que viajó con su hija y amigos de ella durante un mes, lo cual le despertó la inquietud de escribir sobre las nuevas generaciones ''X menos Y o, por el contrario, X al cuadrado". También, explica, puede tratarse de generaciones potenciadas hacia la angustia y al miedo a crecer.

''Para nosotros quizá en cierta forma fue más fácil, en todos los campos. Para ellos ha sido cada vez más difícil, tortuoso y alucinante: se vive una realidad fragmentada o realidades paralelas, la sensación de vivir al mismo tiempo en varios mundos."

Señala que en su novela hay una obsesión por el lenguaje y el juego con el mismo, por el ritmo y la calidad de lo que se está diciendo, en diversos tonos, así como por ''la ambición por contarlo todo". Las tres historias que se entremezclan, dice, ''están en escaramuza".

Chimal comenta a iniciativa propia: ''Ahora que está tan de moda el crack, siempre ha habido generaciones que tratan de romper y mostrar cómo algunos ilusos creen que pueden ser cínicos ante la idea de Dios. O se creen tan listos que pueden despreciar a las masas".

Narrativa ''oscurantista"

-Hay en México un movimiento al que llaman ''narrativa de género", que incluye ciencia ficción, terror y fantasía. ¿Cómo ubicas tu novela en esa corriente?

-Creo que está en otro lado. Quizá no debería decir esto, pero puedo enseñarles cómo realmente se escribe una buena novela de ficción científica. No necesita haber un robot o que suceda en el año 3000 y haya cosas jaladas: que si invertir la rotación de los planetas y una serie de cosas que de pronto se les ocurran.

''En verdad que no saben ciencia. Ese es uno de los defectos, que no conocen profundamente la tecnología, por ejemplo, de los nuevos metales, las nuevas aleaciones, o las cosas que están sucediendo más allá del genoma humano.

''No las conocen, nunca han estado en el laboratorio. Entonces, sólo se forman ideas paranoides, oscurantistas y quedan muy mal. La mayoría es pura basura, son masturbaciones."

Y comenta sobre Jorge Volpi, autor de En busca de Klingsor y que no pertenece al movimiento de la ''narrativa de género", aunque sí a la llamada generación del crack: ''Creo que es un extraño narrador mal informado. Quizá por su soberbia, por su flojera de no adentrarse a esa cultura científica, creen que pueden manejarla". Aunque afirma: ''Es un buen escritor, sin duda".
 


 
Luz interior

Para mostrar que poesía y ciencia son los dos últimos ámbitos del conocimiento que pueden ayudar al hombre a sobrevivir, y generar una geografía y los caminos posibles ahí, donde se crea el pensamiento más vigoroso del presente, Carlos Chimal publica Luz interior. Conversaciones sobre ciencia y literatura (Tusquets-UNAM).

Afirma que son reales los vínculos entre la ciencia de, por ejemplo, Copérnico, Galileo, Kepler, Newton, Einstein y Pasteur, y la obra de Petrarca, Chaucer, Shakespeare, Cervantes, Góngora, Carlos Williams, William Wordsworth, Valéry, Calvino y Paz.

Entre sus entrevistados figuran Francois Jacob, Martin Rees, Mario Molina y Pablo Rudomín. Algunos de ellos premios Nobel. ARTURO JIMENEZ