MARTES Ť 6 Ť MARZO Ť 2001

Ť Los habitantes seleccionan la comida sobrante

Terminado el congreso, Nurio vuelve a su realidad de pobreza y olvido

ROSA ROJAS Y MATILDE PEREZ ENVIADAS

Nurio, Mich., 5 de marzo. Pasado el vendaval que trajeron la caravana zapatista por la dignidad y el tercer Congreso Nacional Indígena, este poblado vuelve rápidamente a su cotidianeidad, mientras se limpian toneladas de basura y se seleccionan otras toneladas de alimentos, que finalmente sobraron, después de que había temores de que no hubiera suficientes para atender a los invitados; el destino final de los víveres lo decidirá la propia comunidad anfitriona.

De acuerdo con el último reporte de la comisión organizadora, al congreso asistieron 3 mil 383 delegados indígenas de 40 pueblos indios pertenecientes a 27 estados. Hubo un total de 6 mil 473 observadores de 29 estados y 710 invitados; de éstos, 455 nacionales y 255 extranjeros. La delegación mayor fue la italiana, con 216 personas, 24 de Estados Unidos, nueve de España, tres de Francia y uno de cada uno de los siguientes países: Ecuador, Inglaterra y Alemania.

En la Secundaria Técnica 69, sede del acto, una treintena de mujeres ayuda en la limpieza. Son parte de unas 300 beneficiarias del Progresa, en una población de 3 caravana-morelia4 mil 600 habitantes, que como contraprestación son convocadas cuando se requiere para realizar diversas tareas de servicio comunitario. Ellas se quejaron de que en este pueblo no hay trabajo para los hombres, menos para las mujeres. Ellos emigran, ellas lavan ajeno a 15 pesos la docena. ''Una medida de maíz cuesta cinco pesos, un paquete de jabón, ocho pesos, el dinero no alcanza para nada, queremos que nos ayuden para que haya trabajo y no se tengan que ir los hombres a Estados Unidos, porque allá los matan'', afirmaron.

De entre las 30 mujeres que estaban en labores de limpieza en la secundaria, dos habían perdido familiares que murieron en San Luis Missouri, aparentemente en un accidente. Informaron que en los últimos tres años, 15 hombres han muerto persiguiendo el llamado sueño americano.

En este plantel, donde teóricamente debe impartirse enseñanza técnica agropecuaria, se reciben muy limitados apoyos por parte del gobierno estatal y del Departamento de Secundarias Técnicas de Michoacán, por lo que no cuenta con el pie de cría que debería tener. El año pasado se cultivaron las seis hectáreas de la parcela escolar, gracias a que ''nos cooperamos entre todos los maestros para comprar la semilla'', informó el director, José Luis Mata Moncada. El índice de deserción escolar es de 64 por ciento. De 70 alumnos que ingresan al primer año, egresan sólo 25.

De las mujeres entrevistadas, que hablan con dificultad el español, Martina Chacu Marcos perdió hace dos años a un hijo de 17 años. ''Me lo mandaron el cuerpo, el gobierno de Morelia; estaba en Sedelia, Missouri; el muchacho nos mantenía a mí y a mi esposo, que está enfermo". Concepción Torres Chávez perdió a su esposo hace tres años. Ella se quedó con un niño de 7 años y otro de 5. Ella lava ropa ajena, borda servilletas, que vende a 30 o 60 pesos. Le tocan 200 pesos cada dos meses por el Progresa. Las mujeres explicaron que a veces las autoridades estadunidenses no regresan los cadáveres de los que mueren en EU, ''nomás los hacen polvo allá. A veces la familia va por ellos; tardan hasta un mes en traerlos''.

Indicaron que antes había trabajo porque había bosque, ''pero madera ya no hay por el litigio con los de la comunidad vecina de Cucucho. Cortaron ellos toda la madera que estaban guardando aquí''.

Progresa les entrega las aportaciones según el grado escolar que cursen los niños, entre el tercero y el sexto año de primaria. A los de tercero, 170 pesos cada dos meses; a los de sexto, 200 en el mismo lapso. ''Si faltamos a las pláticas que nos dan sobre cómo atender a los niños, nos dan sólo 125 pesos''.

El profesor Mata Moncada, quien llegó como director hace tres años, informó que parte de la infraestructura del internado -en el que viven 40 niños de los 140 actualmente inscritos- fue construida con aportes del gobierno italiano. Al retirarse este apoyo, las autoridades de las comunidades de Nurio, Urapicho, Cherán, San Isidro y Comuchén empezaron una lucha para que las autoridades educativas le dieran su registro y su clave al internado, pero no se ha logrado. Por lo tanto, no hay presupuesto para éste, sino que ''nos dan un apoyo quitándole algo a los demás internados, por eso las comunidades tienen miedo de que les vayan a quitar todo el apoyo'', explicó.

Agregó que la comunidad de Nurio tuvo ''problemas políticos'' con el director anterior, y por eso le retiraron los aportes que entregaban para la alimentación del ganado y para las labores agrícolas escolares. Dijo que cuando él llegó ya no había ganado en la secundaria y el problema con la comunidad no se ha podido resolver, ''porque quieren que saquen a un maestro ausentista y a mí, pero no se ha podido porque la sección 18 del SNTE protege al maestro. Yo estoy dispuesto a irme cuando me digan'', apuntó.

Por ahora, la secundaria salió ganando con la realización del congreso indígena, porque le van a dejar instaladas dos casetas telefónicas de tarjeta y las instalaciones eléctricas, obra esta última que le debía el gobierno a la comunidad. Además, en sus muros quedaron tres murales con temas relacionados a la lucha zapatista, realizados por artistas que participaron en el congreso.