LUNES Ť 5 Ť MARZO Ť 2001

Ť Los créditos a changarros no deben fracasar como los de a la palabra: Colín y Rodríguez

El gobierno federal inyectará $24 mil millones a la banca de desarrollo

Ť Esa intermediaria se encuentra en situación de quebranto y adversidad, dicen los funcionarios

Ť Hacienda prepara la emisión de un bono para captar los recursos para el financiamiento

ANTONIO CASTELLANOS

La banca de desarrollo -Nacional Financiera, Banobras, Bancomext y Banrural-, se encuentra en una situación de quebranto y adversidad, y el gobierno federal le inyectará recursos fiscales por 24 mil millones de pesos para que inicie los programas del nuevo gobierno sin pérdidas. La Secretaría de Hacienda prepara un bono para captar recursos, y se dijo que Banjército debe salir de la banca de desarrollo porque no cumple con la función de la misma.

Víctor Manuel Colín Rubio y Martín Rodríguez, coordinador ejecutivo de Financiamiento de Banobras y administrador de Riesgos de Nacional Financiera, respectivamente, manifestaron que la Secretaría de Economía busca aplicar medidas que impidan el fracaso de los créditos a los changarros, como ocurrió con los créditos que fueron otorgados a la palabra a los campesinos por el Banrural.

En una mesa redonda organizada por la Facultad de Economía de la UNAM hablaron de la situación de la banca de desarrollo, y Colín puntualizó que durante todo el sexenio de Ernesto Zedillo esas intermediarias estuvieron paralizadas. Ahora, dijo Rodríguez, se busca impulsarlas, pero no se sabe con certeza si los programas sean los idóneos.

El caso de Banrural no se ha definido, pero al igual que el Banjército tiene cartera vencida en el Fideicomiso Liquidador de la Banca de Desarrollo (Fideliq). Todos están en esas circunstancias, excepto Banobras, recalcó Colín. Banrural tiene una lista interminable de empleados. El Banco del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada debe ser desincorporado de la banca de desarrollo porque no cumple con los objetivos de la misma.

Los beneficios que da Banjército los puede otorgar por separado, como lo hacen otras dependencias, y sacarlo de la banca de desarrollo implicará un costo, reconoció Colín, pero se debe cumplir con la idea clara de no otorgar créditos a proyectos inoperantes, sin valoración de riesgo e irrecuperables, porque eso también es muy grave.

La CNBV no vigiló

Durante la crisis de 1994 y 1995, indicaron, fue clara la responsabilidad de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores que no vigiló las operaciones. No hubo una supervisión estricta y de la misma forma en que se afectó a la banca comercial se dañó a la banca de desarrollo que otorgó créditos sin garantías y en muchos casos a empresas fantasma.

Rodríguez dijo que un ejemplo del desorden que prevaleció en aquel momento en que estalló la crisis lo representa el número de uniones de crédito. Hubo 800 de esas intermediarias, y ahora sólo hay 80 estrictamente controladas. Se descapitalizó a la banca de desarrollo, indicó.

Ahora, hizo notar, se encuentran en un entorno adverso, de quebranto. No haya más tasas subsidiadas. Prácticamente estas no son atractivas. El propósito del nuevo gobierno, indicaron los dos, también catedráticos de la Facultad de Economía, es que no haya mala aplicación de recursos, y que estos realmente sirvan para impulsar el desarrollo económico del país.

Rodríguez expresó que el Fideliq será liquidado por la Secretaría de Hacienda. Está a punto de ser saldado de las cuentas, de los balances de pérdidas. El Fideliq, considerado el IPAB de la banca de desarrollo, tiende a desaparecer. Para ese propósito las autoridades hacendarias preparan la emisión de un bono para cancelar un activo a través de un pasivo.

Actualmente se estudia la forma en que se negocia con la banca de desarrollo; cómo se emitirá ese bono; qué tipo de activos estarían incluidos; cómo se administrarían los recursos y cómo se pagarían. El monto sería por 80 por ciento de lo que está en Fideliq que se calcula es de 30 mil millones de pesos. Entonces eso daría un total de 24 mil millones de pesos, concluyó Colín.