DOMINGO Ť 4 Ť MARZO Ť 2001

Ť La frontera norte, zona caliente, dice Teresa Aranda

Narco y comercio sexual, riesgos para niños repatriados: DIF

Ť Brindar atención humanitaria interinstitucional a los afectados y trasladarlos a sus lugares de origen, retos, afirma

ALMA E. MUÑOZ

La presidenta del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia (DIF), Ana Teresa Aranda, alertó sobre el peligro que representa la frontera norte para los niños repatriados de EU, la mayoría indígenas y que vivían en condiciones precarias, debido a la presencia del narcotráfico y la delincuencia organizada y, en especial, el comercio sexual.

Al hacer una evaluación sobre el peligro que encierra la zona fronteriza para los menores de edad, la funcionaria estableció como uno de los retos para el presente sexenio contar con una "atención humanitaria" interinstitucional en beneficio de los mexicanos con edades inferiores a los 18 años y, en su caso, trasladarlos a sus lugares de origen o ubicarlos con sus familiares.

Para Ana Teresa Aranda es motivo de preocupación que mientras en México persisten grandes desigualdades, Estados Unidos sea cada vez más rico y se fortalezca como punto principal para quienes buscan mejorar su nivel de vida, mediante la migración.

Ubicó "la escándalosa opulencia dentro del país en donde unas familias mexicanas se hacen cada vez más ricas y otras cada vez más pobres, con el riesgo de poner en peligro la estabilidad política, el desarrollo humano, social y cultural de muchas comunidades y consecuentemente la cohesión social".

La frontera norte, dijo, es una "zona caliente por muchos aspectos ligados al riesgo del narcotráfico y la delincuencia organizada, y el comercio sexual", problemas de los cuales no escapan los menores de edad, quienes provienen de lugares donde predomina la pobreza, la desintegración familiar, o viven en "ambientes de tensión, maltrato y abuso que han propiciado su salida".

Al gobierno le queda claro que los niños son "las víctimas de una desprotección en el sentido más amplio del término y quedan al amparo del azar y de las circunstancias, las cuales no les favorecen". La repatriación, por ejemplo, explicó la presidenta del DIF, significa para ellos ser objeto de una falta de "protección social, sin las condiciones humanas solidarias que se observan en otros grupos. La precariedad, la improvisación, el encadenamiento de riesgos y eventos que influyen negativamente en ellos suelen ser la regla de este grupo migrante".

Indígenas, el grupo más vulnerable

De entre todos los indocumentados, los indígenas son quienes más resienten el choque cultural, el estrés de la migración y los efectos de "otras circunstancias asociadas, como son el abandono, la soledad, la violencia, el maltrato, la falta de protección jurídica y la expulsión del país norteño".

Se tienen informes de que el número total de menores mexicanos indocumentados devueltos a México oscila entre 800 mil y un millón, de los cuales ocho mil 768 -57 por ciento- fueron atendidos en los albergues de paso con que cuenta la institución.

Sin embargo, Ana Teresa Aranda reconoce que la cifra global es cercana a los 36 mil repatriados y los menores están expuestos a "una multitud de riesgos".

Pese a que desde 1995 se puso en marcha el Programa Interinstitucional de Atención a Menores Fronterizos, a iniciativa del DIF y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), a prácticamente seis años se reconoce que el mismo apenas "pretende articular acciones y focalizarlas en uno de los grupos más vulnerables al norte del país (menores sin la tutela de algún familiar), crucen o no hacia los Estados Unidos".

Forman parte de la iniciativa, además del DIF, el Instituto Nacional de Migración, el Consejo Nacional de Población, la Dirección General de Protección y Asuntos Consulares de la cancillería, el Instituto Nacional Indigenista, los Centros de Integración Juvenil y diversas organizaciones sociales.

El programa se estableció para 11 ciudades de cinco estados fronterizos con una red de 18 albergues de tránsito: Tijuana y Mexicali, Baja Califonia; Ciudad Acuña y Piedras Negras, Coahuila; Ciudad Juárez y Ojinaga, Chihuahua; Agua Prieta y Nogales, Sonora; Matamoros, Nuevo Laredo y Reynosa, Tamaulipas.

Ana Teresa Aranda informó, además, que ante la premura de la elaboración del anteproyecto de presupuesto, hecho seis meses antes de iniciar el presente ejercicio, "no fue posible ni de parte del DIF ni de ninguna dependencia, realizar las previsiones presupuestales correspondientes para el crecimiento del programa".