JUEVES Ť 1Ɔ Ť MARZO Ť 2001
Ť Exigió a Fox y Marcos alcanzar la paz en Chiapas
Sepultan al Rey Momo en el último día de fiesta en el puerto jarocho
ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL
Veracruz, Ver., 28 de febrero. El Miércoles de Ceniza marcó el final del destrampe y la veneración de la carne en el puerto jarocho y con la llegada del periodo de cuaresma católico, también se marcha Juan Carnaval, que este día fue velado y sepultado por una muchedumbre que en los próximos días deberá sujetarse a un estricta abstinencia sexual y arrepentirse de los pecados cometidos durante una semana de festejos carnestolendos.
Sin embargo, el Rey Momo, que murió de tanta calentura, no dejó desprotegidos a los jarochos y visitantes, pues en su testamento heredó al pueblo un garrote para propinar una paliza a los que encarecen los productos básicos y la amenaza de regresar a chamuscar a Vicente Fox y al subcomandante Marcos, si no arreglan sus diferencias y se alcanza la paz en Chiapas.
Niurka se llevó la noche
Ayer por la noche se realizó sobre el bulevar costero Ávila Camacho el último Gran Desfile de comparsa y carros alegóricos, donde la atracción máxima fue la cantante y bailarina cubana Niurka que robó cámara a los monarcas reales y otros artistas, como los integrantes del grupo Garibaldi, que no lograron despertar el ánimo de los espectadores.
Niurka fue lo máximo del desfile, lo único que le hizo competencia para llevarse las ocho columnas de todos los diarios locales, fue la llegada del subcomandante Marcos a Orizaba, comentaban los asistentes al último desfile carnavalesco.
Saldo blanco
Entre los incidentes delictivos registrados por las corporaciones policíacas, que calificaron al festejo con un saldo blanco, destaca la detención de 600 personas alcoholizadas por riñas, 50 accidentes automovilísticos leves y sólo dos personas fallecidas, una por ahogamiento en las playas y un joven apuñalado en un asalto.
Por la noche, la multitud que disfrutaba los últimos momentos de destrampe y diversión, acudió a la parodia del sepelio de Juan Carnaval, quien representado por un patiño fue introducido en un ataud negro que fue paseado a lo largo de la avenida Independencia, la principal de la ciudad, y en la Plaza de Armas, las viudas y beodos -algunos con un vientre abultado como consecuencia de preservativos mal usados- lloraron la partida del personaje monarca de la alegría.
La plaza principal se convirtió en una enorme sala funeraria en la que se colocaron arreglos florales adornados con serpentinas y donde, también, estuvieron presentes la Muerte y el Diablo, dos personajes que al ver el desmadre provocado por Juan Carnaval, la impresionante actividad sexual que agotó 80 mil condones y el chupe desmedido, decidieron llevárselo a la loma, al menos por un año.